Un juego cruel
Cada uno de los tres jugadores que pudieron ganar el torneo el domingo necesit¨® tres putts para poder rematar el hoyo 18?. A Stewart Cink el error le cost¨® la posibilidad de seguir aspirando. Mark Brooks y Retief Goosen encontraron la posibilidad de revancha ayer. Los tres protagonizaron el final m¨¢s pat¨¦tico que se recuerda en el Open americano. Mark Brooks, el tejano, lleg¨® al 18? con -5. Su bola cay¨® sobre la hierba bermuda del green del 18? a unos 10 metros del agujero. El primer putt dej¨® la bola a poco menos de dos metros. El segundo la dej¨® rozando el agujero, pero fuera. 'El golf es un juego cruel', dijo, filos¨®fico. Retief Goosen, el surafricano, s¨®lo necesitaba hacer el par del 18? para ganar. Dos putts con la bola a s¨®lo cinco metros. El primer intento la dej¨® a 45 cent¨ªmetros. El segundo a casi un metro. Bogey y desempate.
Stewart Cink no sab¨ªa que el bogey le valdr¨ªa cuando, desesperado, intent¨® el par con un primer putt desde casi 10 metros. La bola qued¨® a 60 cent¨ªmetros. Desnortado, fall¨®. Doble bogey. Tercero.
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