El Museo de Altamira re¨²ne las mejores piezas del Paleol¨ªtico
Los Reyes inauguran la reproducci¨®n de la sala de pinturas de la cueva
Los Reyes llegaron, en una ma?ana soleada, acompa?ados por la ministra Pilar del Castillo y fueron recibidos en la entrada del Museo de Altamira por el presidente de Cantabria, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Mart¨ªnez Sieso; el ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos; el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro R¨¢bago, y el presidente de la Fundaci¨®n Marcelino Bot¨ªn, Emilio Bot¨ªn. Despu¨¦s saludaron al presidente del Parlamento de Cantabria, Rafael de la Sierra; el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca; el director general de Bellas Artes, Joaqu¨ªn Puig de la Bellacasa, y, entre los invitados, a Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, vicepresidente de la Fundaci¨®n Santillana, y al duque de San Carlos, presidente de Patrimonio Nacional.
La visita, con el mismo recorrido que har¨¢ el p¨²blico, comenz¨® con una introducci¨®n del director del museo, Jos¨¦ Antonio Lasheras, que se convirti¨® en el gu¨ªa principal por las diferentes secciones. El arquitecto del edificio, Juan Navarro Baldeweg, pudo a?adir algunos rasgos de su arquitectura, como la integraci¨®n respetuosa en el paisaje y el car¨¢cter de teatro del contenedor.
El gran espacio de la copia o neocueva, con una superficie de 900 metros cuadrados, fue recorrido con mayor detenimiento. Desde la reproducci¨®n de la entrada, como si el visitante fuera un hombre de Altamira, la pasarela conduce a un campamento magdaleniense, una cl¨¢sica excavaci¨®n arqueol¨®gica y el taller del artista, donde se realizan las pinturas a base de tierras ocres, carb¨®n y agua, para desembocar en el centro de las pinturas y grabados, en una acumulaci¨®n de bisontes, caballos y ciervos. Los Reyes siguieron las explicaciones, con los detalles subrayados por un puntero l¨¢ser, y preguntaron, entre otras cuestiones, por la desaparici¨®n de los bisontes, hecho que el director del museo achac¨® a una excesiva caza.
En las distintas secciones del museo se volvieron a encontrar con el hombre de Altamira y su paso por la cueva durante el solutrense superior y el magdaleniense inferior hasta que hace 13.000 a?os un gran desplome tapon¨® su entrada. Volvieron a entrar en ella Marcelino Sanz de Sautuola y su hija en 1879, hecho que recuerda un monolito inaugurado ayer con un relieve de Julio L¨®pez Hern¨¢ndez.
'Los Reyes han quedado muy impresionados', declar¨® Pilar del Castillo, que elogi¨® la reproducci¨®n t¨¦cnica de la cueva y el desarrollo expositivo del museo. La visita no se detuvo en la biblioteca y laboratorios, pero incluy¨® la tienda de Aldeasa, donde los bisontes figuran en todos los objetos de consumo. S¨®lo falta reproducir un chubasquero esquimal de la exposici¨®n, que marc¨® la moda. El ministro ?lvarez Cascos respondi¨® a todas las preguntas sobre el laudo de Iberia y apenas sobre los 316 millones de pesetas que aporta su ministerio procedentes del 1% cultural y que se dedicar¨¢n a la urbanizaci¨®n completa de la finca, un espacio protegido que con las ¨²ltimas compras y pol¨¦micas expropiaciones alcanza las 114 hect¨¢reas, con especies vegetales y sendas peatonales y rehabilitaci¨®n de los edificios antiguos cerca de la entrada original de la cueva.
Tras las inauguraciones de ayer -por la tarde acudieron invitados arque¨®logos, directores de museos y consejeros de Cultura de otras comunidades aut¨®nomas-, el museo (www.mcu.es/nmuseos/altamira) se abre ma?ana al p¨²blico (informaci¨®n: 942 81 80 05) con una entrada de 400 pesetas, cuya venta anticipada se puede realizar en las sucursales del BSCH, Internet y cajeros autom¨¢ticos Telebanco 4B.
Babelia
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