Juan Bautista sali¨® a hombros

El franc¨¦s Juan Bautista sali¨® a hombros porque se atrevi¨® a ligar los pases, cosa que no hicieron Jesul¨ªn de Ubrique y Eugenio de Mora. En el ¨²ltimo toro de la corrida, Juan Bautista desde el primer momento quiso triunfar. Tom¨® el toro con una larga cambiada para despu¨¦s trazar varias ver¨®nicas de rodillas y dos buenos lances de pie. Hizo un quite muy espectacular por lopecinas. No estuvo demasiado estupendo con las banderillas, m¨¢s bien regular. Sin embargo, en la faena de ese toro trat¨® en todo momento de ligar tanto las tandas de derechazos como las de naturales. Y adem¨¢s de ligar, templ¨® y templ¨® muy bien. Luego, para rematar la faena, instrument¨® dos o tres pases por alto, muy lentos y majestuosos. Tras unas manoletinas, una de pie y dos de rodillas, se ech¨® a matar y pinch¨®. Mas despu¨¦s se tir¨® con mucha fe y cobr¨® un gran estoconazo que hizo rodar al toro. Ah¨ª estuvo la diferencia con los dos toreros citados. No cuenta la faena que hizo Juan Bautista al tercero de la tarde, porque era un inv¨¢lido. Por m¨¢s que tratara del dar el camelo, no hay que anotarle ning¨²n valor.

Jesul¨ªn de Ubrique tuvo un toro, su primero, que era para haberle cortado las dos orejas. Lo tore¨® en todo momento con mucho temple, eso es verdad, pero no lig¨® un solo pase y eso que instrument¨® cinco tandas de derechazos y dos de naturales. Adem¨¢s, tuvo el agravante de que por el pit¨®n izquierdo, en la primera tanda de naturales, el novillo pudo con el torero. En su segundo, no solamente no lig¨®, sino que templ¨® a medias y el resto fueron trapazos sin relieve.

Eugenio de Mora realiz¨® una faena en su primer toro en la que dej¨® el sello de cuatro tandas de derechazos y cuatro tandas de naturales. Las series estuvieron ejecutadas con temple y algunos muletazos de gran hondura. No obstante, no lig¨® un solo pase. Y eso es imperdonable, sobre todo cuando se tiene un buen toro para la muleta.

En su segundo hay que culpar al matador el hecho de que su picador le infligiera al toro una vara asesina. El toro qued¨® destrozado por culpa de quien le manda al picador, no otro que el maestro Eugenio de Mora. El esc¨¢ndalo pudo ser de a¨²pa.

Este a?o en Tolosa han estrenado presidente. Se llama Miguel Teller¨ªa. Sin duda, se nota que en Tolosa ha acudido la seriedad. No era como otros a?os que el presidente regalaba orejas. Sin embargo, hay un cap¨ªtulo que tambi¨¦n hace que los presidentes sean buenos o malos. Y es el de la sustituci¨®n, la validez o no, de los toros que salen. El tercero tuvo que ser devuelto a los corrales y no se hizo.