Algo pasa con el tiempo
Depositan blandamente a Pinochet en el pasado. Est¨¢ entre nosotros, los vivos; el pasado le rodea con su lujo habitual, puede vestirse con sus uniformes; podr¨¢, quiz¨¢, volver al Senado: la demencia que sobresee su causa es como asesino, c¨®mplice o encubridor. El tiempo es tan raro como antes de Einstein. Yo soy yo y mi pasado: lo acumulado, lo que queda; la cicatriz mal cerrada de la herida del tiempo. Objetos, im¨¢genes, olvidos, recuerdos imperfectos. Amores, fastidios. Pero el pasado es tambi¨¦n lo que nos conceden. Carmen Franco Polo no tendr¨¢ pensi¨®n de hija de militar: ese pasado no se lo dan.
El PSOE tendr¨¢ una propina por lo que le quitaron tras la guerra, pero no lo que pide. No s¨¦ qu¨¦ reminiscencias del pasado hay entre los estadistas de hoy. Gallard¨®n, descendiente afortunado de un pasado de esa guerra, da indemnizaciones a los que fueron presos pol¨ªticos de Franco: alguno recibir¨¢ 30.000 pesetas por lo que fue el destrozo, el desv¨ªo de toda su vida; y de sus hijos y nietos. El pasado impuls¨® a Gallard¨®n hacia adelante, pero a otros hacia abajo. Muchos de aquellos presos han muerto, otros murieron siendo presos, de muerte natural (la muerte natural de un preso de entonces pod¨ªa ser el pelot¨®n), y no se sabe c¨®mo sali¨® adelante su familia: o no sali¨®.
De pronto alguien, rey o papa, o cualquier cosa, pide perd¨®n a los jud¨ªos, o a los ortodoxos o los protestantes. Se supone que ese rey tiene una mismidad con aqu¨¦llos, y que las v¨ªctimas de entonces anidan en los presentes. No tengo capacidad esot¨¦rica. No entiendo quien es quien, y de qu¨¦ perd¨®n se trata. Rey o Papa o Cosa toman un mont¨®n de muertos de aquella guerra, los sacan del pasado y los convierten en santos de calendario. Tiene m¨¢s sentido, porque para ellos el pasado es un presente perpetuo, una eternidad, y lo que hacen es cambiarles de lugar: pasan de ser uno de nosotros -o de ellos- a la derecha del Dios Padre.
?Estar¨¦ yo a la izquierda? No, nadie va a la izquierda: la izquierda es el Demonio. Ese futuro es un frontis donde el Esp¨ªritu es el primero y los dem¨¢s forman una fila de quinientos o seiscientos millones a su derecha. ?O est¨¢ ¨¦l a la izquierda de todos? ?Puede estar a la izquierda? ? O se habr¨¢ llegado al estado que ellos proclaman, donde no hay izquierda ni derecha, s¨®lo ellos? Qu¨¦ pena no creer: no me divierte el crucigrama de la teolog¨ªa tonta. Pero veo a Pinochet vivo entre muertos del pasado. Cuanta canalla togada, uniformada, cruzada.
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