La resurrecci¨®n de ?lvaro
El jugador del Madrid, lesionado en 1996, ve reabierto su horizonte con un trasplante de menisco y ligamentos de un cad¨¢ver
?lvaro Benito Villar segu¨ªa en 1996 los pasos de Ra¨²l. Junto con Guti y V¨ªctor, formaba parte de una generaci¨®n se?alada como hito desde la Quinta del Buitre. Ten¨ªa 19 a?os y oficiaba como los interiores zurdos que se adelantan a la zona del extremo, muy r¨¢pido. Se le ve¨ªa abrir el campo cuando el contrario se cerraba y tambi¨¦n hac¨ªa gala del mejor remate de la nueva hornada en la cantera del Madrid. Hab¨ªa jugado 14 partidos, dirigido por Jorge Valdano, en la temporada 1995-96 y era un futbolista en franca progresi¨®n. Ten¨ªa cach¨¦ de crack. Hasta que una tarde una mala pisada, un imponderable de la biomec¨¢nica, le dej¨® inv¨¢lido.
'Es algo a lo que est¨¢s expuesto', advierte ?lvaro; 'te puede pasar. Lo que no es normal es que me tirara cuatro a?os inactivo por una lesi¨®n que normalmente se cura en siete meses. Te quema que no se hicieran las cosas bien. No he sufrido muchas lesiones en mi vida, pero he tenido una que ha terminado por hundirme. Fue en un partido con la selecci¨®n sub 21, en Las Palmas, frente a Eslovaquia. Corr¨ªa por la banda y choqu¨¦ con un rival, a nivel del hombro, y al frenar, justo, sent¨ª el dolor en la pierna izquierda. Lo he visto en la televisi¨®n, en v¨ªdeo, y tampoco observo que pisara mal. Fue al frenar, pero hab¨ªa hecho frenadas como ¨¦sas 200.000 veces. Hay momentos en que no entiendes por qu¨¦ te pasan las cosas. Los m¨¦dicos no me lo han explicado. Quiz¨¢ fueron los tacos. Ese d¨ªa jugu¨¦ con tacos de aluminio. Son peligrosos porque se quedan enganchados. Nunca m¨¢s los volver¨¦ a usar'.
'Mi idea es entrar en el equipo cuando est¨¦ al 120%, no tener que dar ni un paso atr¨¢s'
La rodilla de ?lvaro perdi¨® el ligamento cruzado anterior, sufri¨® la fractura del menisco externo y del contillo externo. Fue sometida a una operaci¨®n fallida -lo que condujo a otras cinco intervenciones - y a un tremendo accidente de coche. Ahora est¨¢ a punto de cerrar un c¨ªrculo extraordinario en la medicina deportiva. Por la gravedad de su lesi¨®n, por la trayectoria accidentada del tratamiento y por la recuperaci¨®n, que se pronostica inminente, se trata de un caso novedoso. Porque ?lvaro est¨¢ a un paso de cambiar su invalidez por la primera plantilla del Madrid.
El responsable del equipo que le cura es el ex baloncestista y m¨¦dico del club Alfonso del Corral. Cirujano ortop¨¦dico, experto en trasplantes de ligamento cruzado anterior, Del Corral vivi¨® junto a ?lvaro una de sus mayores aventuras profesionales. Ahora habla de la recuperaci¨®n de algo m¨¢s que un futbolista de ¨¦lite: '?lvaro no pod¨ªa irse a tomar una cerveza con los amigos ni estar de pie porque le comenzaba a doler la pierna. El suyo no era estrictamente un problema deportivo. Era personal. Estaba inv¨¢lido porque la primera operaci¨®n a la que fue sometido provoc¨® un cambio en la morfolog¨ªa de su rodilla y da?¨® la zona donde ten¨ªa el menisco. As¨ª que hubo que reconstruirlo mediante los trasplantes. Si vuelve a jugar ser¨¢ el primer caso en la historia de un futbolista europeo'.
?lvaro se exprime al m¨¢ximo en la recta final de su recuperaci¨®n. Fuera del campo parece relajado. Termina de entrenarse pasadas las dos de la tarde y se acomoda en un sill¨®n en la Ciudad Deportiva. Se ha cambiado la sudadera de Iverson, de los Sixers, por una camiseta sin mangas con un cacto estampado. Ha formado un grupo de rock llamado Pig Nosie (Sonido de Cerdo) y, cuando tiene tiempo, entre las dos sesiones diarias de entrenamiento, compone canciones, escribe letras, canta y toca la guitarra y la bater¨ªa.
?lvaro ha pasado de ser un impedido f¨ªsico a armarse de un cuerpo fibroso. Una m¨¢quina de levantar platos de plomo en el gimnasio, que se entrena cuatro horas diarias, corre arrastrando peso de un cable y golpea balones como un poseso en las canchas de Chamart¨ªn. Precisamente cuando se realiz¨® este reportaje cumpl¨ªa su tercer d¨ªa de contactos 'oficiales' con la pelota. 'Ni se sabe cu¨¢nto tiempo hac¨ªa que no le pegaba a un bal¨®n', dice. 'Si acaso, en mi casa, contra la pared, alg¨²n d¨ªa. Pero el paso del bal¨®n no es importante objetivamente. Psicol¨®gicamente, s¨ª. Ya te sientes futbolista', apostilla.
'Hace cuatro d¨ªas que me puse las botas y ya me sent¨ª futbolista. Mentalmente, dices: 'He dado un gran paso'. De zapatillas a botas, empiezas a hacer cuatro chorradas con el bal¨®n y te ayuda mucho. Yo s¨¦ que las peque?as cosas que me quedan por mejorar las resolver¨¦ en cuatro meses. Lo importante es que veo que la rodilla est¨¢ para jugar al f¨²tbol, que me va a responder a nivel de giros, de saltos, de frenar y de arrancar'.
A un ritmo de cuatro horas diarias, el entrenador de atletismo Francisco L¨®pez, especialista en saltadores y velocistas, se ocupa de que ?lvaro aumente su fuerza hasta niveles poco comunes en el f¨²tbol. Con cargas y m¨¢quinas, se ha ocupado en estos d¨ªas de que el jugador prepare 'la fuerza r¨¢pida o veloz' antes de dar el ¨²ltimo paso a 'la fuerza especial', espec¨ªfica para afinar los m¨²sculos que m¨¢s usan los futbolistas. El objetivo es que ?lvaro est¨¦ listo para incorporarse a los entrenamientos en la pr¨®xima pretemporada, quiz¨¢ en la concentraci¨®n de Ny¨®n (Suiza) prevista para el 23 de julio. Pero ¨¦l es prudente: 'Tengo la idea de entrar con el equipo cuando est¨¦ al 120%. A tope. Prefiero estar fenomenal antes que empezar desde cero en Ny¨®n y poder hacer casi todo, pero no todo. Quiero que el d¨ªa que empiece no tenga que dar ni un paso atr¨¢s'.
'Quiero saber si puedo estar a alto nivel, si puedo competir con mis compa?eros por un puesto y jugar en Primera Divisi¨®n', contin¨²a ?lvaro; 'si veo que no estoy a la altura de Primera o a alto nivel, a lo mejor me dedico a jugar en el equipo de mi pueblo o con mis amigos. Pero no quiero arrastrarme por ning¨²n lado. Yo estoy seguro de que volver¨¦. Lo f¨¢cil es enterrarte y hay bastante gente esc¨¦ptica por ah¨ª que piensa que no podr¨¦ regresar, pero se van a llevar una sorpresa. Tengo 24 a?os y soy relativamente joven. Me cuidar¨¦ para apurar, como Donato, hasta los 39. ?Estos a?os los tengo que amortizar!'.
?lvaro ha multiplicado su fuerza hasta tres veces en los ¨²ltimos meses. En la prensa horizontal, una m¨¢quina que ejercita la fuerza de los muslos, ha pasado de empujar 40 kilos a hacer nueve series de diez patadas de 170 kilos. Hace tres a?os esta recuperaci¨®n parec¨ªa imposible. Despu¨¦s de la primera operaci¨®n, su rodilla se fue deteriorando, seg¨²n ?lvaro: 'Tras la lesi¨®n, me oper¨® el doctor Pedro Guill¨¦n con malos resultados. No gan¨¦ movilidad. Ten¨ªa derrames, inflamaciones... Nunca me recuper¨¦ del todo. Comenc¨¦ la temporada con Juup Heynckes y me fui cedido al Tenerife. Al tercer partido, me hice da?o en un cart¨ªlago. Estaba jugando al f¨²tbol y estaba peor que ahora. La articulaci¨®n no iba, pero ten¨ªa el alta m¨¦dica. Hice el burro. Ten¨ªa la movilidad suficiente y no me dol¨ªa, pero notaba algo extra?o. Me hab¨ªa cambiado la forma de la rodilla y me molestaba'.
'Existen dos tipos de t¨¦cnica para reponer los ligamentos rotos', explica ?lvaro: 'la semitendinosa y la hueso-tend¨®n-hueso o HTH. Tuve que indagar para saber lo que me hac¨ªan y ahora las decisiones las tomo yo. Al principio, hice lo que me dijeron y la primera operaci¨®n, por la t¨¦cnica semitendinosa, fue un error porque me merm¨® la musculatura flexora para toda la vida. Me quitaron un tend¨®n para pon¨¦rmelo como ligamento y ese tend¨®n ya no lo tengo, as¨ª que me encontr¨¦ con un mont¨®n de problemas morfol¨®gicos a la hora de correr. Me cambi¨® el apoyo del pie y me hizo un destrozo tremendo. Fue una escabechina. En el postoperatorio pas¨¦ un mes con fiebre y sin mover la pierna. Si me veo las cicatrices, parece una herida de guerra'.
Tras su paso fugaz por el Tenerife, en el que jug¨® tres partidos, ?lvaro cay¨® en un pozo que lo llev¨® a la desesperaci¨®n: 'Estuve fatal. Un a?o entero rehabilit¨¢ndome y sin conseguir volver a correr tres d¨ªas seguidos. Eso fue lo peor. Me hab¨ªa quedado cojo. No cojeaba, pero se me cansaba la pierna enseguida. Estaba cinco minutos de pie y ten¨ªa que sentarme porque el cart¨ªlago me agotaba. No me dol¨ªa, pero me molestaba y me cansaba porque creaba una tensi¨®n antinatural en la pierna. Es el cart¨ªlago que recubre el f¨¦mur el que me molestaba. Sent¨ªa pinchacitos muy d¨¦biles y se me pon¨ªa la rodilla como una bola'.
Entonces entr¨® en escena Del Corral con un mapa de Estados Unidos y tres localidades se?aladas: Bale (Colorado), Pittsburgh (Pennsylvania), y Los ?ngeles (California). '?lvaro es mi amigo, es como un hijo para m¨ª', asegura el m¨¦dico; 'hemos vivido momentos de un dolor muy intenso y el componente afectivo que hay entre los dos es grande. Y eso cura. El amor, el afecto, cura a los enfermos, en contra de lo que se considera en el mundo anglosaj¨®n. De modo que, ante este problema, empezamos a desgajarnos la cabeza en busca de ideas. Y acudimos a tres cl¨ªnicas estadounidenses. All¨ª son pioneros en el trasplante de ligamentos y meniscos de cad¨¢ver'.
?lvaro se refiere al periplo norteamericano como a una odisea: 'Primero fuimos a Bale, donde hab¨ªa un centro especializado en lesiones de rodilla de esquiadores y en el que operaron a Elber y Del Piero. Volamos siete horas hasta Nueva York, tres horas y pico hasta Denver y otras dos horas y pico en furgoneta hasta este pueblo de la monta?a, en medio de las Rocosas. Salimos de Espa?a en manga corta y all¨ª hac¨ªa un fr¨ªo terrible. Nos dijeron que el trasplante de menisco no lo practicaban mucho y que no era muy aconsejable. Me ofrecieron tensar el ligamento cruzado para enderezar la pierna. Pero para pruebas no estaba, as¨ª que nos volvimos a Espa?a al d¨ªa siguiente'.
'Luego', prosigue ?lvaro, 'nos recomendaron Pittsburgh. Ah¨ª son expertos en trasplantes. Me abrieron y me dijeron que volviera un mes despu¨¦s a hacer una osteotom¨ªa. Volv¨ª a Espa?a para regresar a los tres meses para hacer el trasplante de menisco y de ligamento. Tras la operaci¨®n, se me pronostic¨® un a?o y medio de recuperaci¨®n. El d¨ªa despu¨¦s te sacan a caminar y te mareas del dolor. Son funcionalistas. Te obligan a hacer ejercicios. Dicen que cuanto antes hagas funcionar la articulaci¨®n mejor. No he vuelto all¨¢'.
El doctor Christopher Harner abri¨® la rodilla de ?lvaro durante cinco horas y media para colocarle un menisco y un ligamento extra¨ªdos de un banco de ¨®rganos. 'Me qued¨¦ impresionado con la lentitud de Harner', explica Del Corral, que presenci¨® la intervenci¨®n en directo; 'iba muy lento, muy ordenado'.
Al regresar a Madrid, ?lvaro comenz¨® a comprobar la eficacia del trabajo de Harner. Vio que su rodilla funcionaba. Llevaba un a?o de recuperaci¨®n cuando tuvo la sensaci¨®n de que lo suyo era un embrujo: fue en diciembre de 2000, cuando estrell¨® un todoterreno contra una farola con tan mala suerte que ¨¦sta se incrust¨® en la puerta izquierda, a la altura de su rodilla: 'Fue culpa m¨ªa porque me qued¨¦ dormido. La faena fue que choqu¨¦ contra una farola a la altura de mi puerta y la barra de protecci¨®n me rompi¨® el peron¨¦ y me cort¨® el ligamento cruzado. Me plante¨¦ que deb¨ªa tener un tipo de hechizo'.
Del Corral le quit¨® el ligamento roto y le puso uno nuevo, tal y como hizo Harner. Adem¨¢s, aprovech¨® para limpiarle unos residuos que le imped¨ªan flexionar al m¨¢ximo la articulaci¨®n. Cuando volvi¨® a entrenarse, ?lvaro comprob¨® que se sent¨ªa mejor que nunca. Ahora s¨®lo le queda volver a jugar. 'He sido un poco como un mecano', dice; 's¨®lo se trat¨® de coger las piezas adecuadas y armarlas para que vaya bien'.
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