?Paso, que llega Putin!
La Duma pide al l¨ªder ruso que no corte el tr¨¢fico cuando circula por Mosc¨²
Vlad¨ªmir Putin medita su respuesta a una singular resoluci¨®n de la Duma (C¨¢mara baja del Parlamento), que, por 262 votos a favor y una sola abstenci¨®n, decidi¨® el pasado mi¨¦rcoles pedirle que acabe con una de las pr¨¢cticas que hacen especialmente infernal el siempre ca¨®tico tr¨¢fico en Mosc¨²: cada vez que el l¨ªder del Kremlin va o viene a su despacho, se cortan a la circulaci¨®n las calles por donde pasa su caravana y las adyacentes.
El caos circulatorio que eso provoca en la capital rusa tiene a los conductores, tan acostumbrados a aguantar estoicamente lo que les echen, al borde de la insurrecci¨®n. Nadie creer¨ªa posible, oyendo lo que dicen al volante, que el presidente tenga, como indican los sondeos, un ¨ªndice de aceptaci¨®n popular cercano al 70%.
Jack Nicholson se qued¨® at¨®nito hace unos d¨ªas al ver c¨®mo se cerraban las calles para dar paso a su coche
Putin no es el inventor de un procedimiento que moviliza diariamente a centenares de agentes e inmoviliza a miles de veh¨ªculos. Se remonta a los tiempos sovi¨¦ticos, cuando apenas si hab¨ªa tr¨¢fico en la capital y los carriles centrales de las grandes avenidas estaban reservados para uso exclusivo de la nomenklatura, la clase dirigente de un r¨¦gimen creado para construir una sociedad sin clases.
La costumbre se mantuvo en la nueva Rusia, con Bor¨ªs Yeltsin en el Kremlin, pero en los ¨²ltimos a?os del mandato de ¨¦ste los efectos no fueron excesivamente perniciosos para la paciencia de los moscovitas, ya que el presidente, que sufri¨® numerosos achaques de salud, pasaba la mayor parte del tiempo en su dacha (casa de campo) o en el hospital.
Pero Putin, parece, tiene una salud de hierro, trabaja un mont¨®n de horas al d¨ªa y va y viene de su casa al Kremlin con frecuencia. Para m¨¢s inri, se dice, aunque no haya confirmaci¨®n oficial, que adem¨¢s de la caravana aut¨¦ntica, hay otras dos o tres falsas para confundir a los eventuales terroristas.
Aunque sin tanta parafernalia, otras comitivas oficiales -como la del primer ministro, Mija¨ªl Kasi¨¢nov- reciben el mismo tratamiento de privilegio. Y no s¨®lo oficiales. El actor Jack Nicholson se qued¨® estupefacto hace unos d¨ªas, cuando asisti¨® al festival de cine de Mosc¨², al ver c¨®mo se cortaba el tr¨¢fico para dar paso a su coche. 'Nunca lo hab¨ªa visto en ning¨²n pa¨ªs del mundo', confes¨®.
Curiosamente, esa obsesi¨®n por la seguridad pone en peligro al presidente, ya que su comitiva circula a una velocidad que ronda los 140 kil¨®metros por hora, calculada para que un francotirador no pueda fijar la punter¨ªa, pero que puede agravar las consecuencias de cualquier accidente.
La resoluci¨®n de la Duma asegura que los diputados son conscientes de la necesidad de proteger al presidente y a otros altos dirigentes, pero recuerda que 's¨®lo en Rusia es la t¨¦cnica tan desagradable'. Y se atreve a considerar que Putin no debe tener conocimiento exacto de 'la escala del esfuerzo de protecci¨®n o la reacci¨®n de quienes se sienten humillados' por ¨¦l.
Pero tal vez los diputados hubieran seguido cruzados de brazos de no ser porque uno de ellos, el director de cine Stanislav Govorujin, sufri¨® en sus propias carnes los efectos de los cortes de tr¨¢fico por dos veces en un fin de semana, cuando Putin volv¨ªa de China el 15 de junio y cuando regresaba de la cumbre de Liubliana con George Bush dos d¨ªas m¨¢s tarde. En las dos ocasiones, la carretera que conduce al aeropuerto de Vnukovo estuvo cortada durante m¨¢s de una hora, en plena operaci¨®n salida y operaci¨®n retorno de fin de semana, hacia / desde las dachas y en medio de un calor infernal.
Todo se resolver¨ªa si Putin viviese en el Kremlin o utilizase un helic¨®ptero. Uno de los ¨²ltimos chistes que circulan en Rusia recoge este supuesto anuncio oficial: 'Atendiendo a las numerosas quejas de los ciudadanos por los cortes de tr¨¢fico, el presidente ha decidido viajar cada d¨ªa al Kremlin en metro. En consecuencia, quedar¨¢n cortadas, de 9 a 14 horas, y de 16 a 22, las siguientes l¨ªneas:...'. Cuando menos, que no falte el buen humor.
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