El milagro naranja

Jean Marie Leblanc se ha enamorado del Euskaltel. ?l, director general del Tour, y muchos otros. El equipo vasco, con sus reminiscencias rom¨¢nticas basadas en el trabajo de cantera, su progresi¨®n espectacular y su peculiar manera de competir -en cada carrera surge un nuevo talento, pese a su estilo un tanto an¨¢rquico-, correr¨¢ del 7 al 29 de julio la Grande Boucle. He aqu¨ª algunas claves de una transformaci¨®n que explica los 11 triunfos, este a?o, del equipo.

- El nacimiento. En 1993, Miguel Madariaga reuni¨® en uno de los puertos del Tour a varios pol¨ªticos vascos, en un paisaje trufado de aficionados con ikurri?as. Despu¨¦s, el ahora presidente del equipo Euskadi les explic¨® que Indur¨¢in se hab¨ªa hecho ciclista en las carreteras vascas, donde se foguea el ciclismo aficionado m¨¢s competitivo del pa¨ªs. Para rematar su exposici¨®n did¨¢ctica, Madariaga lament¨® el abandono de la bien alimentada cantera del ciclismo vasco, hu¨¦rfana de proyecci¨®n. Medio a?o despu¨¦s, naci¨® el equipo Euskadi, con forma de Fundaci¨®n, un presupuesto de 100 millones, 5.000 socios que aseguraban casi el 30% del capital y un innegable esp¨ªritu rom¨¢ntico-nacionalista. La f¨®rmula, simp¨¢tica, despertaba no obstante serias interrogantes de futuro: las estrecheces econ¨®micas s¨®lo daban para acoger a profesionales en declive y a promesas reci¨¦n aterrizadas en el profesionalismo. Su primera temporada en el pelot¨®n se sald¨® con la emotiva victoria de Sagasti en la Vuelta al Pa¨ªs Vasco y un runr¨²n cr¨ªtico hacia los criterios de selecci¨®n de los nuevos valores, donde parec¨ªan tan importantes los m¨¦ritos deportivos como la provincia natal del candidato a profesional. Se antojaba un futuro de comparsa para el equipo.

- La transici¨®n. A mediados de 1997, la Fundaci¨®n Euskadi languidec¨ªa, m¨¢s bien abandonada por sus socios y acuciada por una deuda de 69 millones. El proyecto, en plena deriva social y deportiva, se oxigen¨® con la inopinada irrupci¨®n del patrocinio de Euskaltel, que visti¨® al equipo desde la Vuelta. La salvaci¨®n econ¨®mica del equipo precipit¨® el adi¨®s de su director, Txomin Perurena, que s¨®lo pod¨ªa exhibir 15 triunfos en cuatro a?os, cinco de ellos obtenidos en carreras menores de Portugal. Su salida result¨® agria y un tanto oscura, por involuntaria y precipitada. El reci¨¦n estrenado patrocinio supuso una ruptura con la concepci¨®n original del equipo y abri¨® paso al profesionalismo puro y duro. As¨ª lleg¨® Juli¨¢n Gorospe, encargado de gestionar el en¨¦simo grupo de j¨®venes prometedores, con el desahogo financiero como aval principal para extraer al equipo de su delicada situaci¨®n: lo empresarial enseguida barri¨® cualquier consideraci¨®n sentimental. Tambi¨¦n ingres¨® un nuevo equipo m¨¦dico, una mejor tecnolog¨ªa, un entorno totalmente profesional. Euskaltel mantuvo su apuesta por la cantera, pero esta vez nutri¨¦ndose b¨¢sicamente de un equipo filial (Olarra) y capeando las cr¨ªticas de los no elegidos para el gran salto.

- El equipo trampol¨ªn. La esencia del Euskaltel le obliga a fichar casi siempre a corredores procedentes del campo aficionado y, por lo visto, la cantera vasca da para mucho. Pero tambi¨¦n tiene contrapartidas. En los ¨²ltimos a?os, el equipo se ha resignado a la marcha de algunos de sus mejores corredores, como los hermanos Igor y ?lvaro Gonz¨¢lez de Galdeano, Joseba Beloki (todos en 1999), C¨¦sar Solaun, I?igo Cuesta y, el ¨²ltimo, Mikel Pradera. Pero al mismo tiempo se produce una paradoja. Cuantos m¨¢s corredores se marchan, m¨¢s nuevos buenos ciclistas parecen surgir. Recientemente hay varios ejemplos: Iban Mayo (ganador de la Midi Libre), Iker Flores (Tour del Porvenir 2000) y sobre todo la gran esperanza naranja, Haimar Zubeldia (Bicicleta Vasca de 2000). Gente de futuro, que no llega a los 25 a?os.

- El gran salto. Los corredores de Gorospe dieron el gran salto en 1999 y, sobre todo, el a?o pasado, cuando obtuvieron 15 victorias, siempre con un objetivo final: convencer a Jean Marie Leblanc para que les invitara al Tour. La marcha fue imparable. Primero el Euskaltel demostr¨® que ten¨ªa un l¨ªder de futuro (Zubeldia, a quien renov¨® el pasado oto?o). Luego, con un estudiado calendario 'franc¨¦s', se dej¨® ver el a?o pasado en un junio fant¨¢stico por las carreras organizadas por la sociedad del Tour. Como colof¨®n se produjo el fichaje de un hombre Tour como David Etxebarria, con dos victorias en 1999 con el ONCE. Leblanc ya no dud¨® m¨¢s.

- Equipo coral. El Euskaltel es un equipo peculiar en todas sus facetas. Tambi¨¦n en la forma de correr y plantear las carreras. Cada corredor llega a la competici¨®n sin una idea muy clara de qui¨¦n es su l¨ªder, o si lo es ¨¦l mismo. Llega la prueba y el Euskaltel apuesta por la fuerza m¨¢s que por la t¨¢ctica. Sigue una estrategia basada en la selecci¨®n natural, como en las carreras de aficionados o como cuando el propio Euskaltel era un equipo m¨¢s peque?o. Tal vez le quedan esos tics del pasado. Surgen as¨ª talentos inesperados, surgidos de la improvisaci¨®n. Esta anarqu¨ªa, sin embargo, le ha convertido en un equipo coral, siempre vistoso. El Tour es una carrera diferente y supondr¨¢ en julio su prueba definitiva. ?Seguir¨¢ el Euskaltel sorprendiendo hasta a sus propios ciclistas?