Veinticuatro presos de Soto escenifican 'La venganza de don Mendo'
Los actores se ganaron los aplausos de 300 compa?eros
Diez mujeres y 14 hombres demostraron que 100 d¨ªas de ensayos han sido mucho m¨¢s que una terapia contra el tedio: se ganaron los aplausos del p¨²blico, unos 300 presos que, gracias tambi¨¦n a La venganza de don Mendo, dieron esquinazo a la rutina durante media ma?ana.
Los espectadores se mostraron respetuosos, a ratos entregados, y algunos le pusieron a la representaci¨®n un punto gamberro, como de colegio mayor. Por ejemplo, ese que, a voz en grito, empez¨® a corear '?el baile del pa?uelo, el baile del pa?uelo!', demostrando que estaba muy al d¨ªa en el campo musical veraniego (es el ¨²ltimo ¨¦xito de Leonardo Dant¨¦s). Y otro que, al presenciar la escena de Don Mendo en los calabozos, exclam¨®: '?se, ¨¦se es el ambiente, colega'. Entre los actores cundi¨® el nerviosismo antes de la funci¨®n, y al final, una mezcla de satisfacci¨®n y tristeza por lo que se acaba. Antonio, 'del barrio de Carabanchel, y a mucha honra', respir¨® aliviado tras la representaci¨®n. 'Me ha costado mucho aprender el papel de Don Mendo, porque s¨®lo pod¨ªa estudiarlo los domingos, ya que de lunes a viernes trabajo en el taller de construcciones met¨¢licas y los s¨¢bados me preparo las asignaturas de segundo curso de sociolog¨ªa que estoy estudiando aqu¨ª', se?al¨® este recluso, de 39 a?os.
A Antonio le quedan por cumplir cuatro de los nueve a?os de condena y, aunque espera conseguir el r¨¦gimen abierto en pocos meses, todav¨ªa le dar¨¢ tiempo de participar en el pr¨®ximo invento de Jaime Blanch: un recital po¨¦tico con piezas 'picantonas' de la literatura.
El traj¨ªn laboral de Antonio obedece a un miedo a estar a solas, a ser consciente del tiempo que le resta a¨²n para la libertad. Y eso que la de este recluso es una soledad compartida, porque en Soto del Real ha conocido a Pilar, con la que ha contra¨ªdo matrimonio. Ella hizo de la reina Berenguela en las andanzas de Don Mendo, y esa afici¨®n compartida les ha permitido pasar m¨¢s tiempo juntos. Habitualmente ocupan m¨®dulos distintos y tienen que conformarse con un cara a cara ¨ªntimo al mes y una charla de 40 minutos a la semana. Bueno, y a las miradas que cruzan durante los talleres.
Con La venganza de don Mendo, Pilar ha recobrado la confianza en la gente, en el trabajo en equipo. 'En la prisi¨®n se vive mucho el s¨¢lvese quien pueda, se pierde el esp¨ªritu de solidaridad y te conviertes en un animal individual; el teatro nos ha ayudado a compartir', remarca esta estudiante de derecho, que lleva tres a?os en la c¨¢rcel y tiene una condena de 11. Otro de los que se sumaron al carro teatral es Ra¨²l, un argentino de 57 a?os para el que La venganza de don Mendo ha sido como 'volver a nacer'. Otra de las peculiaridades de este Don Mendo carcelario es la mezcla de acentos de los actores, entre colombianos, argentinos, bolivianos, etc¨¦tera.
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