El Malic presenta una obra de David Mamet sobre el oficio de actor

Quim Lecina y Marc Rodr¨ªguez son los protagonistas de este espect¨¢culo. Encarnan a un actor veterano y a un joven reci¨¦n incorporado a la profesi¨®n que, a causa de la diferencia generacional, tienen dos formas distintas de entender su trabajo. El mayor, curtido en escena, ha apaciguado ya los aires revolucionarios, ha abandonado las utop¨ªas en las que su compa?ero todav¨ªa cree. En d¨ªas de plena celebraci¨®n de los 25 a?os del primer Grec, Lecina destacaba ayer que ¨¦l estuvo en el programa de la edici¨®n inaugural, mientras que Rodr¨ªguez acababa de nacer; un claro paralelismo entre los personajes que ambos interpretan. En la obra aparece tambi¨¦n un regidor, encarnado por Quim Mart¨ªnez, que facilita los r¨¢pidos cambios que se suceden en la obra.

'Son 26 escenas, y algunas se resuelven con tan s¨®lo cinco r¨¦plicas. Es la grandeza de Mamet, que con muy pocas palabras es capaz de sugerir una situaci¨®n', explica Duran. El director defiende que, pese a estar muy centrada en los entresijos de la profesi¨®n de actor, Una vida al teatre es completamente generalizable: 'Todo el mundo la puede traspasar a su profesi¨®n. Podr¨ªan ser banqueros, que seguro que si son apasionados se pasan el d¨ªa hablando de dinero, de intereses y de inflaci¨®n'.

Pero m¨¢s all¨¢ de sus conversaciones sobre el teatro, y ah¨ª radica tambi¨¦n el car¨¢cter universal de sus di¨¢logos, los dos protagonistas expresan sentimientos comunes a toda la humanidad. 'Hablan de la necesidad de amar, de no sentirnos solos', explica el director. Y lo hacen, eso s¨ª, a partir de un n¨²cleo familiar muy peculiar, que es el que conforman las gentes de teatro cuando comparten un proyecto. 'Las familias teatrales son extra?as porque duran lo que dura un espect¨¢culo', indica Duran.

Con Una vida al teatre, Duran regresa al Malic, una de las salas alternativas en las que se inici¨® en la direcci¨®n. Y lo hace como un par¨¦ntesis, entre dos proyectos para el Teatre Nacional de Catalunya. 'Trabajar en una sala alternativa es siempre dif¨ªcil porque hay presupuestos muy bajos y tienes que guiarte por el bueno, bonito y barato', se?ala el director. Pese a ello, Duran no ha dudado, una vez m¨¢s, en alterar la distribuci¨®n del Malic hasta conseguir que, 'pese a ser tan peque?a', haya tres puntos de vista del espect¨¢culo. 'Unos ver¨¢n detalles que a los otros se les escapar¨¢n', dice.