Juicio contra un obispo encubridor
Amenaza de c¨¢rcel para un prelado franc¨¦s por no denunciar a un cura pederasta
Un hombre de 66 a?os, cabello blanco muy corto y con una gran cruz sobre el pecho, atraves¨® ayer el nutrido grupo de c¨¢maras de televisi¨®n que le aguardaban y se introdujo en la sala del Tribunal Correccional de Caen (Francia), donde estaba citado para responder de un delito que puede acarrearle hasta tres a?os de prisi¨®n. El acusado es Pierre Pican, obispo de Bayeux, a quien se imputa haber protegido con su silencio a uno de los curas que depend¨ªa de ¨¦l, durante casi tres a?os, pese a haber sido informado de que este pastor de almas agred¨ªa sexualmente a menores de 15 a?os.
'Yo estaba convencido de la realidad de los hechos', de los que le hab¨ªa informado el vicario general de la di¨®cesis, reconoci¨® el obispo ante los jueces. El presidente del tribunal le interrog¨® acerca del grado de detalles que hab¨ªa sabido sobre las relaciones sexuales mantenidas: el obispo aleg¨® que hab¨ªa pensado en 'tocamientos', cosa menor, en suma. Ni ¨¦l ni su vicario trataron de averiguar lo que realmente hab¨ªa sucedido, ni en ese momento ni en los m¨¢s de dos a?os que transcurrieron hasta la detenci¨®n del cura pederasta.
El sacerdote en cuesti¨®n, Ren¨¦ Bissey, est¨¢ condenado a 18 a?os de c¨¢rcel por violaci¨®n de un muchacho y 'agresiones sexuales' a otros diez, aunque tiene derecho a una apelaci¨®n. El juicio a su superior jer¨¢rquico coloca en situaci¨®n muy delicada a la Iglesia Cat¨®lica en este pa¨ªs, que tiene otros curas condenados por actos de pederastia y 19 sacerdotes m¨¢s procesados en la actualidad, unos por violaciones de ni?os y otros por diferentes agresiones sexuales contra menores. El esc¨¢ndalo es grave no s¨®lo por los hechos en s¨ª, sino porque 'el obispo se ocup¨® de su subordinado y no de los ni?os agredidos', se?ala Daniel Rebillard, padre de una de las v¨ªctimas.
El obispo supo en diciembre de 1996 que uno de sus curas abusaba sexualmente de los ni?os confiados a su cuidado espiritual. Se lo explic¨® su vicario general, Michel Morcel, a quien se lo hab¨ªa confiado la madre de uno de los agredidos. El obispo y el vicario intentaron tapar el esc¨¢ndalo: apartaron al cura de la parroquia que regentaba y le enviaron a una casa de reposo. Pero volvieron a confiarle otra parroquia meses m¨¢s tarde. El cura pederasta fue detenido a comienzos de 1999 y su obispo se vio procesado por 'no haber denunciado malos tratos o agresiones sexuales a menores de 15 a?os'.
Aun sabiendo, el obispo no puede denunciar a un sacerdote: tal fue el argumento mantenido por el acusado ante el tribunal. El abogado de una de las familias afectadas le pregunt¨® si denunciar¨ªa hoy a otro cura en caso de que le llegaran parecidas informaciones, y contest¨®: 'No'. Lo que har¨ªa es intentar que el culpable se denunciase a s¨ª mismo. Al final del interrogatorio, el obispo admiti¨® haber cometido 'un error de apreciaci¨®n'.
La condena del cura Bissey ya fue un rudo golpe. Peor es la sospecha, que ha de sustanciarse en sede judicial, de que los superiores del cura ped¨®filo sab¨ªan lo que ¨¦ste hac¨ªa y no actuaron, salvo para apartarle temporalmente del cuidado de los parroquianos. El propio presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Lous-Marie Bill¨¦, que es arzobispo de Lyon, compareci¨® como 'testigo de moralidad' y asegur¨® que 'la pederastia constituye para la Iglesia el objeto de una prohibici¨®n grave desde hace mucho tiempo'. Y preguntado sobre lo que har¨ªa en caso de conocer otro caso como ¨¦ste, excluy¨® plantearse una cuesti¨®n que 'est¨¢ fuera del conjunto sobre el que debo operar'.
El Episcopado ha dado pruebas de que prefiere que los culpables de pederastia respondan ante los tribunales. Mejor reconocer la mala conducta de algunos que enlodar a los 25.000 sacerdotes cat¨®licos en Francia. Sin embargo, el silencio de la Iglesia, el miedo al esc¨¢ndalo, se contraponen con la tentaci¨®n de sugerir que pederastas hay en todas partes. Un alto cargo del Episcopado franc¨¦s record¨®, en declaraciones a la cadena de televisi¨®n LCI, que hoy mismo se inicia un juicio contra un profesor de 62 a?os, acusado de una violaci¨®n y una decena de agresiones sexuales. Pederastas, vino a decir, no los hay s¨®lo en la Iglesia: tambi¨¦n existen en la ense?anza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.