Las dolencias autoinmunes tienen ra¨ªz com¨²n
El predominio de este tipo de enfermedades entre las mujeres abre una buena v¨ªa de investigaci¨®n
Ya sea bebiendo mucho o conduciendo demasiado r¨¢pido, o meti¨¦ndose en peleas, normalmente los hombres desarrollan m¨¢s conductas autodestructivas que las mujeres. Pero ?por qu¨¦ tendr¨ªan que molestarse en hacerlo las mujeres cuando sus cuerpos pueden encargarse por s¨ª mismos de autodestruirse?
Por causas que los investigadores s¨®lo est¨¢n empezando a comprender, las mujeres corren muchos m¨¢s riesgos que los hombres de padecer una enfermedad autoinmune, una alteraci¨®n del sistema inmunitario en la que el organismo se vuelve paranoico y empieza a atacar a uno o varios ¨®rganos corporales.
La lista de enfermedades autoinmunes es larga y diversa, y se compone de m¨¢s de 80 trastornos que afligen pr¨¢cticamente a todos los ¨®rganos y funciones corporales: el h¨ªgado, los ri?ones, las gl¨¢ndulas suprarrenales, los ovarios, el p¨¢ncreas, la piel, las articulaciones, los m¨²sculos, las vainas de mielina que recubren los nervios, los conductos salivales que sirven para escupir o los conductos lacrimales que permiten llorar.
En alguna enfermedad autoinmune hay 50 mujeres afectadas por cada hombre
Algunos de estos trastornos son molestos est¨¦ticamente, pero inocuos, como el vit¨ªligo, en el que algunos trozos de piel pierden su pigmentaci¨®n. Otros son debilitantes, pero se pueden soportar, aunque otros pueden ser graves, progresivos e incluso mortales. Por ejemplo, la esclerodermia sist¨¦mica, una enfermedad de los tejidos conectivos que tiene como resultado la hiperproducci¨®n de col¨¢geno, puede llegar a causar estragos incontenibles en los ¨®rganos del cuerpo, endureci¨¦ndolos hasta tener la consistencia de la madera y hacerse in¨²tiles.
Pr¨¢cticamente en todos los trastornos del sistema inmune, la balanza se inclina radicalmente hacia el sexo femenino. Por ejemplo, en la enfermedad de Hashimoto, en la que el sistema inmune ataca a la gl¨¢ndula tiroidea, encontramos que hay 50 mujeres por cada hombre que la padece. Para el lupus eritematoso sist¨¦mico, que es una inflamaci¨®n del tejido conectivo, la proporci¨®n es de nueve a uno, y siete mujeres por cada hombre padecen el hipertiroidismo de Graves. Incluso las enfermedades inmunitarias menos abiertamente femeninas, como la esclerosis m¨²ltiple y la diabetes de tipo 1 o juvenil, afectan al doble de mujeres que de hombres.
'Las cifras son bastante escalofriantes', comenta Caroline C. Whitacre, profesora de virolog¨ªa molecular, inmunolog¨ªa y gen¨¦tica m¨¦dica en Ohio (EE UU). De acuerdo con esta experta, de todas las personas que padecen enfermedades autoinmunes (en Espa?a, extrapolando datos de EE UU, puede haber m¨¢s de un mill¨®n de enfermos), casi el 80% son mujeres.
Ahora, gracias al en¨¦rgico impulso del movimiento de salud de la mujer y a la mayor capacidad de explorar los mecanismos moleculares de la respuesta del sistema inmune, los investigadores avanzan al menos en la direcci¨®n correcta para comprender c¨®mo y por qu¨¦ a veces el cuerpo se declara la guerra a s¨ª mismo. Est¨¢n descubriendo por qu¨¦ las mujeres son especialmente propensas a las aberraciones del sistema inmune y est¨¢n creando nuevos planteamientos para bloquear los ataques mal encaminados y permitir la curaci¨®n de los ¨®rganos utilizados como chivo expiatorio.
Uno de los hallazgos m¨¢s intrigantes surge del descubrimiento de que, durante el embarazo, la madre y el feto intercambian c¨¦lulas corporales que pueden mantenerse en la circulaci¨®n del uno o la otra durante a?os o incluso d¨¦cadas despu¨¦s del nacimiento. Ahora parece que, en contadas ocasiones, este encantador v¨ªnculo puede tener a la larga terribles consecuencias y producir una reacci¨®n autoinmune en la madre y en el hijo.
En otro estudio que aparecer¨¢ el pr¨®ximo mes en The Journal of Clinical Investigation, Denise L. Faustman, del laboratorio de inmunobiolog¨ªa de la Facultad de Medicina de Harvard, y sus compa?eros del hospital General de Massachusetts, informan de que han logrado curar la diabetes de tipo 1 de un rat¨®n de laboratorio mediante una terapia relativamente breve y sencilla. El tratamiento, que consiste en una serie de inyecciones de un f¨¢rmaco denominado CFA durante 40 d¨ªas, induce al cuerpo a producir la denominada necrosis tumoral de factor alfa, que es una mol¨¦cula de se?alizaci¨®n del sistema inmune. Como contrapartida, este factor de necrosis incita a las c¨¦lulas aberrantes a suicidarse mediante un programa cuidadosamente organizado que se denomina apoptosis o muerte celular programada.
Como describe Faustman, los ratones a los que se ha purgado de sus c¨¦lulas autoinmunes desarrollan r¨¢pidamente los islotes pancre¨¢ticos, permitiendo al p¨¢ncreas recuperar su merecido papel de f¨¢brica de explotaci¨®n de la insulina. En el 75% de los casos, los ratones se libran de la diabetes para el resto de sus vidas, con lo que puede que ¨¦sta sea la primera cura aut¨¦ntica para este desgarrador trastorno creada en un laboratorio animal.
A¨²n queda mucho camino para que el tratamiento demuestre su val¨ªa en los pacientes humanos, pero Faustman se?ala que es posible que finalmente demuestre su eficacia contra un amplio abanico de trastornos del sistema inmune, adem¨¢s de la diabetes juvenil.
De hecho, hay muchos inmun¨®logos que alegan que es mejor considerar que las enfermedades autoinmunes, que anteriormente se consideraban enfermedades distintas, cada una de las cuales merec¨ªa su propia subespecialidad y grupo de estudio, son variaciones de un ¨²nico tema.
'Hace muy poco que empezamos a pensar en las enfermedades del sistema inmune como un consorcio, un grupo de afecciones relacionadas que tienen muchas caracter¨ªsticas en com¨²n', comenta Noel R. Rose, profesor del Johns Hopkins y director de la Asociaci¨®n Estadounidense de Enfermedades Autoinmunes. 'Hemos avanzado en nuestra comprensi¨®n centr¨¢ndonos en estos elementos comunes'.
Seg¨²n explica Rose, uno de los motivos es que los m¨¦dicos se han dado cuenta de que las personas que padecen una enfermedad autoinmune corren m¨¢s riesgos de contraer otra. Adem¨¢s, los investigadores han descubierto que la predisposici¨®n generalizada a las enfermedades del sistema inmune puede ser cosa de toda la familia, en la que, por ejemplo, una persona padezca lupus, otra tenga artritis reumatoide y una tercera padezca la enfermedad de Graves. Rose afirm¨® que si el m¨¦dico conoce este patr¨®n familiar podr¨¢ diagnosticar m¨¢s r¨¢pidamente una enfermedad del sistema inmune.
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