Vacaciones solidarias
Una decena de m¨¦dicos malague?os dedicar¨¢ su mes de descanso anual a operar a unos 150 enfermos en Bolivia
Las vacaciones son sin¨®nimo de descanso y de romper la rutina. Para una decena de m¨¦dicos malague?os, este verano no se cumplir¨¢n estas pautas. No descansar¨¢n, tendr¨¢n que ponerse en pie bien temprano y meterse en el quir¨®fano m¨¢s horas de las que pasan habitualmente. Todo sea por una buena causa: operar a unas 150 personas con t¨¦cnicas de laparoscopia en una barriada marginal de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
Los cirujanos no se limitar¨¢n a quitar ves¨ªculas, intervenir hernias y atender patolog¨ªas ginecol¨®gicas. Lo m¨¢s importante de su proyecto de cooperaci¨®n no es la cirug¨ªa, sino la ense?anza. Cuando dentro de un mes se vuelvan, dejar¨¢n los 800 kilos de material quir¨²rgico y farmac¨¦utico que llevan y a un grupo de cirujanos locales preparados para continuar su labor.
Por eso, durante los primeros d¨ªas, ellos ser¨¢n los que cojan el bistur¨ª y los m¨¦dicos bolivianos har¨¢n las veces de ayudantes, pero en las ¨²ltimas semanas, ser¨¢ a la inversa.
El lunes, v¨ªspera del viaje, el jesuita Carlos Huelin, coordinador de la iniciativa, no daba abasto repartiendo billetes de avi¨®n, seguros de viaje y ultimando detalles de estas vacaciones solidarias. 'Ser¨¢ un mes de trabajo a destajo', comentaba orgulloso de que seis meses de preparaci¨®n estuviera a punto de rendir frutos.
Ayer les esperaba una viaje duro. M¨¢s de un d¨ªa, desde M¨¢laga hasta Santa Cruz, pasando por Miami. Un periplo m¨¢s extenuante pero m¨¢s barato. Cuando salieron el martes sab¨ªan que, al llegar, apenas tendr¨ªan tiempo para soltar las maletas, darse una ducha y tomar un caf¨¦. Esa misma ma?ana ya ten¨ªan comprometido el trabajo. 'No nos meteremos directamente en el quir¨®fano, pero empezaremos a ver pacientes de inmediato', aclara Montserrat Salvi, una de las cirujanas. Las patolog¨ªas a intervenir han sido elegidas por los m¨¦dicos locales, seg¨²n las necesidades de la poblaci¨®n.
El lunes, se preguntaban cu¨¢l ser¨ªa la ropa m¨¢s adecuada para llevar, si habr¨ªa suficiente infraestructura para esterilizar tanta ropa de quir¨®fano y qu¨¦ significaban los 'tres ambientes' que los m¨¦dicos bolivianos les hab¨ªan dicho que tendr¨ªan preparados. Supon¨ªan que se refer¨ªan a los dos quir¨®fanos de anestesia general y uno de local. '?Y todo para m¨ª?', preguntaba ?frica Lamenca, anestesi¨®loga del hospital Cl¨ªnico. 'Yo llevo material para dormir a 200 enfermos', aclaraba para tranquilizar a los cirujanos.
El proyecto es de la Asociaci¨®n Ben¨¦fica Huelin y ha contado con la colaboraci¨®n del hospital Cl¨ªnico, la Universidad de M¨¢laga, entidades financieras, laboratorios y una empresa de mensajer¨ªa que se encarga de transportar los 800 kilos de medicinas y material quir¨²rgico. El padre Huelin agradec¨ªa tanta colaboraci¨®n con una frase algo po¨¦tica: 'Ellos ser¨¢n las manos que operen, pero el coraz¨®n lo pone M¨¢laga'.
Para ?frica y para los residentes Elena Villa y Luis Lobato ser¨¢ la primera vez. Pero Montserrat, Carlos Vara y Luisa Garc¨ªa ya se han participado en proyectos similares en Colombia y Marruecos. En principio, la asociaci¨®n busc¨® iniciativas en Centroam¨¦rica. En Nicaragua fue imposible porque no exist¨ªa ni infraestructura para desarrollar el proyecto. Probaron con Paraguay y no obtuvieron respuesta. Hasta que finalmente ofrecieron el proyecto a un peque?o hospital de Santa Cruz, que lo acogi¨® sin dudar.
S¨®lo los novatos mostraban algo de nerviosismo por desconocer las condiciones en las que tendr¨ªan que trabajar. Pero todos estaban casi tan entusiasmados como si las vacaciones fueran en El Caribe.
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