'Vacas locas', un problema sin resolver

El problema de las vacas locas supuso un enorme quebradero de cabeza para el Gobierno que s¨®lo el tiempo hizo olvidar, nunca resolver. El Ministerio de Agricultura hizo notables esfuerzos por ocultar el asunto. Por un lado, el departamento que dirige Miguel Arias Ca?ete sab¨ªa que las harinas c¨¢rnicas prohibidas, los productos que transmiten esa enfermedad entre el ganado vacuno, se estaban usando ilegalmente, y no lo hizo p¨²blico.

Por otro, el ministerio tard¨® m¨¢s de tres meses en reconocer la existencia de la primera res afectada en Espa?a: desde el 31 de agosto, cuando el veterinario del matadero de Montellos (A Coru?a) detect¨® s¨ªntomas sospechosos en la vaca Elvira -el diagn¨®stico fue confirmado confidencialmente por el laboratorio de referencia de Zaragoza un mes despu¨¦s- hasta el 7 de diciembre, cuando el ministro reconoci¨® por fin que el caso era positivo, y ello s¨®lo despu¨¦s de que hubiera aparecido otro animal enfermo, ya imposible de ocultar.

Pese a la actitud opaca del Gobierno, muy criticada por Bruselas hasta diciembre de 2000, la crisis de las vacas locas s¨®lo se ha cobrado una v¨ªctima pol¨ªtica en la Administraci¨®n central: el director general de Ganader¨ªa, Quintiliano P¨¦rez Bonilla, que dej¨® su cargo en enero. El cese ocurri¨® tras hacerse p¨²blico que la familia de P¨¦rez Bonilla ten¨ªa intereses en el sector ganadero y de piensos, pero fuentes pr¨®ximas al ministro han reconocido en privado que estaba muy descontento con la actitud de su director general, al que consideraba el principal responsable de los intentos de ocultaci¨®n de la crisis. Desde diciembre, la pol¨ªtica del ministerio se hizo mucho m¨¢s transparente y decidida al respecto, y las cr¨ªticas se desplazaron hacia la titular de Sanidad, Celia Villalobos, cuyas repetidas e imprudentes declaraciones -filetes de ganga, mataderos ilegales, huesos para el caldo- la colocaron en el ojo del hurac¨¢n pol¨ªtico.