Aumenta el uso de seres vivos para medir contaminantes
La mayor¨ªa de las personas se sienten consternadas por la cantidad de basura que se acumula a lo largo de la l¨ªnea de la marea, pero para el zo¨®logo Philip Rainbow la basura es un env¨ªo del cielo. La pulga de mar, Talitrus saltator, hace su guarida en las grietas h¨²medas de los cartones de leche que ensucian las orillas del B¨¢ltico, y Rainbow, que trabaja en el Museo de Historia Natural de Londres, puede utilizar este peque?o crust¨¢ceo para medir la contaminaci¨®n por metales pesados en el golfo de Gdansk.
La idea de que la salud de animales y plantas refleja el estado de su entorno no es nueva. Los mineros llevaban consigo un canario para comprobar si el aire se volv¨ªa venenoso, y el concepto se refleja en el libro cl¨¢sico de Rachel Carson, La primavera silenciosa. Ahora, adem¨¢s de detectar la contaminaci¨®n, los investigadores pueden utilizar su efecto en los organismos vivos para decir qu¨¦ sustancias qu¨ªmicas les afectan, en qu¨¦ cantidad est¨¢n presentes y de d¨®nde proceden.
La principal ventaja del biocontrol es que mide los efectos. Los instrumentos pueden detectar y cuantificar un contaminante, pero no pueden decir qu¨¦ consecuencias tendr¨¢; esto puede variar dependiendo de factores como la acidez y el clima. Los organismos vivos s¨®lo toman esa fracci¨®n de contaminantes que presenta consecuencias biol¨®gicas; y los acumulan proporcionalmente a la cantidad que hay en el medio ambiente. Algunos organismos tambi¨¦n conservan un registro continuo del entorno a lo largo de su vida, e integran todas las sustancias a las que est¨¢n expuestos, mientras que las lecturas instrumentales se parecen m¨¢s a una instant¨¢nea.
Pero muchos bi¨®logos siguen considerando su disciplina como el pariente pobre del control medioambiental. 'El problema', afirma Rainbow, 'es hacer llegar el mensaje al gobierno'. Los pol¨ªticos, afirma, necesitan 'dar un paso conceptual' hacia el uso de la informaci¨®n biol¨®gica. Adem¨¢s, se?ala que el biocontrol es normalmente m¨¢s barato que los estudios instrumentales.
Una de las razones que han frenado el avance del biocontrol es la historia. El control de las sustancias qu¨ªmicas se desarroll¨® primero, y se atrincher¨®. 'Estas cosas no cambian de la noche a la ma?ana', explica Peter Matthiesen, ecotoxic¨®logo y director del Centro de Ecolog¨ªa e Hidrolog¨ªa del Reino Unido, en Windermere. 'La gente se aferra con celo a sus peque?os imperios'. Pero Matthiesen cree que, al menos en el control marino, esto ha cambiado. 'En los ¨²ltimos a?os ha habido un notable impulso por parte de los principales organismos reguladores para integrar el control biol¨®gico y el qu¨ªmico', afirma.
En 1998, la Uni¨®n Europea puso en marcha un proyecto para homologar el control y seguimiento biol¨®gico marino; cuando este proyecto finalice, en octubre, los laboratorios implicados deber¨ªan haber negociado aproximadamente media docena de pruebas homologadas. Dada la gama de sistemas de medida implicados -desde la actividad enzim¨¢tica a la biodiversidad de especies-, ¨¦ste es un gran logro, afirma Matthiesen.
Matthiesen aboga por aplicar este enfoque al control de los ecosistemas de agua dulce. A comienzos del pasado siglo, los ec¨®logos de estos ecosistemas fueron los primeros en darse cuenta de que la biodiversidad pod¨ªa reflejar la contaminaci¨®n, aunque posteriormente, y estas medidas han pasado a formar parte de la legislaci¨®n. Pero el campo se ha mantenido est¨¢tico, mientras que las t¨¦cnicas de control marino son ahora m¨¢s sutiles y tienen mayor capacidad de predicci¨®n. La naturaleza difusa y desorganizada de los profesionales que realizan los estudios de biocontrol -muchos son taxonomistas, que trabajan aislados y dedicados a su animal, planta o t¨¦cnica preferido- ha mantenido el campo retrasado respecto a otras ¨¢reas. En Italia, afirma Pier Luigi Nimis, bot¨¢nico de la Universidad de Trieste, que utiliza l¨ªquenes para hacer un seguimiento de la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, 'hubo un periodo de total anarqu¨ªa en el que cada cient¨ªfico ten¨ªa sus propios m¨¦todos'.
Pero cuando los investigadores se acostumbran a actuar juntos, el gobierno toma nota. El organismo nacional italiano para el medio ambiente ha iniciado un proyecto de trazado de mapas con la localizaci¨®n de l¨ªquenes y, tras una reuni¨®n celebrada en Alemania en mayo, est¨¢n comenzando a surgir protocolos de control paneuropeos. 'Casi tenemos demasiado trabajo', afirma Nimis.
'Muchos que trabajan en organismos de medio ambiente locales est¨¢n desesperados con el planteamiento puramente instrumental', explica Nimis. El elevado gasto que suponen la compra y el mantenimiento de los instrumentos significa que s¨®lo se pueden desplegar con una densidad muy baja, lo que da un cuadro desigual del medio ambiente. Seg¨²n Nimis, el control biol¨®gico y el qu¨ªmico se pueden complementar mutuamente. La homologaci¨®n est¨¢ dando mayor peso al biocontrol. Una reducci¨®n del n¨²mero de especies y los m¨¦todos utilizados para estudiarlas hace que los resultados sean m¨¢s f¨¢ciles de interpretar, comparar y repetir. Steve Hopkin, zo¨®logo de la Universidad de Reading, (Reino Unido), es desde hace tiempo partidario de utilizar cochinillas y lombrices de tierra como organismos modelo para controlar la contaminaci¨®n de suelo y aire. Afirma que la Agencia del Medio Ambiente de Reino Unido 'est¨¢ empezando a pensar en utilizar animales como monitores'. Pero se?ala que es m¨¢s f¨¢cil para las organizaciones p¨²blicas obligar a cumplir, y para los tribunales interpretar, los resultados obtenidos de los instrumentos que los obtenidos de los organismos. Hopkin dice tambi¨¦n que incluir nuevas mediciones en el reglamento es 'un largo y tortuoso proceso legal'.
La OCDE exige ahora que se compruebe la toxicidad de todas las nuevas sustancias qu¨ªmicas industriales en laboratorio sobre la lombriz roja de California (Eisenia foetida), pero hicieron falta 20 a?os de discusiones. Hopkin se?ala tambi¨¦n que las cochinillas tienen algunas ventajas no cient¨ªficas sobre los caros y llamativos aparatos: 'Si uno intenta poner un medidor atmosf¨¦rico en una ciudad, no va a durar mucho a no ser que se rodee de una valla electrificada'.
En el mar, los mejillones, principalmente el mejill¨®n com¨²n (Mytilus edulis), son desde hace tiempo las estrellas del biocontrol. Al filtrar el agua en la que viven, absorben contaminantes junto con el alimento, los cuales llegan a alcanzar concentraciones elevadas en sus tejidos; adem¨¢s, no se mueven. En climas m¨¢s c¨¢lidos, donde no vive el M. edulis, los crust¨¢ceos podr¨ªan convertirse en los organismos centinelas preferidos. Los percebes en especial, afirma Rainbow, son 'fenomenales acumuladores de metales traza'. Rainbow es partidario de utilizar como monitor el percebe Balanus amphitrite, que se ha extendido por todo el mundo aferrado al casco de los barcos.
Por muy poderosa y prometedora que sea una especie modelo, un organismo nunca mostrar¨¢ el cuadro completo de un ambiente. Si se desea hacer un seguimiento de la contaminaci¨®n por herbicidas, por ejemplo, es mejor utilizar una planta. Y los ecosistemas contienen muchos h¨¢bitats diferentes: para conseguir un cuadro marino completo har¨ªa falta aumentar la informaci¨®n de un animal que se alimenta por filtraci¨®n, como el mejill¨®n, con un an¨¢lisis, por ejemplo, de un alga que obtiene las sustancias qu¨ªmicas en soluci¨®n, y un animal que se albergue en el sedimento, como el gusano.
Mejillones en un cubo
El musselmonitor es un aparato del tama?o de un cubo que contiene ocho mejillones (mussels en ingl¨¦s). Un sensor el¨¦ctrico detecta hasta qu¨¦ punto est¨¢n abiertas las conchas, que los mejillones cierran en agua contaminada. Si varios de ellos se mantienen cerrados el tiempo suficiente, el musselmonitor hace sonar la alarma. El sistema cuesta unos 18.000 euros (unos tres millones de pesetas) y est¨¢ dise?ado para un control de respuesta r¨¢pida en ¨¢reas reducidas, como el suministro de agua potable o el flujo de vertidos industriales. Kees Kramer, cient¨ªfico y director de Mermayde, una empresa que particip¨® en su desarrollo, explica: 'Es un sistema de alerta inmediata. Si hay un aumento repentino de la concentraci¨®n de un contaminante, los mejillones lo detectan'. Los t¨¦cnicos e ingenieros 'est¨¢n acostumbrados a mecanismos que est¨¢n encendidos o apagados', afirma Kramer, 'pero en biolog¨ªa muchas cosas son grises'. El musselmonitor est¨¢ dise?ado para minimizar el ¨¢rea gris, y al mismo tiempo aprovechar que los mejillones responden a miles de sustancias qu¨ªmicas diferentes. El aparato se ha utilizado en el Rin y en el Danubio, entre otros r¨ªos. El musselmonitor es un ejemplo extremo de biocontrol activo: un m¨¦todo h¨ªbrido entre las mediciones instrumentales y el biocontrol, que pone un organismo estandarizado en el medio ambiente, que se puede recoger y analizar luego. En tierra, hay pruebas basadas en cultivos de hierba, col rizada y liquen.
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