Europa se debate entre la legalizaci¨®n o la penalizaci¨®n
A pesar de la imagen de tolerancia de Holanda y de sus famosos escaparates rojos, el pa¨ªs no despenaliz¨® la prostituci¨®n hasta octubre del a?o pasado. Hasta entonces estaban prohibidos los burdeles, pero no la venta de servicios sexuales. Alemania se encamina por la misma v¨ªa.
En la pr¨¢ctica, las autoridades hac¨ªan la vista gorda con los clubes y los escaparates de chicas. Un 45% de las 30.000 prostitutas que ejercen trabaja el clubes privados. El 35% se ofrece desde los escaparates. S¨®lo una peque?a parte, casi siempre drogadictas, est¨¢ en la calle. El resto concierta citas a domicilio o en hotel.
La industria del sexo est¨¢ equiparada a cualquier otra actividad. Las prostitutas tienen derecho a vacaciones, pensi¨®n, prestaciones por desempleo y est¨¢n obligadas a pagar impuestos. Todav¨ªa se discute la elaboraci¨®n de un convenio colectivo y desde el sindicato mayoritario, FNV, se reclama al Gobierno que aclare puntos espinosos como el tipo de enfermedades de transmisi¨®n sexual que pueden considerarse enfermedades laborales. La edad de jubilaci¨®n tambi¨¦n est¨¢ en el aire.
Aunque la despenalizaci¨®n persegu¨ªa dar transparencia al sector, no todos los afectados est¨¢n satisfechos con sus consecuencias. Seg¨²n el Rode Draad (una especie de sindicato que agrupa a las prostitutas), la legalizaci¨®n ha desterrado el anonimato. Ello ha obligado a muchas mujeres a abandonar los clubes y salir a la calle por distintas razones: deseo de ocultar su trabajo, evasi¨®n fiscal o falta de papeles de residencia, por ejemplo.
Seg¨²n un informe oficial, la despenalizaci¨®n ha provocado un aumento de la prostitucion invisible (a domicilio o en hoteles). Con todo, hay coincidencia en afirmar que la ley ha mejorado las condiciones laborales y ha puesto trabas a las redes de tr¨¢fico de mujeres.
Persecuci¨®n sueca
Por el contrario, la ley castiga desde 1 de enero de 1999 la compra de servicios sexuales en Suecia con penas de multa o de hasta seis meses de c¨¢rcel. Pero los resultados de la ley, ¨²nica en Europa, son a¨²n motivo de debate.
M¨¢s que acabar con la prostituci¨®n, la intenci¨®n subyacente en la ley era enfatizar su condici¨®n de ataque a la dignidad de la mujer. Curiosamente, fueron las propias prostitutas, o al menos el sector m¨¢s representativo de la prostituta callejera, las primeras en quejarse. 'Lo ¨²nico que se conseguir¨¢ es obligarnos a nosotras, honorables mujeres, a trabajar en la clandestinidad', advirtieron. Los hechos les dieron algo de raz¨®n: hasta ahora, menos de 100 hombres han sido acusados, y los condenados a multa no superan la decena. La justicia ha sobrese¨ªdo el 40% de los casos.
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