Toda la triste verdad
'Toda la triste verdad', as¨ª dice Jean Am¨¦ry en una de las p¨¢ginas de M¨¢s all¨¢ de la culpa y la expiaci¨®n (Pre-Textos) para referirse a todos esos cad¨¢veres vacilantes de los llamados 'musulmanes' que sin embargo sobreviv¨ªan en los campos de concentraci¨®n nazis. Toda la triste verdad es ¨¦sa: que finalmente, en pleno horror, no mor¨ªan.
El de Jean Am¨¦ry es uno de los muchos t¨ªtulos que han aparecido en los ¨²ltimos meses a prop¨®sito de los campos nazis. El testimonio de Teofila Reich-Ranicki (Galaxia Gutenberg), o la biograf¨ªa que Myriam Anissimov ha escrito sobre Primo Levi (Editorial Complutense) son los ¨²ltimos t¨ªtulos de una serie de propuestas que recuperan la memoria de uno de los episodios inconcebibles que ha acumulado el siglo XX.
Quiz¨¢ fue El pianista en el gueto de Varsovia (Turpial/Amaranto), de Wladyslaw Szpilman, que tuvo muy buenas ventas, el punto de salida. Hay t¨ªtulos, como el de Enzo Traverso -La historia desgarrada. Ensayo sobre Auschwitz y los intelectuales (Herder)-, que son un compendio de actitudes, pero hay otros, como los de Robert Antelme -La especie humana (Arena Libros)- o de Zvi Kolitz -Y¨®sel R¨¢kover apela a Dios (G. Gutenberg)-, que son el brutal recuento de lo vivido. Y los hay que toman el Lager como camino desde el que pensar la experiencia humana, como Giorgio Agamben en Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida (Pre-Textos).
Entre los espa?oles, Jorge Sempr¨²n -Vivir¨¦ con su nombre, morir¨¢ con el m¨ªo (Tusquets)- se suma a las miradas literarias de Sefarad (Alfaguara), de Mu?oz Molina, y Vel¨®dromo de Invierno (Seix Barral), de Juana Salabert.
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