Un trasvase, 112 embalses y 36 desaladoras

El Plan Hidrol¨®gico Nacional vio ayer la luz en el Senado tras una tramitaci¨®n de urgencia (no se ha tocado ni una coma para evitar su vuelta al Congreso antes de publicarse en el BOE) y un debate acalorado. El plan tiene ahora ocho a?os para crecer y desarrollarse, desafiando a las sequ¨ªas y los obst¨¢culos que pondr¨¢n en su camino aqu¨¦llos que se oponen a las obras previstas. El Gobierno est¨¢ dispuesto a alimentar el trasvase del Ebro, una gigantesca acequ¨ªa de 845 kil¨®metros de longitud, con 627.000 millones de pesetas para conseguir que las aguas lleguen desde el Ebro al J¨²car y al Segura y a la remota Almer¨ªa. Tambi¨¦n hay presupuesto multimillonario para 112 nuevos embalses y 36 desaladoras.

El plan pretende el equilibrio h¨ªdrico de Espa?a para que el agua que sobra en una esquina pueda llegar al c¨®rner que sufre de sed. Dif¨ªcil tarea, porque no son pocos los que se oponen a que se saque agua del Ebro, un r¨ªo conocido como el m¨¢s caudaloso de Espa?a y que es reivindicado como propio por los habitantes de cada comunidad por la que pasa. La Plataforma para la Defensa del Ebro, dispuesta a plantear batalla legal, aseguraba ayer mismo que el r¨ªo no es excedentario, a pesar de que cada mes se vierten en el Mediterr¨¢neo m¨¢s de 1.000 hect¨®metros c¨²bicos sin que nadie los aproveche. Ni las garant¨ªas de suministro para los regantes y consumidores que beben del Ebro (no habr¨¢ trasvase salvo que el r¨ªo lleve una cantidad m¨ªnima ni durante los meses de verano) ni la anunciada inversi¨®n de 75.000 millones en el Plan Integral del Delta del Ebro han podido romper esta oposici¨®n.

Las obras tendr¨¢n que comenzar de inmediato para que en el periodo de vigencia del plan puedan construirse cuatro canales de transporte de agua (uno de ellos en Palma de Mallorca), las desaladoras (cinco para Baleares, 12 para Canarias y hasta una en Melilla), y los embalses (la mayor¨ªa en el tri¨¢ngulo que componen el Ebro y sus afluentes).