Aquellos charquitos de sangre

V¨ªctor Puerto sali¨® a hombros. Lo consigui¨® con tes¨®n y torer¨ªa al cortarle una oreja a cada uno de sus toros. Tambi¨¦n abroncaron al us¨ªa por no conceder la segunda del quinto. El mejor burel de una corrida que Lorenzo Fraile mand¨® con mucha romana. Destac¨® el quinto. Se llamaba Lechucito y toc¨® en suerte al torero manchego triunfador de la tarde. Otros no tan claros pero con tan buenas ideas y prontitud los hubo pero unas por lefas y otras por nefas no dieron chance, que diria en Sudam¨¦rica a los coletudos.

Hablando de postizos antes de abrir el port¨®n de los sustos el torero de plata Pedro D¨ªez, que estaba all¨ª tan s¨®lo para la ocasi¨®n, dej¨® que V¨ªctor Puerto le cortara la coleta y a ¨¦l brind¨® el maestro su primera faena. Un torero se retiraba pero la guerra sigue y el de Ciudad Real la lleva por su cuenta dando el callo cada tarde. Y ayer no fu¨¦ menos. Luci¨® en un quite por delantales y espectauclar serpentina. Luego con la franela dio tandas al derecho y al rev¨¦s, por delante y por detr¨¢s, por circulares con m¨¢s mando que un cabo furriel y el encelado animal pas¨® tambi¨¦n con el torero de hinojos. C¨®mo tuviera que poner fin de alguna manera se lo llev¨® a los medios y all¨ª pasaport¨® a tan digno colaborador. Pero la perita en dulce fue el quinto, por una vez se cumpli¨® el t¨®pico y Lechucito dejo que su matador le diera las m¨¢s bellas y mejor ejecutadas ver¨®nicas, cargando la suerte, de la tarde. Un quite por chicuelinas mezcladas con talaveranos tambi¨¦n agrad¨® al respetable. Y luego con la pa?os aunque se iba a tablas, como el maestro le citara desde los medios hasta all¨¢ se iba con un tranco excelente y lo recibia con el pase cambiado, o de rodillas, con molinete. Emocionante fueron las largas embestidas y como lo recog¨ªa Puerto. Entregado, con fijeza lo tore¨® con pulcritud sin bajar demasiado la mano, eso s¨ª, pero no falt¨® templanza. Y para poner digno colof¨®n encima le recet¨® estocada que rod¨® al bicorne.

Ayer no era la tarde del siempre pundonoroso Pep¨ªn Liria. El que abri¨® plaza era tan noble como endeble pero tom¨® muletazos sueltos de buen trazo. Se fue a tablas y all¨ª lo quiso apurar el de Cehegin con la zurda muy confiado hasta que lo ech¨® a los lomos pis¨¢ndole en el suelo. Maltrecho Liria se fue a por el estoque con el tampoco estuvo certero. El cuarto, un zombombo de 636 kilos,dej¨® lucir al murciano en un quite galleando de frente por detr¨¢s que tuvo su aquel. Inici¨® faena por estatuarios y se dobl¨® para llevarlo a los medios. All¨ª con temple fue trabaj¨¢ndolo por el pit¨®n derecho. Al natural lo pas¨® sin m¨¢s y luego se di¨® un arrimoncillo de cara al tendido. Y con el mismo fin ech¨® rodillas a tierra y anim¨® el cotarro pero la espada y el verduguillo le negaron toda posibilidad de conseguir trofeo alguno.

Y tampoco era la tarde de Miguel Abell¨¢n quien estuvo descentrado con percal y franela toda la tarde. Con el que hizo tarde adem¨¢s consinti¨® que el picador Jaime Ruiz 'Soro' se lo matara en varas. El valenciano le meti¨® un puyaz¨®n barrenando, con sa?a, que luego por donde se paraba el astado dejaba tremendos charquitos de sangre. El madrile?o remat¨® la faena con m¨¢s trabajos. Y en el que cerr¨® plaza puso a correr al respetable