Acad¨¨mia operativa
La lectura de unas recientes declaraciones de Manuel Sanchis-Guarner Cavanilles a la revista El Temps, y la celebraci¨®n en el Hotel Ingl¨¦s de una tertulia conmemorativa de la constituci¨®n de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua, invitan a una breve reflexi¨®n sobre la misma.
Celebro su consecuci¨®n, como desde hace tanto tiempo y lugares hab¨ªamos demandado, y considero que el logro va en beneficio de quienes en verdad estamos por la mayor utilizaci¨®n de la lengua, y entiendo que el m¨¦rito debe atribuirsele a quien como Joan Ignasi Pla por fin logr¨® cerrar el pacto con el Gobierno valenciano. No comparto los planteamientos de quienes han dejado pasar la oportunidad de sumarse al ¨¦xito, y ampliar la masa social de sus impulsores de futuro.
Coincido con Sanchis-Guarner, en la observaci¨®n de c¨®mo su padre ya estimulaba la idea del pacto, afirmando en numerosas ocasiones desde variados foros, en reuniones, inclusive publicaciones, de la Real Sociedad Econ¨®mica de Amigos del Pa¨ªs de Valencia, la idea del pluricentrismo normativo convergente.
Me encuentro tambi¨¦n entre los posibilistas, en general mal tratados, y lamento que con maximalismos, suficientemente caricaturizados, hasta por los Monty Phyton, no se hayan alcanzado con anterioridad acuerdos similares, lo que ha llevado entre otras razones, a la ausencia de representaci¨®n parlamentaria valencianista en las Cortes, como excepci¨®n del resto de las autonom¨ªas espa?olas.
Pienso que ello ser¨ªa positivo, no s¨®lo para las propias opciones valencianistas, sino tambi¨¦n para el resto de opciones, que se beneficiar¨ªan del empuje de la situaci¨®n aut¨®ctona para revalidar las condiciones de su participaci¨®n ante los propios compa?eros de organizaci¨®n estatal.
Lo que hoy parece inamovible, variar¨¢ con la nueva Europa, como se advert¨ªa precisamente en la cumbre de Niza al hablar de la ampliaci¨®n. As¨ª, el viceministro brit¨¢nico de Asuntos Europeos Peter Hain, lo defini¨® hace unos d¨ªas, con su peculiar flema no ajena de intenci¨®n cr¨ªtica, afirmando seg¨²n se defin¨ªa como europe¨ªsta pragm¨¢tico, no euroesc¨¦ptico, que Europa debe aprender a andar r¨¢pido antes que ponerse a correr.
Igual la sociedad valenciana debe aplicarse la receta, y ponerse a andar r¨¢pido, pues ya llevamos demasiado tiempo en la espera. Plantear en estos momentos nuevas cuestiones de matices no deja de ser pura ret¨®rica. La Acad¨¨mia debe ponerse cuanto antes en marcha, partiendo de que en este tema, la cultura del pacto es la ¨²nica posible. En la medida que nos alejamos en la contemplaci¨®n, se observa como s¨®lo los acuerdos que incorporan nuevas opciones permiten avanzar, mientras los desacuerdos llevan a la paralizaci¨®n.
En este sentido, celebramos aqu¨ª la constituci¨®n de la Acad¨¨mia, y tambi¨¦n la incorporaci¨®n de profesores, por mas que 9 hubiera sido mejor que 6, que con su ciencia, y su necesario esp¨ªritu de colaboraci¨®n, as¨ª entend¨ª yo las palabras de Albert Hauf, deben conseguir despu¨¦s de tantos intentos poner en marcha las posibilidades del pacto ling¨¹¨ªstico, como punto de referencia obligado para la supervivencia de nuestra lengua.
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