Costa: 'Vuelvo a los despachos; aguant¨¦ demasiado'
El t¨¦cnico zaragocista logr¨® su segundo t¨ªtulo, pero no resiste seguir en el banquillo
El t¨¦cnico veterano y esc¨¦ptico (Luis Costa, alicantino de 58 a?os) derrot¨® al joven entusiasta y en crecimiento (V¨ªctor Fern¨¢ndez, zaragozano de 40), ambos procedentes de la escuela de entrenadores de La Romareda. "Se lo dedico a mi familia, al presidente y a los jugadores", dijo Costa, que no quiso entrar en el vestuario de su equipo para que los jugadores no lo mojasen.
El preparador alicantino es un hombre milagro para el Zaragoza. Es la segunda Copa del Rey que le da, siempre disfrazado como v¨ªctima propiciatoria. En la de 1986 venci¨® a un Barcelona poderos¨ªsimo que comandaba Bernardo Schuster en el campo y Terry Venables en el banquillo; ayer derroc¨® a un Celta que llegaba a todo gas tras un final de temporada espl¨¦ndido. Pero como adivin¨® Costa en los d¨ªas previos al partido, en esta competici¨®n siempre gana "el que va de humilde". Est¨¢ visto. El a?o pasado fue el Espanyol, ¨¦ste el Zaragoza...
Ahora, Costa, gran admirador de Luis Aragon¨¦s, volver¨¢ a donde empez¨® la campa?a: la secretar¨ªa t¨¦cnica, un lugar que abandon¨® a rega?adientes en noviembre pasado para sustituir al frente de primer equipo a Juan Manuel Lillo, sustituido tras caer en la Copa de la UEFA ante el modesto Cracovia polaco.
"Vuelvo a los despachos. Estoy cansado de aguantar muchas cosas que no voy a contar", dijo tras obtener el t¨ªtulo el t¨¦cnico alicantino, muy dolido por las cr¨ªticas que ha recibido durante la campa?a: se le acus¨® de conservador, de dar pocas oportunidades a los futbolistas j¨®venes y de ser blando en el vestuario. Al igual que en 1986, a Costa le sali¨® ayer bien la apuesta conservadora. Su equipo empez¨® fatal, muy encogido, pero le espole¨® el gran gol en contra del ruso Mostovoi y, sobre todo, el r¨¢pido empate de Xavi Aguado.
Txetxu Rojo es, desde hoy, el nuevo entrenador del Zaragoza, que jugar¨¢ la pr¨®xima edici¨®n de la Copa de la UEFA gracias al triunfo de ayer.
Acu?a, en alzaEl paraguayo Acu?a, uno de los hombres del partido, subi¨® ayer especialmente su cotizaci¨®n. Se trata de un centrocampista de una pieza. De los que da personalidad a su equipo. Fuerza y t¨¦cnica a partes iguales. Aguant¨® a los suyos en los peores instantes. "Es el triunfo del grupo sobre las individualidades. El Celta tiene mejores jugadores, pero nosotros hemos sido mejor equipo", resumi¨® Acu?a, de 29 a?os. Media hora despu¨¦s del choque, el centrocampista paraguayo de origen guaran¨ª, que trabaj¨® de alba?il antes de ser profesional del f¨²tbol, sali¨® de nuevo al c¨¦sped del estadio de La Cartuja blandiendo una bandera de su pa¨ªs. Tras lo de ayer, Acu?a se convierte en el futbolista paraguayo m¨¢s importante del momento. Llegar¨¢n a La Romareda muchas ofertas por ¨¦l.Una victoria trabajad¨ªsima entre otros por el central Paco, que pudo disputar la final despu¨¦s de que el Comit¨¦ de Disciplina Deportiva suspendiera temporalmente una sanci¨®n que arrastraba desde la semifinal ante el Atl¨¦tico de Madrid. "Si llegamos a tardar un poco m¨¢s en empatar, seguro que el ganador habr¨ªa sido el Celta", dijo el central internacional.
Otro central, precisamente el que empat¨®, fue el catal¨¢n Aguado, quien asegur¨® que estaba convencido de que iba a marcar en esta final despu¨¦s de que en la anterior, la de la Recopa de Par¨ªs en 1995, fallara un gol cantado. "No s¨¦ si voy a seguir en el Zaragoza, pero soy zaragocista de por vida", indic¨®. Aguado coment¨® una de las claves de la final: el calor insoportable, que rond¨® los 40 grados. "Creo que al Celta le ha afectado m¨¢s el calor que a nosotros", agreg¨® Aguado.
S¨¦ptimo gran t¨ªtuloY, probablemente, esa fuera una de las circunstancias que marc¨® el resultado de la final. Tras el encuentro, la cara de los jugadores reflejaba un color amarillento, los p¨®mulos sobresal¨ªan abruptamente y los ojos les brillaban con intensidad: los efectos de una temperatura tan elevada.El Zaragoza gan¨® ayer el s¨¦ptimo gran t¨ªtulo de su historia. Antes se hab¨ªa adjudicado cuatro Copas (1964, 1966, 1986 y 1994), una Copa de Ferias (1964) y una Recopa de Europa (1995). Un final feliz a una p¨¦sima temporada en la Liga, en la que estuvo con el aliento contenido hasta el final ante la amenaza del descenso.
Al final, despu¨¦s de tanta euforia desatada, la Copa sali¨® del estadio de Sevilla acomodada encima de una de las maletas de ropa del Zaragoza, vigilada por un utillero. Los jugadores se marcharon a un restaurante sevillano a montar una gran fiesta. Con Jos¨¦ Ignacio, uno de sus futbolistas m¨¢s festivos, al frente, como de costumbre cuando hay algo que celebrar. Mientras, en Zaragoza, ya celebraban el ¨¦xito, quiz¨¢ el m¨¢s inesperado. Lejos quedan los tiempos de los 5 Magn¨ªficos. Pero esta alegr¨ªa tambi¨¦n vale.
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