Guerreros de Filadelfia
La final Lakers-Sixers es una derrota de los p¨¢jaros de mal ag¨¹ero, aqu¨¦llos que pronosticaban el apocalipsis despu¨¦s de Jordan... En unos play offs que han visto actuaciones jordanescas de Tracy McGrady, Vince Carter, Ray Allen, Kobe Bryant y Allen Iverson, adem¨¢s de las habituales monta?as de puntos y rebotes de Shaquille O'Neal, el duelo entre los Lakers y los Sixers ha terminado con la ¨¦poca de los venerables dinosaurios que dominaron el campeonato en los a?os ochenta y los noventa... Pero no s¨®lo se trata de la emergencia de la denominada generaci¨®n X, sino de una final que es una bendici¨®n para la NBA: tres grandes estrellas -Iverson, O'Neal y Bryant- y dos equipos que representan a dos ciudades con una vieja rivalidad desde los tiempos de Chamberlain, Billy Cunningham y Hal Greer en los Sixers, y Jerry West y Elgin Baylor en los Lakers... Estos Sixers son el orgullo de Filadelfia, que vibra con un equipo que juega muy bien y no desfallece nunca, hasta el punto de asustar a los Lakers, que pensaban en una barrida y ahora sufren de lo lindo para anotar cada una de sus canastas... Iverson es capital, Mutombo se opone a ?'Neal con la entereza que les ha faltado a todos los rivales del p¨ªvot de los Lakers bajo la canasta, McKie es el profesional por excelencia y el grupo de secundarios -Snow, Bell, Jones, McCulloch y Geiger- act¨²a con una determinaci¨®n que saca los colores a sus colegas de los Lakers, superados en todos los aspectos del juego y encomendados a O'Neal y Bryant... Nadie merece m¨¢s elogios que Larry Brown, el nieto de un panadero del zar de Rusia, el peque?o muchacho jud¨ªo que creci¨® en Long Island, jug¨® en la Universidad de Carolina del Norte, se hizo un nombre en la difunta ABA y emprendi¨® una excepcional carrera como entrenador... All¨ª donde ha estado Brown, tanto en la Liga Universitaria -UCLA y Kansas- como en la NBA, sus equipos han despegado hasta cotas insospechadas, lo que en el caso de los Nets o los Clippers es decir mucho: ambos llegaron a disputar los play offs bajo la direcci¨®n de Brown... En alg¨²n momento, este perfeccionista obsesivo decidi¨® que hab¨ªa que confiar en Iverson y rodearle de un pu?ado de ninjas sin ego¨ªsmos... Para conseguirlo prescindi¨® en alg¨²n momento u otro de Jerry Stackhouse, Derrick Coleman y Jimmy Jackson, acreditad¨ªsimos anotadores, y posteriormente de Tim Thomas y Toni Kukoc... Luego traslad¨® a Iverson a la posici¨®n de escolta y le convirti¨® en un foco explosivo de anotaci¨®n... A cambio, Iverson le ha entregado su alma: con apenas 1,80 metros de estatura, domina los partidos como un gigante... Que se lo pregunten a los Lakers.
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