Bacalao de Islandia
No hay ninguna duda: Bj?rk y el bacalao son en estos momentos los productos m¨¢s famosos de Islandia a nivel mundial. En Catalu?a, sin embargo, hemos conocido otros espec¨ªmenes en el pasado. En los a?os sesenta, por ejemplo, se gan¨® una justa fama el escritor Gudbergur Bergsson, compa?ero del editor Jaime Salinas en su casa del Putxet y rebautizado por Jaime Gil de Biedma en su Diario del artista seriamente enfermo como Han de Islandia. Bergsson, por cierto, es autor de unos cuantos libros excelentes, entre ellos El cisne, publicado por Tusquets. A otro nivel, tambi¨¦n goz¨® recientemente de una especie de fama el cutrecorresponsal de mirada tristona y rostro mal afeitado que se asomaba por el programa Malalts de tele en medio de un decorado infecto mientras se esforzaba por explicar la actualidad de un pa¨ªs en el que casi nunca pasa nada. Pero, a pesar de todo, Islandia existe, y es algo m¨¢s que Bj?rk y bacalao. Para demostrarlo, basta con decir que en Barcelona viven nada menos que un centenar de islandeses, lo que no est¨¢ nada mal para un pa¨ªs de s¨®lo 270.000 habitantes. Y eso significa que, aunque usted no lo sepa, probablemente en sus paseos por la ciudad se ha cruzado con alg¨²n island¨¦s.
En Barcelona viven un centenar de islandeses, lo que no est¨¢ mal para un pa¨ªs de 270.000 habitantes
El pasado 17 de junio se celebr¨® el D¨ªa Nacional de Islandia. Los islandeses de Barcelona no quisieron quedarse al margen y montaron una simp¨¢tica fiesta en el Club Escandinavo.
'Ahora mismo en Islandia est¨¢n a cinco grados y est¨¢ lloviendo', comentaba divertido uno de los asistentes, 'aqu¨ª, mientras, venimos de pasar el d¨ªa en la playa y tenemos sol y calor'.
Fue un primer apunte de las diferencias que hay entre Catalu?a e Islandia, dos pa¨ªses que, seg¨²n lo o¨ªdo, se parecen como un huevo a una casta?a. Si aqu¨ª nos va la butifarra con secas, all¨ª se hinchan de bacalao. Si aqu¨ª tomamos vino de la tierra, all¨ª beben cerveza o un aguardiente llamado muerte negra. Por cierto, pueden ahorrarse la etiqueta que avisa de que es fuerte: el nombre lo dice todo.
En Barcelona, seg¨²n me contaron, los islandeses tienen tres fiestas se?aladas: el 1 de diciembre, el llamado Thorrabl¨®t y el 17 de junio. La primera conmemora la autonom¨ªa de Dinamarca en 1918. La segunda es una fiesta de origen pagano que celebra que el invierno ha llegado a su punto m¨¢ximo, y la tercera festeja la independencia, conseguida en 1944, hace tan s¨®lo 57 a?os.
Como en toda fiesta que se precie hubo, para empezar, un par de discursos. Luego lleg¨® la hora de las salchichas y la cerveza, de las risas, el zapping de conversaciones y las diversiones varias. Todo muy animado, por supuesto.
'La fiesta de febrero es m¨¢s espectacular', me coment¨®, sin embargo, Ua Matth¨ªasd¨®ttir, una islandesa que lleva cerca de veinte a?os en Barcelona y que trabaja en el sector editorial. En aquella fiesta la comida es muy tradicional y hay exquisiteces como el bacalao seco, la cabeza de cordero, los test¨ªculos de carnero, la carne ahumada y el tibur¨®n marinado.
-?Tibur¨®n marinado? -la interrumpo-, suena interesante.
-Bueno, hay malas lenguas que prefieren llamarlo tibur¨®n podrido.
-?Y se come?
-Primero se bebe una copa de aguardiente, es imprescindible, y despu¨¦s ya no te enteras del sabor que tiene.
Me comenta Ua con orgullo que este a?o de vacas locas y controles sanitarios exhaustivos no fue nada f¨¢cil importar la comida tradicional, pero que al final lo consiguieron. De hecho, Barcelona tiene el m¨¦rito de haber sido la ¨²nica ciudad europea, aparte de Reikiavik, que pudo celebrar el Thorrabl¨®t. Felicit¨¦monos.
Todos los islandeses con los que hablo est¨¢n de acuerdo en que Catalu?a e Islandia son dos mundos totalmente diferentes. No se parecen en nada.
'Bueno', puntualiza Sveinn Thorisson, un estudiante de dise?o industrial, 'si en algo se parecen Barcelona y Reikiavik es en la marcha nocturna. All¨¢ hay tambi¨¦n muchos bares, y como en verano hay el sol de medianoche, pues las copas se alargan hasta muy tarde. Hay buenos grupos de m¨²sica. Aparte de Bj?rk hay otro grupo que est¨¢ triunfando, Sigurr¨®s, que no hace mucho actu¨® en el S¨®nar'.
A continuaci¨®n, la conversaci¨®n deriva hacia la mitolog¨ªa n¨®rdica, la espectacular naturaleza de Islandia y los curiosos personajes que la pueblan.
'Conozco gente que ha visto elfos', me cuenta Sveinn. Mucha gente en Islandia cree que existen. De hecho, cuando construyen una carretera tienen que consultar a los expertos para no molestar a los elfos.
En resumen, Islandia parece un pa¨ªs ideal para Tolkien.
El zapping de conversaciones me lleva hasta Arnaldur Arnarson. 'Vine a Barcelona en 1984 para participar en un curso de m¨²sica de la Escuela Luthiers y aqu¨ª me qued¨¦', sonr¨ªe desde las alturas. 'Me cas¨¦ con una espa?ola y estoy bien aqu¨ª, pero de vez en cuando siento nostalgia de la familia, de los amigos, del fr¨ªo'.
?Nostalgia del fr¨ªo? Tiemblo s¨®lo de pensarlo. Quiz¨¢ para acentuar el efecto, mi siguiente island¨¦s de la fiesta es un especialista en pescado congelado, ?skar Karlsson, representante de la empresa Icelandic Ib¨¦rica. Me cuenta que lleva en Barcelona dos a?os y medio y que el negocio va viento en popa. Por lo visto, a los espa?oles nos va mucho el bacalao de Islandia. 'Ahora se importa cinco veces m¨¢s pescado que en 1996, y hemos llegado a las 15.000 toneladas por a?o', me informa satisfecho.
Y brindamos por el bacalao mientras la fiesta contin¨²a.
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