La pol¨ªtica monetaria y el crecimiento de Europa
Las leyes para salarios m¨ªnimos y la legislaci¨®n que protege el empleo tienen fuertes efectos negativosEl crecimiento econ¨®mico en la zona euro depende, seg¨²n el autor, de las reformas estructurales y no de las decisiones que pueda adoptar el Banco Central Europeo sobre los tipos de inter¨¦s.
Una y otra vez los 'expertos' de todas las ¨¢reas intentan presionar al Banco Central Europeo (BCE) para que relaje su pol¨ªtica monetaria anti-inflacionaria de forma que haya mayor crecimiento econ¨®mico en la zona del euro. Pero la pol¨ªtica monetaria no es la cura para los males de Europa. Sin duda, la confusi¨®n generada por el criticismo puede impedir que la gente vea el gran progreso econ¨®mico que ha habido en el ¨¢rea del euro desde que ¨¦ste fue introducido.
Las condiciones macroecon¨®micas generales requeridas para el crecimiento sostenido son, de hecho, m¨¢s favorables ahora de lo que han sido en a?os. El reto que enfrenta Europa es explotar este potencial econ¨®mico. Por tanto, es importante tener claro lo que la pol¨ªtica monetaria puede y no puede hacer para contribuir al crecimiento de Europa, de manera que otras reformas que es necesario realizar -aunque muchas veces sea dif¨ªcil pol¨ªticamente- no sean olvidadas.
A pesar de que hay algunas ambig¨¹edades te¨®ricas, la mejor evidencia disponible sugiere que, a la larga, la inflaci¨®n es da?ina tanto para el rendimiento como para el bienestar. El corolario de esto es que la mejor contribuci¨®n que puede hacer un banco central para asegurar que haya crecimiento a la larga es perseguir una pol¨ªtica enfocada en mantener la estabilidad de precios a mediano plazo. El consenso sobre este punto de vista se alberga, expl¨ªcitamente, en los estatutos del BCE, los cuales establecen que su 'objetivo principal ... ser¨¢ el de mantener la estabilidad de los precios'.
?Pero y el corto plazo? Muchos comentarios sugieren que una pol¨ªtica monetaria dirigida a la estabilidad de precios podr¨ªa tener efectos negativos de largo plazo, en casos extremos hasta permenentes, en el rendimiento. El mecanismo invocado es la 'hist¨¦resis' (un fen¨®meno en el que ciertos factores como la desacreditaci¨®n del capital humano o la negociaci¨®n de salarios realizadas por las personas del interior mantiene a las personas del exterior fuera de los trabajos), la cual puede hacer que los colapsos temporales tengan un impacto permanente en el rendimiento. As¨ª, seg¨²n las personas que han hecho esos comentarios, los bancos centrales deben tener cautela al ajustar la pol¨ªtica para enfrentar presiones inflacionarias, porque cualquier impacto adverso podr¨ªa resultar duradero y costoso. Un corolario para esto es la noci¨®n de que los bancos centrales deben 'darle oportunidad al crecimiento', hasta cuando esto implica 'tomar riesgos con la inflaci¨®n'.
Cualesquiera sean los m¨¦ritos y dem¨¦ritos del argumento de la hist¨¦resis, la recomendaci¨®n resultante no sobrevive el escrutinio. Las pol¨ªticas monetarias enfocadas en la estabilizaci¨®n c¨ªclica de corto plazo est¨¢n destinadas a fracasar debido a la extrema incertidumbre involucrada en la realizaci¨®n de tal ajuste preciso. El ¨²nico efecto seguro ser¨ªa un decisivo deterioro de los esfuerzos del banco por limitar la inflaci¨®n. No habr¨ªa ninguna mejora tangible ni en el nivel ni en la volatilidad del resultado en el mediano plazo. Sin duda, lo m¨¢s probable es que se lograra un menor crecimiento y un mayor desempleo. Aplicar una corrompida pol¨ªtica de este tipo implicar¨ªa que el banco central tomara riesgos injustificados con la inflaci¨®n y que su compromiso con la estabilidad de precios en el mediano plazo perdiera credibilidad.
Aunque es siempre tentador llevar a cabo r¨¢pidos ajustes a trav¨¦s de la pol¨ªtica monetaria para enfrentar problemas econ¨®micos, la ¨²nica forma de lograr un crecimiento fuerte y sostenible en el ¨¢rea del euro es ampliar el potencial de crecimiento de la econom¨ªa. Este potencial, sin embargo, depende de factores como el ambiente laboral, el capital, la disposici¨®n de conocimiento y, tal vez lo m¨¢s importante, la eficiencia con la que todo esto se emplee.
Que estos factores tengan el efecto m¨¢ximo posible depende de cuestiones estructurales de la econom¨ªa, espec¨ªficamente de la existencia de mercados competitivos y un marco de pol¨ªticas p¨²blicas que promueva, en lugar de obstruir, la realizaci¨®n de negocios. Ahora es ampliamente reconocido que hay varios elementos estructurales en el ¨¢rea del euro que inhiben activamente el crecimiento. Entre ellos se encuentran la relativamente alta participaci¨®n del Gobierno en la actividad econ¨®mica y los altos niveles de impuestos relacionados con ¨¦sta, las restricciones a la competencia en los mercados de productos y un desarrollo insuficiente de los mercados financieros.
Los impedimentos estructurales severos presentes en muchos mercados laborales del ¨¢rea del euro resultan en tasas de desempleo inaceptablemente altas en muchos pa¨ªses. Las leyes para salarios m¨ªnimos y la legislaci¨®n que protege el empleo tienen fuertes efectos negativos. Otros inhibidores de la creaci¨®n de empleos son los sistemas de subsidios y de impuestos sobre la renta y, sobre todo, la interacci¨®n de ambos. Basta a?adir a esto una mir¨ªada de inflexibilidades en la negociaci¨®n de salarios, y de insuficiencias en el entrenamiento y la educaci¨®n, para encontrar una serie de obst¨¢culos a la creaci¨®n de empleos que s¨®lo pueden ser removidos realizando una reforma estructural, no a trav¨¦s de la pol¨ªtica monetaria.
En algunos renglones como, por ejemplo, la desregulaci¨®n y el desarrollo de los mercados financieros, las reformas ya se est¨¢n realizando. Esto es en verdad alentador. Pero es esencial lograr mayores avances. El desempe?o econ¨®mico de Estados Unidos (EU) durante la d¨¦cada de 1990 mostr¨® las ganancias que puede brindar una estrategia a favor de la competencia y de los mercados. Esto ha llevado a hablar de una 'Nueva Econom¨ªa' en la que los prospectos de crecimiento a largo plazo han mejorado considerablemente gracias al aprovechamiento de los avances de la tecnolog¨ªa inform¨¢tica y de comunicaci¨®n, apoy¨¢ndose en estructuras eficientes de mercado, en la globalizaci¨®n y en un marco macroecon¨®mico estable.
Es evidente que el potencial para lograr tales avances existe en Europa tambi¨¦n. El ¨¢rea del euro puede beneficiarse de una m¨¢s amplia gama de aplicaciones para las tecnolog¨ªas de informaci¨®n y de comunicaci¨®n, pues muchos indicadores sugieren que Europa est¨¢ bastante atr¨¢s de EU en este sector (a excepci¨®n de los tel¨¦fonos celulares). Tambi¨¦n se pueden lograr mejoras a trav¨¦s de una mayor integraci¨®n del ¨¢rea del euro con la econom¨ªa global, acrecentando la competencia (de manera que refleje el mercado ¨²nico y la moneda ¨²nica) y realizando una desregulaci¨®n del mercado de productos. Si avanza hacia estas medidas, Europa podr¨ªa lograr un crecimiento mucho mayor en el futuro cercano.
En otras palabras, la clave para lograr un crecimiento sostenible en el ¨¢rea del euro -y para explotar todo el potencial de la innovaci¨®n tecnol¨®gica y aprovechar las oportunidades de los competitivos mercados globales- est¨¢ en la aplicaci¨®n de un programa integral de reformas estructurales. La pol¨ªtica monetaria del BCE no puede sustituir dichas reformas. El BCE, al enfocarse en la estabilidad de los precios en el mediano plazo, proveer¨¢ un marco monetario estable en el que Europa pueda transformar su potencial econ¨®mico en una realidad.
Otmar Issing es economista jefe y miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo. ? Project Syndicate, junio de 2001.
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