El factor dieta en la adolescencia
La aceptaci¨®n del cambio y la comunicaci¨®n familiar, claves de una buena alimentaci¨®n
Si algo caracteriza a la adolescencia es el cambio f¨ªsico y emocional que se produce a lo largo de unos seis a?os en las chicas (de los 12 a los 18 a?os) y nueve en los chicos (de los 12 a los 21). En esta etapa, la alimentaci¨®n es un factor fundamental para el crecimiento y desarrollo. La aceptaci¨®n de estos cambios, la educaci¨®n diet¨¦tica y la comunicaci¨®n familiar se presentan como factores clave para mantener una dieta abundante, variada y equilibrada, que evite tanto la malnutrici¨®n como los trastornos alimentarios posteriores.
Muchos adolescentes rechazan los cambios que se producen en esta etapa y ese rechazo lo proyectan a trav¨¦s de su cuerpo e incurren en una alimentaci¨®n desequilibrada. El primer cambio que se produce es el corporal. En las chicas se manifiesta en dos fases: una, de los 12 a?os a los 15 a?os, y otra, de los 16 a los 18. En ellas se genera un ac¨²mulo de grasas en mamas, cadera y gl¨²teos. En los chicos el cambio f¨ªsico se realiza en tres etapas: de los 12 a?os a los 15 a?os, de los 16 a los 18 y de los 18 a los 21, durante la cual se produce un aumento de tejido magro.
'La adolescencia es, junto con la primera infancia, el periodo de mayor crecimiento y hay que hacer comprender a este grupo de poblaci¨®n que no se puede volver a la infancia, que lo que ocurre a los 14 a?os no es lo definitivo y que tiene que esperar a que acabe esta etapa. Si dejan de comer para ser como antes o verse delgados y altos y eliminan ciertos alimentos de la dieta tambi¨¦n se detiene el crecimiento y el desarrollo', declara Isabel Zamarr¨®n, m¨¦dico adjunto de la unidad de nutrici¨®n cl¨ªnica y diet¨¦tica del hospital Ram¨®n y Cajal, de Madrid.
El crecimiento no s¨®lo implica el desarrollo de la masa muscular y esquel¨¦tica, sino que tambi¨¦n incluye el de las v¨ªsceras (h¨ªgado, coraz¨®n y otro ¨®rganos) y, si la alimentaci¨®n no es la adecuada, el organismo utiliza los nutrientes s¨®lo para el gasto energ¨¦tico y no para su desarrollo.
El cambio f¨ªsico es paralelo al cambio emocional: los padres pasan a un segundo plano y se da m¨¢s importancia a los amigos, la m¨²sica, la imagen y al estar delgados. Muchos empiezan, sobre todo las chicas, a hacer dietas adelgazantes.
'Las dietas incontroladas en la adolescencia, en las que se pierde peso muy r¨¢pidamente para luego ganarlo, se acompa?an a menudo de cambios de tipo emocional y los adolescentes se ponen irritables, con cambios de humor. En bastantes ocasiones estas dietas son un factor de riesgo de sufrir trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia', dice Mar¨ªa Jes¨²s Mardomingo, jefa del servicio de psiquiatr¨ªa infantil del hospital Gregorio Mara?¨®n, de Madrid.
Los expertos actuales no son partidarios de proporcionar una dieta concreta, sino que prefieren hablar en t¨¦rminos de requisitos, raciones (entre 200 y 250 gramos de peso) y grupos de alimentos. En el caso de los adolescentes la dieta diaria debe incluir entre 1.500 y 2.000 calor¨ªas para las chicas y entre 2.000 y 2.500 calor¨ªas para los chicos, dependiendo de la estructura ¨®sea de cada uno y del gasto energ¨¦tico que se realice. Adem¨¢s, debe contener dos raciones de verdura (que puede ser cocida o en ensalada), de dos a cuatro piezas de fruta (una de ellas debe ser un c¨ªtrico), una raci¨®n de legumbre, dos raciones de cereales, tres raciones de l¨¢cteos y una raci¨®n de carne o pescado.
De tres a seis comidas
Del mismo modo se deben ingerir unos 1.200 miligramos de l¨¢cteos al d¨ªa (algo m¨¢s de un litro) y de forma semanal se tomar¨¢n alrededor de cuatro huevos, cuatro veces pescado azul y dos veces pescado blanco. En cuanto a la carne, no hay por qu¨¦ ce?irse a una concreta; puede ser de cerdo, ternera, cordero o de ave. El adolescente debe ingerir, de forma regular y repartida a lo largo del d¨ªa, entre un m¨ªnimo de tres y un m¨¢ximo de seis comidas.
Existe una serie de factores que ayudan al adolescente a seguir una dieta equilibrada, entre los m¨¢s importantes se encuentran: la organizaci¨®n del tiempo de las comidas y la comunicaci¨®n y participaci¨®n familiar.
En cuanto a la primera, es importante fijar un horario de comida y no omitir ninguna de ellas por excusas de prisas o cansancio. 'Hay que tener sensibilidad y formaci¨®n hacia la textura de los alimentos, el olor y el sabor y potenciar al m¨¢ximo sus cualidades organol¨¦pticas (las que se perciben a trav¨¦s de los sentidos) para que realmente comer sea un placer adem¨¢s de una planificaci¨®n bien organizada familiar, nutricional y econ¨®micamente', se?ala Isabel Zamarr¨®n.
El papel de los padres es fundamental en la adolescencia, etapa en la que deben transmitir a sus hijos mensajes positivos y, adem¨¢s, tener conocimiento para educarlos en los buenos h¨¢bitos alimentarios motiv¨¢ndoles y haci¨¦ndoles part¨ªcipes del men¨² diario. 'El comer es un aspecto de la educaci¨®n, y los padres deben conocer que existe una forma de comer correcta y sana y existe un modo incorrecto, que es el que suele dar lugar con m¨¢s frecuencia al sobrepeso y la obesidad', dice Mardomingo.
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