Rebeli¨®n contra el monopolio de las revistas cient¨ªficas
Prestigiosos investigadores piden que la ciencia se difunda gratuitamente a trav¨¦s de Internet
En ciencia, lo que no se publica no existe. Y si no se est¨¢ al d¨ªa en el conocimiento tampoco se avanza. El veh¨ªculo son las revistas especializadas, garantes de la calidad de las investigaciones al haber sido contrastadas en el seno de la comunidad cient¨ªfica. Contras ellas se rebela hoy un nutrido grupo de investigadores, entre ellos el premio Nobel de Medicina Harold E. Varmus, que quieren convertir a Internet en la nueva Alejandr¨ªa de la ciencia. Urgen a editores, instituciones y expertos a crear archivos centrales electr¨®nicos de acceso p¨²blico y gratuito.
La rebeli¨®n de los cient¨ªficos va m¨¢s all¨¢. Promueven a nivel mundial una campa?a de boicoteo a aquellas revistas que no liberen en la Red todos los art¨ªculos a los seis meses de su publicaci¨®n en exclusiva. La pol¨¦mica lleva meses encendida y alimentando foros abiertos en prestigiosas publicaciones como la brit¨¢nica Nature. Por ejemplo, suscribirse a esta revista cuesta 30.710 pesetas anuales a un particular y 97.110 a una instituci¨®n. Un departamento investigador requiere varias como ¨¦sta. En 10 a?os, el precio de algunas suscripciones, necesarias para laboratorios o universidades, han subido hasta un 150%.
Quienes, por su calidad, consiguen incluir uno de sus trabajos en las revistas especializadas no cobran por ello. Pagan, eso s¨ª, algunos costes de edici¨®n, que pueden superar las 400.000 pesetas en alg¨²n caso. Tampoco cobran los cient¨ªficos por revisar los manuscritos pendientes de publicaci¨®n de otros colegas, el sistema establecido para el control de calidad.
Modas en ciencia
A Pere Puigdomenech, profesor de investigaci¨®n del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), le llegan varios cada semana. 'Hay revistas tremendamente caras y el coste se ha ido incrementado en los ¨²ltimos a?os', admite. 'Ya est¨¢n apareciendo publicaciones electr¨®nicas con costes baj¨ªsimos que intentan ocupar un espacio alternativo a las editoriales cl¨¢sicas'. En su opini¨®n, el foro del futuro 'ser¨¢ sin duda una publicaci¨®n s¨®lo electr¨®nica'.
El propio Varmus auspici¨® la creaci¨®n de la web PubMed Central (PMC) al amparo de los Institutos Nacionales de la Salud de EE UU. En ella vuelcan su literatura prestigiosas revistas, pero generalmente institucionales o de sociedades cient¨ªficas. El resto se niega a soltar un poder real que puede llegar incluso 'a establecer ¨¢reas prioritarias de investigaci¨®n, a crear modas en ciencia', reconoce Carlos Mart¨ªnez, investigador y profesor del CSIC.
Science, revista dependiente de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS en sus siglas en ingles) y sin ¨¢nimo de lucro, se propone ofrecer gratuitamente sus informes y art¨ªculos al a?o de publicaci¨®n. Sus editores creen que existen otras alternativas al gran archivo central. Entienden que 'una redistribuci¨®n ilimitada de contenidos puede conducir a la p¨¦rdida del control de la calidad', y adem¨¢s 'expone a los riesgos asociados al monopolio de proveedores'.
El ejemplo que utilizan es claro: 'El Congreso o el presidente puede suprimir las ayudas para cierto tipo de investigaciones. Lo ha hecho en el pasado. ?Tendr¨ªa PMC disponibles en su archivo investigaciones sobre estas materias?', plantean los editores de Science. De hecho, en Estados Unidos la investigaci¨®n p¨²blica con embriones humanos a¨²n baila en la cuerda floja.
Alternativa europea
Europa est¨¢ desarrollando su propia alternativa. Un archivo electr¨®nico central, en sinton¨ªa con el estadounidense, pero intentando conciliar los intereses de las revistas privadas, explica Carlos Mart¨ªnez, involucrado en el proyecto. 'Estamos discutiendo c¨®mo se integran las editoriales. Y tenemos que establecer bases serias y rigurosas para evitar el fracaso. El objetivo, desde luego, es hacer la ciencia lo m¨¢s accesible posible, pero hay que hacerlo compatible con que las empresas tengan beneficios, porque son puestos de trabajo', indica el cient¨ªfico. El archivo europeo estar¨ªa bajo el amparo de la Organizaci¨®n Europea de Biolog¨ªa Molecular (EMBO) y financiado por el Laboratorio Europeo de Biolog¨ªa Molecular.
'Quien tiene los medios, tiene mucho poder sobre la ciencia', insiste Mart¨ªnez. 'Y quien tiene una ciencia competitiva publica m¨¢s', observa. Espa?a s¨®lo contribuye con un 2,7% al total de la literatura cient¨ªfica mundial anual. Especialmente en las ¨¢reas de astrof¨ªsica, ciencias agr¨ªcolas, matem¨¢ticas y microbiolog¨ªa.
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