Una bomba de ETA hiere de gravedad a un general en Madrid
Justo Oreja Pedraza y otras 19 personas fueron alcanzadas por la explosi¨®n de una bicicleta bomba
El general Justo Oreja Pedraza, herido ayer gravemente por ETA, carec¨ªa de escolta y, seg¨²n sus vecinos, realizaba siempre el mismo trayecto. Cada ma?ana sal¨ªa a las 8.30 de su casa, en el bloque n¨²mero 134 de la calle de L¨®pez de Hoyos, torc¨ªa a la derecha, cruzaba la calle de Ros de Olano y compraba el Abc y el Marca en un quiosco donde le conoc¨ªan de toda la vida. Luego regresaba ojeando los peri¨®dicos hasta un garaje contiguo a su portal, donde le esperaba un veh¨ªculo oficial con un conductor del Ministerio de Defensa, ya que el general carec¨ªa de escolta y ¨²nicamente tomaba medidas de autoprotecci¨®n.
Los terroristas, que hab¨ªan preparado el atentado de forma 'muy minuciosa', seg¨²n el Ministerio del Interior, le estaban esperando, posiblemente a unos 100 o 200 metros, con un aparato de control remoto entre las manos. El comando hab¨ªa colocado una bicicleta de monta?a atada a una farola situada a unos tres metros del portal del militar, junto a la que el general pasaba a diario, despu¨¦s de las siete y media de la ma?ana, ya que un vecino que sali¨® de la casa a esa hora no la vio.
La mujer y uno de los cuatro hijos del general bajaron a la calle para atenderle tras la explosi¨®n
La mountain bike hab¨ªa sido cargada con una mochila con entre tres y cuatro kilos de explosivo, dinamita seg¨²n las primeras hip¨®tesis. Los terroristas seguramente se inclinaron por este m¨¦todo ante la imposibilidad de aparcar un coche en ese punto sin levantar sospechas.
'Mi marido, mi marido'
El atentado, cometido al d¨ªa siguiente de finalizar el debate sobre el estado de la naci¨®n, se produjo apenas un minuto despu¨¦s de y media, cuando el general, casado y con cuatro hijos, se dirig¨ªa al quiosco. La explosi¨®n alert¨® a su familia. 'Es mi marido, es mi marido', grit¨® la esposa del general nada m¨¢s escuchar la deflagraci¨®n, seg¨²n indicaron vecinos del mismo rellano que la vieron salir a la calle para intentar auxiliar a su marido. El militar, licenciado en Derecho, Ciencias de la Informaci¨®n y Ciencias Sociales, qued¨® tendido en el suelo, junto a una sucursal del BBVA semidestruida, con grav¨ªsimas heridas y quemaduras. El primero que se acerc¨® para atenderle fue el farmac¨¦utico Juan Jos¨¦ Carmona Vicente: 'Estaba casi desnudo, con las ropas desgarradas, muy quemado y con una hemorragia nasal. Lo primero que hicimos fue taparle, quitarle la corbata, atenderle lo poco que se pod¨ªa e intentar hablar con ¨¦l. Estaba consciente pero estaba completamente sordo y no pod¨ªa hablar'. Uno de los cuatro hijos del militar, todos de m¨¢s de 20 a?os (dos de ellos casados), lleg¨® inmediatamente. 'El hijo, Txetxu, le dijo 'pap¨¢ aguanta, que no van a poder contigo', seg¨²n relat¨® el farmac¨¦utico. El joven subi¨® a su casa, donde trat¨® de calmar a su familia sobre el estado del cabeza de familia. La explosi¨®n caus¨® heridas de diversa consideraci¨®n a 20 personas (entre ellos un ni?o de siete a?os) y provoc¨® da?os de distinta importancia en cerca de un centenar de viviendas y locales comerciales de siete bloques de las inmediaciones.
El herido m¨¢s grave era el general, quien presentaba quemaduras d¨¦rmico superficiales y profundas en el 50% de su cuerpo, heridas inciso contusas con zonas de p¨¦rdida de sustancia en las extremidades, seg¨²n el parte m¨¦dico facilitado por el hospital La Paz, donde permanece ingresado en la Unidad de Quemados Cr¨ªticos. Adem¨¢s, tiene traumatismos craneoencef¨¢lico y ocular, fractura en la mu?eca izquierda y contusi¨®n pulmonar. Su pron¨®stico es grave, se encuentra intubado, sedado y con ventilaci¨®n mec¨¢nica, aunque los m¨¦dicos no temen por su vida.
Ese tramo de la calle de L¨®pez de Hoyos, sita a 25 metros de un mercado y de la boca de metro de Prosperidad, estaba especialmente concurrida a la hora del atentado, aunque menos de lo habitual, ya que gracias a que los colegios ya han dado las vacaciones de verano, la v¨ªa no estaba poblada de ni?os esperando autobuses escolares. Por ello hubo muchos testigos presenciales del atentado que dieron su versi¨®n de los hechos a la polic¨ªa, aunque no siempre de forma coincidente.
Una mujer que acababa de aparcar su coche asegur¨® que vio c¨®mo un joven vestido con un camiseta de ciclista amarilla sal¨ªa a la carrera de la zona, se golpeaba contra la parte trasera de su autom¨®vil y, que tras incorporarse, escap¨® a toda velocidad por las calles aleda?as. Otro indic¨® que en la zona esperaban dos personas en una moto, uno con casco y otro sin ¨¦l, y que salieron a escape tras el estallido.
La teor¨ªa del ciclista -uno joven con camiseta amarilla, pantal¨®n corto negro, 1,75 metros de estatura, pelo negro y corto y complexi¨®n normal- es la que ha cobrado m¨¢s fuerza, aunque se sospecha que estaba acompa?ado por al menos otra persona.
El ministro del Interior y vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el director general de la Polic¨ªa, Juan Gabriel Cotino, pidieron la colaboraci¨®n ciudadana para intentar detener a los terroristas y especialmente para saber si alg¨²n ciudadano vio al terrorista atando la bicicleta con la mochila encima a la farola. La ayuda ser¨¢ canalizada a trav¨¦s de los tel¨¦fonos 091 y 900.100.091.
La calle de L¨®pez de Hoyos fue r¨¢pidamente acordonada y se pobl¨® en minutos de efectivos de los distintos cuerpos policiales, de bomberos y del servicio de emergencias Samur, que incluso llegaron a montar un hospital de campa?a para dar las primeras atenciones a los 20 heridos y derivarlos a los distintos hospitales de Madrid. Anoche hab¨ªan sido dados de alta todos menos dos, el general y una mujer llamada Paloma Bravo, de 45 a?os, quien sufre m¨²ltiples erosiones en cara y extremidades e hipoacusia secundaria, por lo que su pron¨®stico es reservado, seg¨²n datos facilitados por el Hospital Ram¨®n y Cajal.
Los terroristas escaparon de la zona en un Peugeot 405, robado en el barrio de Moratalaz en marzo pasado, al que hab¨ªan colocado placas de matr¨ªculas falsas id¨¦nticas a las de un coche propiedad de un vecino de Legan¨¦s que cuando fue avisado dijo que lo ten¨ªa aparcado en la calle. Las placas utilizadas para la falsificaci¨®n fueron robadas el 16 de noviembre en de ?¨ªbar (Guip¨²zcoa), junto a una troqueladora.
Los terroristas aparcaron el coche en la calle de Bidasoa, en el lujoso barrio de El Viso, y activaron un temporizador para que estallara a las 15.00 y se incendiara. La polic¨ªa hall¨® tras la primera inspecci¨®n una bomba trampa en el maletero, que intent¨® desactivar para conservar posibles pruebas. Sin embargo, tuvieron que desistir y volarlo controladamente, cerca de hora y media despu¨¦s.
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