La perla de Costa Rica

Su anatom¨ªa, sujeta por una piernas que no se acaban nunca, estuvo a punto de confundir su carrera y desviarla hacia el baloncesto. Pero por suerte para Paulo C¨¦sar Wanchope, que el pr¨®ximo 31 cumplir¨¢ 25 a?os, su mu?eca le traicion¨® en las pruebas de selecci¨®n para ingresar en un equipo profesional. Tuvo que salir corriendo hacia el otro deporte que dominaba y que lleva en la sangre: su padre fue jugador y tres de sus hermanos lo hacen en Costa Rica. Gracias a ese intento fallido la Copa Am¨¦rica tiene una imagen a la que agarrarse para desmentir la escasez de atractivos.

En su estreno ante Honduras, Wanchope dej¨® el gol de cabeza que le dio la victoria a Costa Rica. Y aunque en t¨¦rminos estad¨ªsticos esa maniobra que ejecut¨® de forma impecable -salto poderoso y giro certero- fue su mayor aportaci¨®n, ya ten¨ªa ganada de mucho antes la atenci¨®n del p¨²blico colombiano. Un sombrero de espuela dentro del ¨¢rea, un regate de tac¨®n en un callej¨®n sin salida, un aparatoso remate de chilena y cientos de carreras refrescantes... Wanchope inyect¨® m¨¢s vistosidad en una sola tarde que los restantes futbolistas juntos en lo que va de torneo.

A su presencia atl¨¦tica y esa sensaci¨®n de que no se cansa nunca, al dominio del juego a¨¦reo que apoya en la altura (191 cent¨ªmetros) y la potencia de salto, a la endemoniada velocidad y esas piernas interminables que le ponen en ventaja para los rechaces que escupe el ¨¢rea, Wanchope une fantas¨ªa. Algo que seguramente habr¨¢ que agradecer a Romario, un modelo que el costarricense, aunque el espejo le tiraba por tierra cualquier esperanza de comparaci¨®n, tom¨® desde sus comienzos de forma obsesiva. Pero lo cierto es que su f¨²tbol recuerda al colombiano Asprilla, con quien coincidi¨® en la Liga inglesa.

Nada m¨¢s aterrizar en el f¨²tbol brit¨¢nico, en 1996, Wanchope asombr¨® con un gol impensable ante el Manchester United, mandando al suelo con un amague a Peter Schmeichel. Y pese a sus goles, Wanchope no termina de sentirse c¨®modo entre el juego directo y de constante ida y vuelta que imponen los gustos brit¨¢nicos. Milit¨® tres temporadas en el Derby County, tuvo luego un paso fugaz por el West Ham y, con un a operaci¨®n de rodilla a cuestas, aterriz¨® finalmente en el Manchester City, equipo al que no ha librado del descenso.