La primera de Felip¨®n
Luis Felipe Escolari recurre a la 'vieja guardia' en su estreno como t¨¦cnico de Brasil y anuncia que su modelo es la selecci¨®n argentina
Luis Felipe Scolari, Felip¨®n, de 52 a?os y hasta ahora entrenador del Cruzeiro, fue invitado y acept¨® ocupar uno de los m¨¢s peligrosos, por las expectativas y la tensi¨®n, puestos laborales de Brasil: seleccionador nacional. Ayer se estren¨® anunciando la relaci¨®n de convocados para el partido contra Uruguay, clasificatorio para el Campeonato del Mundo de 2002, del 1 de julio.
El nuevo t¨¦cnico cuenta, de entrada, con algo que les falt¨® a sus dos predecesores: la confianza de la hinchada. Recientes encuestas le dan un 53% del apoyo popular. Tan pronto se divulg¨® su lista para Montevideo, una encuesta por Internet revel¨® que un 79% de los entrevistados la aprobaba. Estar¨¢n de regreso veteranos como Mauro Silva y Romario y entre los 22 hay 13 extranjeros, entre ellos Roberto Carlos (Real Madrid), Rochemback y Rivaldo (Barcelona) y el propio Silva (Deportivo). Scolari tambi¨¦n anunci¨® que Ronaldo, que est¨¢ retornando al f¨²tbol tras sus problemas f¨ªsicos, tendr¨¢ un puesto en su equipo tan pronto como est¨¦ en su mejor forma.
Felip¨®n sorprendi¨® con algunas afirmaciones contundentes: la selecci¨®n estar¨¢ integrada por once Gugas, en alusi¨®n al tenista Gustavo Kuerten; 'quiero un equipo de alto nivel y con amor a la camisa; de bandidos, porque los angelitos no ganan juegos', 'vamos a copiar el modelo argentino, el mejor del mundo'.
Asimismo, admiti¨® que la situaci¨®n de Brasil no es precisamente confortable y que impondr¨¢ un f¨²tbol 'sencillo, sincero y de resultados: la prioridad es la clasificaci¨®n'. Admiti¨® que, antes de aceptar el cargo, hizo sus 'cuentas' y que sabe que derrotar a Uruguay es crucial, pues Brasil s¨®lo es cuarto ahora y el quinto tendr¨ªa que acudir a la repesca para viajar a la cita asi¨¢tica.
A Scolari se le considera esencialmente un ganador. Temperamental y truculento, despierta simpat¨ªas en la gente sobre todo por sus explosiones: grita, dispara palabrotas, instruye a los jugadores para encarar al adversario como si se tratara de un enemigo mortal. No teme despertar pol¨¦micas con quien sea. As¨ª, no dud¨® en elogiar incluso al general Augusto Pinochet, quien, seg¨²n ¨¦l, 'arregl¨® muchas cosas en Chil, cuando todo estaba desarreglado; puede que haya cometido una vengancita aqu¨ª, otra all¨ª, pero hizo mucho m¨¢s de lo que deshizo'.
Cuando Jos¨¦ Serra, el poderoso ministro brasile?o de Salud y fan¨¢tico del Palmeiras, le critic¨® por armar un equipo demasiado defensivo, fue tajante: 'Ese ministro lo que deber¨ªa hacer es poner atenci¨®n en lo que pasa con la salud p¨²blica, que est¨¢ hecha una porquer¨ªa'. En definitiva, prefiere presentarse como un disciplinador e ignora el calificativo de dictatorial.
Como entrenador, Scolari se caracteriza por un juego eficaz, osado, en el que busca el equilibrio entre un ataque efectivo y una defensa fuerte. Sus logros m¨¢s recientes, en el Gremio de Porto Alegre (1995-96), el Palmeiras (1998-99) y el Cruzeiro, le sit¨²an quiz¨¢ como el mejor t¨¦cnico en activo en Brasil. Tambi¨¦n pas¨® por equipos de Arabia Saud¨ª, Jap¨®n o Qatar.
Siempre trata de contar con un portero de primer¨ªsima l¨ªnea y con un par de jugadores de elevada estatura en el ¨¢rea, cubre bien los laterales y arma un medio campo y un ataque cuya preocupaci¨®n debe ser, proclama, la eficacia antes que la sorpresa.
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