Ulises pas¨® por Almer¨ªa
El Museo de Arqueolog¨ªa exhibe los restos del pasado griego en la provincia
Los griegos hicieron acto de presencia en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica antes de la era cristiana. Sus asentamientos no tuvieron la intensidad de los de romanos o ¨¢rabes, pero su rastro qued¨® claro en diversos lugares. La presencia griega en la provincia de Almer¨ªa ha dejado sus huellas en materiales encontrados en Adra y Villaricos (Cuevas del Almanzora). El rastro de esta civilizaci¨®n queda evidenciado en Abdera (Adra) y Baria (Villaricos) a trav¨¦s de la cer¨¢mica. Pero estas reminiscencias excluyen en todo momento un asentamiento formal. Se sabe que los griegos manten¨ªan relaciones comerciales con Tartessos y que establecieron mercados espor¨¢dicos que m¨¢s tarde regularizaron. Su paso, no obstante, no fue casual e incluso hay leyendas que apuntan la existencia de un templo de Ulises en el Cerr¨®n de Dal¨ªas.
El m¨ªtico h¨¦roe griego, esposo de Pen¨¦lope y padre de Tel¨¦maco, pudo haberse valido del templo que existi¨® en el cerro que domina en su extremo el Campo de Dal¨ªas para guiarse en su periplo mar¨ªtimo. De hecho, algunos decenios antes de nuestra era, el ge¨®grafo helen¨ªstico Estrab¨®n hablaba de una poblaci¨®n en las monta?as, llamada Odisea, que es f¨¢cil poner en relaci¨®n con este asentamiento, a juicio del arque¨®logo Lorenzo Cara. 'Sin embargo, algunos autores la han localizado, sin raz¨®n aparente, en M¨¢laga', apunta el historiador.
Del conjunto de ruinas esparcidas por el cerro destaca un n¨²cleo de tres edificaciones pr¨®ximas. En el templo de El Cerr¨®n, excavado perimetralmente hacia 1978, se encontr¨® un friso decorado con pautas helen¨ªsticas que hoy conserva el Museo Arqueol¨®gico Provincial. El trozo de piedra, de 72 por 49 cent¨ªmetros y unos 37 de grosor, es de estilo corintio (propio del siglo III a. C.) y prueba el fuerte prestigio de la cultura griega en un medio aparentemente influido por fenicios y cartagineses.
Precisamente, la muestra con car¨¢cter indefinido -mientras concluyen las obras del nuevo edificio del Museo Arqueol¨®gico Provincial- que acoge la Biblioteca Villaespesa reserva al visitante una exquisita selecci¨®n de piezas griegas producto de ese intercambio comercial, am¨¦n de las vitrinas que repasan la etapa prehist¨®rica (El Argar y Los Millares) y el per¨ªodo hispanomusulm¨¢n.
En lo que a la influencia griega se refiere, las primeras excavaciones realizadas por el investigador belga Luis Siret en Villaricos pusieron de manifiesto la existencia de dos ¨¢reas: una acr¨®polis situada en la parte norte y este con material griego, y otra poblaci¨®n en la parte sur, a orillas de la desembocadura del r¨ªo, con materiales de ¨¦poca romana y posterior.
Piezas como las expuestas: vasos cinerarios de alabastro, lucernas, una diminuta ¨¢nfora o una cabeza de pebetero femenina certifican la aparici¨®n de las cer¨¢micas griegas en la costa mediterr¨¢nea. Su distribuci¨®n hacia zonas del interior son reflejo del impacto griego sobre la poblaci¨®n ind¨ªgena, que, en la etapa prerromana en la provincia almeriense, estaba compuesta por mastienos y bastemanos.
La penetraci¨®n de mercaderes y traficantes tuvo lugar siguiendo las rutas tradicionales, frecuentadas por prospectores de metales. En esas oleadas comerciales se ponen en relaci¨®n los fragmentos protocorintios de la primera mitad del siglo VII o las piezas que pueden contemplarse en la exposici¨®n.
La fuerza de penetraci¨®n de la influencia del medio oriental se manifiesta en los motivos y formas de la cer¨¢mica ind¨ªgena y en alguna otra pieza escult¨®rica. La vitrina de reliquias helen¨ªsticas presenta tambi¨¦n, del siglo V, dos lekythoy de Villaricos. Este municipio queda reflejado as¨ª como claro exponente de la complejidad de estos monumentos, as¨ª como del tipo de vida de las poblaciones mixtas de la costa.
Con la llegada de los romanos el ¨¢mbito ind¨ªgena no sufri¨® una transformaci¨®n radical. La adecuaci¨®n de sus propias estructuras y el talante de la poblaci¨®n de la costa, acostumbrada al comercio y al trato con gentes diferentes, fueron ingredientes suficientes para motivar una absorci¨®n sin traumas.
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