Coraz¨®n que no siente
El nuevo coraz¨®n artificial se adapta al ejercicio del paciente, pero no a su tensi¨®n emocional
Dice el refr¨¢n: 'Ojos que no ven, coraz¨®n que no siente'. Pero con la implantaci¨®n de Abiocor, el nuevo coraz¨®n artificial, el equipo m¨¦dico del hospital de Louisville (Kentucki, EE UU) no s¨®lo ha salvado la vida de una persona de 50 a?os sino que ha tirado por tierra este antiguo dicho popular. Desde el pasado martes el hombre o la mujer (no se ha revelado su identidad) que recibi¨® este ingenioso ¨®rgano de pl¨¢stico, formado por poliuretano y titanio, tiene un coraz¨®n que no siente sus emociones, pese a que vea perfectamente todo lo que le rodea. Porque Abiocor es un salvavidas pero es tambi¨¦n un coraz¨®n desapasionado, un coraz¨®n ciego. Por eso, no latir¨¢ m¨¢s deprisa si su due?o tiene miedo, no se acelerar¨¢ cuando est¨¦ tenso por un examen, no palpitar¨¢ si se enamora.
El nuevo ¨®rgano est¨¢ preparado ¨²nicamente para acelerarse o decelerarse en funci¨®n de la actividad f¨ªsica del sujeto. Frente al funcionamiento de los corazones naturales, que transforman la energ¨ªa qu¨ªmica en movimiento, las contracciones de Abiocor las provoca la energ¨ªa el¨¦ctrica trasmitida por inducci¨®n desde una pila y transformada en energ¨ªa mec¨¢nica, esto es, en el movimiento de bombeo de sus cavidades ventriculares que animan el sistema circulatorio del individuo que lo lleva.
El coraz¨®n natural percibe las variaciones hormonales del organismo de tal modo que nota, por ejemplo, las concentraciones de adren¨¦rgicos (adrenalina, dopamina, et¨¦tera). La secreci¨®n de estas sustancias, es consecuencia de las las ¨®rdenes trasmitidas por el sistema nervioso aut¨®nomo (inconsciente), con el fin de poner en alerta distintos ¨®ganos del organismo ante una situaci¨®n de tensi¨®n.Abiocor, en cambio, no tiene unos sensores que le permitan reaccionar ante esos est¨ªmulos qu¨ªmicos responsables de gran parte de las afecciones humanas. S¨®lo cuenta con unos detectores programados para medir el movimiento del m¨²sculo m¨¢s cercano. La frecuencia de ese movimiento marcar¨¢ la frecuencia de su latido.
No obstante, los expertos coinciden en que es el coraz¨®n artificial m¨¢s avanzado como alternativa al trasplante cardiaco. No s¨®lo porque no tiene cables que perforen la piel para comunicarse con un motor exterior, lo que da mayor independencia y calidad de vida al paciente a la vez que evita infecciones, sino que adem¨¢s suplanta por completo al coraz¨®n enfermo. Hasta ahora, los avances que se hab¨ªan producido desde que en 1982 se prob¨® el primer coraz¨®n artificial (Jarvick-7) inclu¨ªan al ¨®rgano natural del individuo en el sistema de asistencia cardiaca.
Los escasos triunfos de estos car¨ªsimos experimentos han paralizado durante a?os las investigaciones, pese a que las enfermedades cardiovasculares constituyen una de las primeras causas de muerte del mundo. EE UU, donde mueren el 25% de las personas con dolencias cardiovasculares (700.000 al a?o) y donde la media de donaciones anuales se mantiene casi inm¨®vil en 3.000 mientras las listas de espera se engrosan a un ritmo de 150.000 personas al a?o, ha sido uno de los pa¨ªses que m¨¢s ha insistido en la fabricaci¨®n del coraz¨®n artificial. Tambi¨¦n los japoneses, cuya cultura les impide el trasplante de coraz¨®n, contin¨²an con esas indagaciones.
En Espa?a la situaci¨®n no es tan desesperada ni las subvenciones tan multimillonarias, pese a que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte por delante de los accidentes de tr¨¢fico. 'Aqu¨ª se trasplantan una media de 350 corazones al a?o. Las listas de espera nunca superan los dos meses (en EE UU llegan hasta dos a?os) y en un caso urgente se puede conseguir un coraz¨®n en 48/72 horas. Es el pa¨ªs con mayor ¨ªndice de donantes y eso hace que esta alternativa sea, quiz¨¢, menos necesaria', explica Juan Jos¨¦ Rufilanchas, jefe del servicio de cirug¨ªa cardiaca en el hospital 12 de Octubre.
De hecho, seg¨²n Manuel Vidal, portavoz de la multinacional Izasa -representante en Espa?a de la empresa fabricante de Abiocor- 'Espa?a iba a ser el lugar en el que se implantar¨ªa por primera vez este coraz¨®n artificial, precisamente por la facilidad de conseguir un trasplante en caso de emergencia. Al final, no ha sido as¨ª por problemas administrativos'.
Los expertos insisten en que el nuevo coraz¨®n vive una faceta puramente experimental en un paciente con una cardiopat¨ªa terminal. Muchos aluden a otras v¨ªas de investigaci¨®n, como la biotecnolog¨ªa celular y la clonaci¨®n de ¨®rganos. 'Ya es posible someter a c¨¦lulas ¨®seas del propio enfermo a unos cultivos de desarrollo especiales para que terminen actuando como c¨¦lulas cardiacas. Despu¨¦s se inyectan en la zona da?ada del coraz¨®n y, se ha comprobado, que se recupera', comenta Alonso Pulp¨®n, jefe del servicio de cardiolog¨ªa del hospital Puerta de Hierro.
La batalla por encontrar soluciones a la falta de corazones para el trasplante o al rechazo de los mismos puede deparar a¨²n muchas sopresas. Todav¨ªa ning¨²n invento a conseguido sustituir de forma permanente y perfecta al coraz¨®n humano, pero cada vez est¨¢ m¨¢s lejos de ser ciencia ficci¨®n.
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