?Debe cederse al Estado la titularidad del Eix Transversal?
Probablemente, el s¨ªmbolo m¨¢s claro del fracaso de la acci¨®n de gobierno de la Generalitat, en estos ¨²ltimos 20 a?os, es el Eix Transversal. Hagamos un poco de historia. El primer proyecto de esta v¨ªa de comunicaci¨®n se realiz¨®, si no voy errado, en tiempos de la Generalitat republicana. El objetivo ya estaba claro: hacer una carretera que enlazara Lleida con Girona, sin pasar por Barcelona, a trav¨¦s de un recorrido por la Catalu?a interior: Cervera, Manresa, Vic, como hitos principales. Con ello se pretend¨ªa evitar el colapso del ¨¢rea barcelonesa y, a su vez, revitalizar zonas de la Catalu?a interior. Con la democracia, la idea se recupera con entusiamo y ya el Gobierno de Tarradellas -con Narc¨ªs Serra como consejero de Pol¨ªtica Territorial- realiza estudios para iniciar su construcci¨®n.
Si la Generalitat se ve incapaz de pagar la ampliaci¨®n del Eix Transversal, ?por qu¨¦ no ceder la titularidad de esta v¨ªa a quien se ha ofrecido para llevarla a cabo?
Pujol, en los comienzos de su primer Gobierno, la considera una de sus prioridades m¨¢s destacadas. Sin embargo, con su habitual incoherencia, las obras no comienzan hasta 15 a?os despu¨¦s. Eso s¨ª, con su abusiva pol¨ªtica de propaganda, procede a inaugurar cada uno de sus tramos, por peque?o que fuere, con lo cual, el Eix Transversal ha sido inaugurado casi 20 veces. Por fin, gracias a la financiaci¨®n del Gobierno del PP, el Eix Transversal se termina. Es muy dudoso que en aquel momento tuviera m¨¢xima prioridad: probablemente era m¨¢s urgente construir una autov¨ªa que comunicara adecuadamente La Jonquera con la provincia de Castell¨®n, para seguir en direcci¨®n al sur de Espa?a, como una alternativa a la autopista de peaje que es propiedad de ACESA o bien proceder a su rescate. En todo caso, la entrada en funcionamiento de la totalidad del trayecto del Eix es esperada con expectante ilusi¨®n.
Y, sin embargo, la decepci¨®n es inmediata. No se trata de una autov¨ªa, al nivel de las espa?olas de la ¨¦poca, que pueda descongestionar el paso por Barcelona del transporte pesado que va y viene del resto de Europa, sino que es una simple buena carretera al estilo de finales de la d¨¦cada de 1960 que, con el aumento de tr¨¢fico, se revela como lenta, peligrosa e insuficiente. En realidad, se ve claro que ni es alternativa a nada, ni soluciona los problemas generales de la red viaria catalana.
Por todo ello, al poco tiempo, est¨¢ claro que se impone aumentar al doble la anchura de su v¨ªa a los efectos de que se pueda convertir en lo que siempre deber¨ªa haber sido: una amplia autov¨ªa con dos carriles por banda, como m¨ªnimo. Como ya he dicho, la financiaci¨®n corri¨®, en su mayor parte, a cargo del Estado, a pesar de que la titularidad de la v¨ªa fuera de la Generalitat. Ignoro el fundamento legal de tal transferencia financiera, que, por otra parte, parece dudosa. Desde el punto de vista pol¨ªtico, la generosidad del Gobierno central deriva, al parecer, de los acuerdos de 1996 mediante los cuales CiU garantizaba el apoyo parlamentario a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en Madrid.
Ahora bien, si el pago de lo construido hasta ahora se solucion¨® de esta peculiar manera, la necesaria ampliaci¨®n ofrece en la actualidad graves problemas: la catastr¨®fica situaci¨®n financiera de la Generalitat impide que pueda financiarse con sus propios fondos. Ante esta cruda realidad, se acude de nuevo a la financiaci¨®n estatal y el Gobierno de Madrid responde que est¨¢ dispuesto a hacer frente a su coste siempre que la Generalitat le traspase su titularidad. En realidad, conforme a derecho, es una respuesta razonable y coherente. Adem¨¢s, desde el punto de vista pol¨ªtico, el apoyo parlamentario de CiU ya no es necesario en Madrid.
La respuesta del Gobierno catal¨¢n no se hace esperar: a este precio no hay trato. Ning¨²n pol¨ªtico de la oposici¨®n, que yo sepa, comenta p¨²blicamente el problema. Y, sin embargo, creo interesante hacer una reflexi¨®n sobre el mismo. ?Merece la pena que el Eix Tranversal sea una aut¨¦ntica autov¨ªa que permita no s¨®lo dar un servicio al territorio por el cual discurre, sino tambi¨¦n descongestionar buena parte de la red catalana de carreteras, al precio de traspasar la titularidad de la Generalitat al Estado? Naturalmente, una respuesta concreta, afirmativa o negativa, deber¨ªa tener en cuenta datos que, al escribir este art¨ªculo, desconozco. Ahora bien, si la conclusi¨®n a la que se llegara tras obtener estos datos fuera que la cesi¨®n de la titularidad al Estado ser¨ªa beneficiosa para el inter¨¦s de los ciudadanos en general, la respuesta deber¨ªa ser afirmativa.
Desde un nacionalismo cl¨¢sico -que tiene como objetivo prioritario conservar y aumentar el poder pol¨ªtico- se discrepar¨¢ de esta afirmaci¨®n. Desde un patriotismo bien entendido -el que busca el mayor beneficio para los ciudadanos de una determinada comunidad- no se puede dudar ni un momento en suscribirla. La raz¨®n de fondo al optar por una u otra respuesta la encontramos en la consideraci¨®n que cada uno tenga sobre si el poder pol¨ªtico es un medio o un fin en una sociedad. Para un ciudadano nacionalista, el poder pol¨ªtico es, primordialmente, un fin al servicio de la construcci¨®n de la naci¨®n -reconstrucci¨®n, dicen los historicistas m¨¢s nost¨¢lgicos- considerada como ente superior a la que deben subordinarse los individuos. Para un ciudadano no nacionalista con responsabilidad social -al que quiz¨¢ deber¨ªamos comenzar a llamar patriota a pesar del desgaste que este t¨¦rmino ha tenido en la Espa?a del siglo XX-, el poder pol¨ªtico es un medio leg¨ªtimo, aunque s¨®lo en la medida que est¨¦ al servicio de los derechos de los ciudadanos y de las finalidades sociales que son presupuesto o consecuencia de estos derechos.
Los ciudadanos espa?oles pertenecemos a tres esferas de poder p¨²blico: el estatal, el auton¨®mico y el local. Adem¨¢s, somos tambi¨¦n ciudadanos europeos y, por tanto, tambi¨¦n pertenecemos a la esfera de poder de la Uni¨®n Europea. Cualquiera de estas esferas es igualmente nuestra, est¨¢ a nuestro servicio. Las pol¨ªticas p¨²blicas -por ejemplo, la construcci¨®n de una carretera que se considere necesaria- deben llevarlas a cabo los poderes que tengan capacidad para ello. El acierto de estas pol¨ªticas debe medirse por el servicio que prestan al ciudadano. Si la Generalitat se ve incapaz de afrontar los gastos que ocasiona la ampliaci¨®n del Eix Transversal, ?por qu¨¦ no debe ceder la titularidad de esta v¨ªa de comunicaci¨®n a quien se ha ofrecido para llevarla a cabo?
Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UAB.
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