Los h¨¦roes de la legionela
La r¨¢pida reacci¨®n de los profesionales m¨¦dicos evit¨® lo que pudo ser una cat¨¢strofe
Un fin de semana de julio en Murcia no es una experiencia recomendable. Poca gente y mucho, much¨ªsimo, calor. En esas condiciones, un goteo de pacientes ca¨ªa sobre las urgencias de los hospitales de Murcia el s¨¢bado d¨ªa 7. Los s¨ªntomas, siempre los mismos: fiebre muy alta, dolor abdominal, n¨¢useas, v¨®mitos. No era algo normal.
A ¨²ltima hora de la ma?ana, Mar¨ªa Antonia Gonz¨¢lez Soler, m¨¦dico adjunto de urgencias del hospital Morales Meseguer, conocido como el Morales, transmiti¨® el inusual n¨²mero de casos de neumon¨ªa a la Consejer¨ªa de Sanidad y r¨¢pidamente se empezaron a tomar muestras de orina para la detecci¨®n de legionela.
A ocho kil¨®metros de all¨ª, en el hospital Virgen de la Arrixaca, simplemente la Arrixaca, la situaci¨®n en la puerta de urgencias era parecida, aunque con menor afluencia de enfermos. Por la tarde, Lola Navarro, una farmac¨¦utica residente, de 28 a?os, recibi¨® las primeras muestras para analizar. Eran siete y salieron positivas. Ya no hab¨ªa dudas: la legionela se hab¨ªa instalado en Murcia. Nadie pod¨ªa prever entonces que la ciudad estaba ante las puertas de 'la mayor epidemia del mundo', como comenta la gente por la calle.
Muchos m¨¦dicos del hospital Morales Meseguer interrumpieron sus vacaciones para volver al trabajo
Lola pas¨® toda la noche preparando el laboratorio para el d¨ªa siguiente. El domingo recibi¨® a su relevo: Mari Luz Garc¨ªa y Mar¨ªa Jes¨²s Juan, ambas tambi¨¦n residentes, los famosos MIR. Lola explic¨® la situaci¨®n, la t¨¦cnica de la detecci¨®n del ant¨ªgeno de legionela en orina, y se march¨® a descansar. Pero s¨®lo unas horas, por la tarde volvi¨® para echar una mano.
Para una legionelosis que afecta a m¨¢s de 630, dos muertos es una cifra espectacularmente baja, aun cuando no se descarta que alguno m¨¢s se sume a lista. En 1976, cuando se descubri¨® la enfermedad en un congreso de la legi¨®n americana (de ah¨ª el nombre de legionela) en un hotel de Filadelfia, fallecieron 29 personas entre los 182 infectados. Entre ellos hab¨ªa ex legionarios, curas e incluso magos que hab¨ªan pasado por el hotel. No se sabe si en Murcia hay alg¨²n mago entre los afectados, pero, si hab¨ªa alguno residiendo en el barrio de Santa Mar¨ªa de Gracia, de donde eran la gran mayor¨ªa de los afectados, y ten¨ªa m¨¢s de 60 a?os, ser¨ªa muy probable encontrarlo en el Morales.
La baja mortalidad registrada en Murcia por este brote de legionela se explica, seg¨²n Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez Cardona, microbi¨®logo de la Arrixaca, por la r¨¢pida detecci¨®n y la imposici¨®n inmediata del tratamiento correcto. De ah¨ª que el buen trabajo en las primeras horas haya sido tan importante. As¨ª como, parad¨®jicamente, el alto n¨²mero de afectados. Al ingresar tanta gente de golpe, no hubo lugar a dudas. La inoculaci¨®n tan brutal (se infecta un 1% de la poblaci¨®n expuesta, lo que dar¨ªa una cifra de m¨¢s de 60.000 murcianos en contacto con la bacteria) y en tan corto espacio de tiempo (de la curva epidemiol¨®gica se desprende que el foco emiti¨® de forma muy intensa durante un par de d¨ªas) ha dejado una epidemia 'de libro'. Gumersindo Gonz¨¢lez, jefe de la UCI del Morales, dice: 'Si esto pasa en Colombia o Rumania, estar¨ªamos hablando de una aut¨¦ntica tragedia'.
El domingo, cuando se hizo p¨²blica la epidemia, fue de los peores d¨ªas. No el peor, que estaba por llegar. Mar¨ªa Ruiz Puche, MIR de primer a?o del Morales, explica que el lunes aquello parec¨ªa 'un hospital de guerra' en el centro de la ciudad, en el que no hab¨ªa espacio para las camillas ni para las sillas de ruedas.
En la Arrixaca el d¨ªa fue 'muy divertido', seg¨²n Mari Luz, que no encontraba tiempo ni para ir a comer. Por la tarde apareci¨® Manuel Segovia, catedr¨¢tico de Microbiolog¨ªa, llevando en mano 'el bandej¨®n de muestras (m¨¢s de 40) de orina'. A Mari Luz 'se le cay¨® el alma a los pies'. Iba a ser una noche muy larga. Tan larga y ajetreada que la orina de un paciente a la que hab¨ªa que realizarle otro an¨¢lisis cay¨® en medio. 'Lo mejor es que dio positivo, tal era ya el tama?o de la epidemia'.
Y es que si los MIR han echado muchas horas en este episodio, nadie escurri¨® el bulto. Numerosos m¨¦dicos del Morales interrumpieron sus vacaciones para volver al trabajo. Como Mar¨ªa Dolores Esteve, m¨¦dico de urgencias, que desde La Manga se ofreci¨® para ayudar. Conchi Fern¨¢ndez, MIR de primer a?o del Morales, ha sido, quiz¨¢s, de las que m¨¢s han trabajado. Ha tenido tres guardias de 24 horas domingo, martes y viernes. Los j¨®venes m¨¦dicos internos y residentes que estaban de vacaciones ten¨ªan envidia y llamaban para ofrecerse. 'El repaso a la neumon¨ªa ha sido espectacular. Ha venido bien para ver c¨®mo se trabaja en una situaci¨®n de emergencia'.
Lola est¨¢ de acuerdo. Para un microbi¨®logo, una epidemia como ¨¦sta es lo que para una arquitecto una gran catedral'. A Lola y a las dem¨¢s residentes, el gerente de la Arrixaca les ha felicitado con una tarjeta. A los m¨¦dicos de plantilla, la tarjeta inclu¨ªa su firma escrita de pu?o y letra delante del abrazo.
Ya s¨®lo queda concluir el an¨¢lisis de m¨¢s de 2.000 muestras, a una media de tres por paciente, dar de alta a los hospitalizados y esperar, como dice Gonz¨¢lez, que el r¨¦cord de gravedad de la epidemia perdure por los a?os, 'como el salto de Bob Beamon'.
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