Pillaje, incendios y balazos en la capital del caos
La manifestaci¨®n degener¨® en saqueos de los dep¨®sitos del puerto y de los concesionarios de coches del centro
La muchedumbre que se iba reuniendo desde primera hora de la ma?ana en la zona de Les Pins Maritimes, a unos 15 kil¨®metros al oeste del centro de Argel, era tan grande que los organizadores decidieron arrancar la marcha sobre la capital dos horas antes de lo previsto. J¨®venes, muchos de ellos con el torso desnudo en medio de la can¨ªcula; numerosas mujeres, vestidas con las ropas tradicionales bereberes y con retratos de los muertos por la represi¨®n, y hombres con el rostro pintado de negro -'para expresar el duelo y la tristeza', dec¨ªan- hab¨ªan llegado a millares a Argel en centenares de coches, camiones, autobuses y furgones, as¨ª como en trenes alquilados.
Aunque la marcha era pac¨ªfica, la tensi¨®n se pod¨ªa sentir desde el principio, ya que algunos de los j¨®venes que encabezaban la manifestaci¨®n, que se dirig¨ªa sin autorizaci¨®n hacia la sede de la Presidencia argelina, portaban armas blancas y no dejaban de repetir que hab¨ªan llegado para incendiar la capital. 'Ya hab¨ªa una multitud a las cinco de la madrugada y se escuchaban muchas consignas contra el Gobierno', relat¨® un testigo. Los primeros llegaron a Argel en torno a las once de la ma?ana, en medio de un mar de pancartas con lemas como '?No a la represi¨®n!' o '?Alto a la humillaci¨®n y la exclusi¨®n!'. Al llegar a la plaza del Primero de Mayo, y cuando se propon¨ªan tomar la avenida que conduce hasta el palacio de Al Muradia, los manifestantes se encontraron con un impresionante cord¨®n de seguridad, ya que el Ministerio del Interior hab¨ªa indicado expresamente que la marcha no pod¨ªa dirigirse a la sede de la Presidencia de la Rep¨²blica. Entonces empezaron los problemas.
Entre gritos de 'si quer¨¦is la guerra, estamos preparados', cientos de manifestantes se lanzaron contra la polic¨ªa. El centro de la capital argelina se vio sumido en el caos m¨¢s absoluto: muchas de las avenidas y calles fueron tomadas por una marea humana, mientras grupos violentos lanzaban piedras contra edificios oficiales, romp¨ªan decenas de cristales de bancos o comercios y quemaban veh¨ªculos y neum¨¢ticos en numerosos puntos de Argel, provocando una intensa humareda negra.
Aprovechando la confusi¨®n y desviados por la presi¨®n policial, cientos de participantes en las protestas se lanzaron al puerto de Argel, donde se encuentran los hangares de numerosas compa?¨ªas internacionales, que fueron saqueados y luego quemados. Un periodista de France Presse pudo ver a habitantes del barrio corriendo por la calle con cajas de mercanc¨ªas. Un concesionario de una marca de coches surcoreana result¨® completamente destrozado y sus veh¨ªculos, despu¨¦s de haber sido sacados al exterior, fueron desguazados y despu¨¦s quemados. Los pillajes tambi¨¦n afectaron al barrio de Belcourt, una importante zona comercial de la capital.
La marcha contra la represi¨®n en Cabilia fue convocada cuando se encontraban en Argel cientos de empresarios extranjeros, entre ellos decenas de espa?oles, que hab¨ªan viajado a la ciudad para asistir a la Feria Internacional, inaugurada la v¨ªspera por el presidente Abdelaziz Buteflika y cerrada temporalmente ayer, a ra¨ªz de los disturbios.
Los participantes franceses recibieron consejos para su seguridad por parte de su embajada, mientras los espa?oles aseguraron que no tuvieron ninguna instrucci¨®n especial, informa Guillermo Altares. 'Aunque la marcha arranc¨® cerca de la feria, los disturbios se han producido muy lejos y aqu¨ª todo ha estado tranquilo', dijo un empresario espa?ol desde Argel.
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