De Almod¨®var a Berlanga
Gran Hermano II termin¨® como una falla, con pasodoble, efectos especiales y, para variar, ganador andaluz. ?Diferencias entre el primero y el segundo? De entrada, aquella virginidad perdida con un formato que trastoc¨® nuestros esquemas. Ni los concursantes ni Tele 5 pudieron frenar sus pasiones y eso influy¨® en aquella primera vez. En la segunda, todo estuvo m¨¢s atado. Los inquilinos ten¨ªan un perfil m¨¢s d¨®cil y, salvo El Yoyas, se ajustaron al gui¨®n. Pese al nudismo auspiciado por el calor, no hubo el tomate que cab¨ªa esperar porque la cadena nos rob¨® las escenas m¨¢s t¨®rridas y consolid¨® el t¨®pico de que la juventud espa?ola es discotequera, fumadora e inculta, justo lo que les conviene a los anunciantes.
Si en el GH 2000 abundaron los desgarros a lo Almod¨®var, en el segundo se intent¨® promocionar al berlanguiano Fran, el ni?o m¨¢s crecidito de una Mil¨¢ demasiado maternal. Si en el primero aparec¨ªan chusqueros y chicas de alterne, en ¨¦ste no hubo m¨¢s chispa que la labia de un chuleta que parec¨ªa un malo de Al salir de clase. Rifirrafes, sofritos y, como novedad, Nathalie, la chica de Internet que ni siquiera mereci¨® un apellido, y res¨²menes tediosos con filos¨®ficas im¨¢genes de concursantes tomando el sol, perro rasc¨¢ndose los test¨ªculos y bafles vomitando m¨²sica disco. Yo prefer¨ªa el corral de sociolog¨ªa bastarda con sus Mariajos a este v¨ªdeo dom¨¦stico con mensaje: para vivir por la cara hay que invertir en imagen.
El m¨¦rito de GH 2000 hab¨ªa sido su lado imprevisible. En GH 2001 gan¨® la contenci¨®n. Incluso la ganadora fue la menos espectacular y la que mejor resisti¨® las conspiraciones del entorno. A los nost¨¢lgicos siempre nos quedar¨¢ Mariajo, musa almodovariana muy por encima de las prestaciones de este Fran, el ¨²nico que no tuvo relaciones sexuales en la casa, que presumi¨® de pachorra machista y de su amor por valores patrios como el jam¨®n, el escaqueo y el vino. De peque?o quer¨ªa ser torero, igual que Aznar. Quiz¨¢s por eso perdi¨®, para compensar el letal mazazo del debate sobre el estado de la naci¨®n. Su rival fue Sabrina, cenicienta andaluza nacida en Francia y de padre argelino. ?Ojal¨¢ su victoria ayude a entender mejor el mestizaje! Mi lado femenino vot¨® por ?ngel, que tiene un hermano gemelo, lo cual sugiere combinaciones lascivas. Mi lado masculino apoy¨® a Eva y su l¨¢nguido f¨ªsico de cantante de fados exiliada en Oslo. Y mi lado gay se pirr¨® por Kaiet, que dijo que gay no era ning¨²n insulto justo despu¨¦s de que, fuera de la casa, un miembro de esta multitudinaria audiencia le gritara maric¨®n. ?Acabar¨¢ Sabrina travestida haciendo play back en Cr¨®nicas marcianas como un vulgar ??igo? Por de pronto, justo al terminar GH 2001, Boris Yzaguirre pidi¨® que la ganadora se casara con el pr¨ªncipe, Galindo sali¨® disfrazado de Sabrina y Sard¨¢ entrevist¨® a su ex novio. El espect¨¢culo tiene que continuar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.