De Coslada

Tristeza, tristeza es lo que siento al contemplar mi ciudad y ver c¨®mo poco a poco se va deteriorando, se va devaluando, se va despersonalizando. Tras varios a?os de preocupaci¨®n, dedicaci¨®n y participaci¨®n por parte de vecinos y pol¨ªticos, hab¨ªamos conseguido hacer de Coslada, paso a paso, partiendo de un peque?o pueblo, 'una ciudad para vivir', una ciudad para ser mostrada y contemplada.

Ahora siento tristeza cada s¨¢bado, de madrugada, al dirigirme hacia mi trabajo, observando el deterioro al que se la est¨¢ sometiendo, sobre todo en esas noches de fin de semana, con papeleras arrancadas por aqu¨ª, marquesinas reventadas por all¨¢, cubos de reciclaje volcados, su basura esparcida, vasos y botellas rotas en cualquier esquina o parque, j¨®venes ebrios orinando en los portales, filas enteras de veh¨ªculos de los cuales cuelgan sus retrovisores rotos, farolas y se?ales tumbadas; vamos, como si acabara de pasar la marabunta o el cicl¨®n de El Ni?o.

Por todo ello siento tristeza, como cuando leo en la prensa que en esta mi ciudad otro joven ha sido apaleado, atracado o apu?alado. ?A qui¨¦n le tocar¨¢ el pr¨®ximo fin de semana?

Siento tristeza cuando hablo con mis amigos y me cuentan que su peque?o negocio ha sido robado por segunda vez en lo que va de mes.

?En qu¨¦ se est¨¢ convirtiendo mi ciudad o en qu¨¦ la est¨¢n dejando convertirse estos pol¨ªticos con su incompetencia? ?Es tan dif¨ªcil dimitir y reconocer que se ha fracasado? ?Cuesta tanto dejar el sill¨®n, aunque sea a tan alto precio?

Sigan as¨ª, se?ores dirigentes subidos en su pedestal, haciendo alarde de su nula capacidad, y dentro de dos a?os, en las urnas, estos sus ciudadanos no volveremos a equivocarnos de nuevo.