?Protestatarios del mundo, un¨ªos!
La reciente decisi¨®n del Banco Mundial de suspender, ante el temor de protestas populares gigantes, su pr¨®xima reuni¨®n prevista en Barcelona constituye una victoria m¨¢s en la lista de trofeos conseguidos por los movimientos sociales contra la globalizaci¨®n. Viene a a?adirse al ¨¦xito contra el proyecto del AMI (Acuerdo multilateral sobre las inversiones), a la victoria de Seattle contra la puesta en marcha de la Ronda del Milenio por la Organizacion Mundial del Comercio (OMC), a la fiesta del Foro Social Mundial de Porto Alegre, y a la euforia de la marcha zapatista sobre M¨¦xico.
Despu¨¦s de un largo periodo de aparente letargia, que la din¨¢mica de la globalizaci¨®n aprovech¨® para cobrar mayor arrogancia, los movimientos sociales acabaron por descifrar los mecanismos t¨¦cnicos de esa din¨¢mica y los de su ideolog¨ªa-soporte, el neoliberalismo. Equipados con estas armas intelectuales, grupos diversos de activistas sociales surgidos del fondo de la sociedad civil entablaron lo que poco a poco acaba siendo una nueva guerra social planetaria. Y el n¨²mero de batallas comienza a ser ya, en menos de dos a?os, considerable: Seattle, Washington, Praga, Melbourne, Okinawa, Niza, Davos, Quebec... La pr¨®xima iba a re?irse en Barcelona, pero ante la deserci¨®n del adversario, la lidia tendr¨¢ lugar en G¨¦nova (Italia) donde, en julio, el G8 -es decir, Estados Unidos, Jap¨®n, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canad¨¢, m¨¢s Rusia- tienen la intenci¨®n de reunirse.
Lo que parec¨ªa impensable, que peque?os grupos de activistas, asociaciones de ciudadanos y organizaciones no gubernamentales (ONG), preocupados por problemas muy diferentes y dispersos a trav¨¦s de la vastedad del mundo pudieran atemorizar a los Estados m¨¢s poderosos y a las temibles instituciones financieras como el FMI, la OCDE, la OMC... se est¨¢ haciendo realidad. Otra prueba de ello es la excepcional dificultad que ha tenido la OMC, otrora cortejada por todas las capitales que se disputaban sus reuniones como si de Juegos Ol¨ªmpicos se tratara, para hallar una ciudad que aceptase ser sede de su pr¨®xima cumbre en noviembre 2001. El recuerdo de Seattle est¨¢ en todas las mentes, y s¨®lo ha habido una ciudad temeraria para arriesgarse finalmente a ello, la lejana Doha, capital del semifeudal emirato del Qatar... Todo un s¨ªmbolo.
?De d¨®nde ha sacado el movimiento social ese dinamismo nuevo que le da tal capacidad para encontrar convergencias que no exist¨ªan en un pasado reciente? Sin duda la globalizaci¨®n que unifica las pol¨ªticas econ¨®micas y generaliza las mismas f¨®rmulas (despidos masivos, empleos basura, depredaci¨®n ecol¨®gica, liquidaci¨®n del Estado de bienestar, reducci¨®n del gasto p¨²blico, despido de funcionarios, aumento de la deuda externa, marginalizaci¨®n de las minor¨ªas, etc.) contribuye a unificar las protestas. A pesar de la heterogeneidad de las reivindicaciones, una convergencia efectiva se produce entre el campesinado, sindicatos obreros, grupos ecologistas, nuevos movimientos de acci¨®n ciudadana como ATTAC (Asociaci¨®n para la Tasaci¨®n de las Transacciones y la Ayuda a los Ciudadanos), organizaciones feministas, grupos de defensa de los derechos de los ind¨ªgenas, a los que se suma una nueva generaci¨®n de j¨®venes militantes que aportan un entusiasmo fresco.
Nunca se hab¨ªa producido una convergencia de tal envergadura. Durante el Foro Social Mundial de Porto Alegre, por ejemplo, hubo debates in¨¦ditos entre organizaciones de agricultores como la Confederaci¨®n campesina francesa de Jos¨¦ Bov¨¦ o el Movimiento de los Sin Tierra brasile?o, y algunos de los sindicatos obreros m¨¢s activos contra la mundializaci¨®n como los coreanos de la KCTU, los franceses de SUD y los argentinos de la CTA. Movimientos y organizaciones ligados a clases diferentes y a sectores muy dispares, con trayectorias distintas y con posiciones ideol¨®gicas contrastadas, frente a la apisonadora de la globalizaci¨®n, se unifican.
Estos grupos se unen porque identifican en instituciones, empresas o gobiernos, enemigos comunes. Quiz¨¢ tambi¨¦n porque, en esta fase de lucha y oposici¨®n, el movimiento social ocupa el vac¨ªo dejado por los partidos pol¨ªticos de izquierda. Una izquierda tradicional que, a escala planetaria, aparece desbordada. Como aspirada por el im¨¢n del conservatismo. Mientras todos estos movimientos sociales, que hasta hace muy poco defend¨ªan exclusivamente los intereses de los sectores sociales que representaban, aceptan ahora compartir una misma visi¨®n global, y se movilizan, a la velocidad de la luz, v¨ªa Internet, para llevar a cabo acciones comunes en cualquier lugar del planeta. A¨²n no existe una Internacional de la protesta contra la globalizaci¨®n, pero ya se oye con fuerza, en todo el planeta, ese grito: ?Protestatarios de todo el mundo, un¨ªos!
Ignacio Ramonet es fundador de ATTAC y uno de los iniciadores del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Acaba de publicar Marcos, la dignidad rebelde. Conversaciones con el subcomandante Marcos.
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