Las cooperativas agrarias piden que se impidan totalmente los movimientos de ganado

El 90% de los an¨¢lisis efectuados a los cerdos de Soses en el laboratorio de Agricultura dio positivo, raz¨®n por la que la Generalitat opt¨® por sacrificar a todos los animales, algunos de los cuales ya hab¨ªan muerto en los pasados d¨ªas a causa de la enfermedad. La Federaci¨®n de Cooperativas Agrarias de Catalu?a (FCAC) ha pedido a las administraciones que se 'adopten con urgencia acciones contundentes y que se eviten totalmente los movimientos de ganado'. En un comunicado emitirdo ayer, la FCAC recuerda que el sector porcino ya ha estado amenazado en los ¨²ltimos meses por una posible infecci¨®n del virus de la fiebre aftosa.

Ahora, sin embargo, es el viejo fantasma de la peste porcina el que vuelve a planear sobre la provincia de Lleida, justo cuando el sector se hab¨ªa recuperado de las catastr¨®ficas consecuencias que tuvo el ¨²ltimo brote, declarado en febrero de 1997, aprovech¨¢ndose de la subida del precio de la carne de cerdo a causa de la enfermedad de las vacas locas.

En 1997, el virus fue importado de Holanda, donde meses antes se hab¨ªan advertido varios focos. A pesar de ello, las autoridades espa?olas no prohibieron la importaci¨®n de lechones de ese pa¨ªs hasta finales de febrero, cuando ya hab¨ªan entrado m¨¢s de 115.000 animales susceptibles de tener la enfermedad.

Adem¨¢s, por su parte, la Generalitat no declar¨® oficialmente la epidemia con todas sus consecuencias hasta casi dos meses m¨¢s tarde, el 18 de abril, cuando el virus ya hab¨ªa hecho estragos en la caba?a porcina de Lleida y el entonces consejero de Agricultura, Francesc Xavier Marimon, presum¨ªa de tener la mejor sanidad animal de Europa.

Un a?o despu¨¦s, el sindicato Uni¨® de Pagesos (UP) present¨® una denuncia contra Marimon por presuntas irregularidades. La organizaci¨®n agraria le acus¨® de haber retrasado deliberadamente la declaraci¨®n oficial de la peste y de haber autorizado el pago a determinadas empresas del sector de indemnizaciones superiores a las que les correspond¨ªan por el sacrificio de los animales. La epidemia, que dur¨® m¨¢s de un a?o, oblig¨® a sacrificar s¨®lo en la provincia de Lleida alrededor de un mill¨®n de cerdos de un total de 1.800 explotaciones de seis comarcas. Para el sector las consecuencias econ¨®micas fueron muy negativas, pero para la Administraci¨®n la epidemia tambi¨¦n tuvo un coste econ¨®mico muy elevado puesto que pag¨® el sacrificio de animales enfermos y sanos a precio de mercado. La Uni¨®n Europea financi¨® el 70% de los casi 20.000 millones de pesetas que recibieron los ganaderos en concepto de indemnizaciones. El resto fue asumido a partes iguales por el Estado y la Generalitat.