Leaburu, el silencio y su miedo
Muchos de ellos me llamar¨ªan cipayo. Vivo y soy de Madrid, pero llevo muchos a?os veraneando en un tranquilo pueblo de Guip¨²zcoa de apenas 300 habitantes, Leaburu,que hoy es noticia porque un antiguo vecino suyo, Mikel Uribe, de la casa de Izurrain, ha sido asesinado cuando los de su cuadrilla le esperaban en la sociedad para cenar.
Desde generaciones atr¨¢s, la familia de mi novia es de este pueblo, que conozco bien. He pateado muchos veranos sus monta?as (Larte, Txapalburu) y pueblos circundantes (Belauntza, Gaztelu, Ibarra), he jugado muchas veces en su front¨®n, he estudiado, aqu¨ª en Madrid, durante varios a?os, euskera para comunicarme mejor, he ayudado a sembrar y recoger sus famosas alubias negras, he asistido numerosos domingos a su iglesia, y tambi¨¦n he pisado en varias ocasiones, por razones familiares, el cementerio, donde ahora descansa Mikel Uribe.
Pero tambi¨¦n conozco sus silencios; ni en la intimidad familiar, por miedo a rupturas fraternales, he o¨ªdo hablar de lo que se piensa sobre lo que all¨ª ocurre; s¨®lo he escuchado a alg¨²n chaval, muy espor¨¢dica e infantilmente, justificar alg¨²n secuestro o defender la independencia de Euskal Herria, aunque no a ETA. Y cuando he preguntando a esas personas, verdaderamente honradas, buenas, nobles y profundamente trabajadoras, sobre por qu¨¦ un partido tan inmoral como EH, que justifica el asesinato, gobierna all¨ª en soledad, desviando la cuesti¨®n, siempre se me dec¨ªa que, bueno, que eso de la pol¨ªtica y la violencia era algo alejado de all¨ª, y que el alcalde, un chaval muy jatorra -campechano- hac¨ªa mucho por el pueblo.
Ahora la cosa no les ha pillado tan lejos y est¨¢n muy afectados.
Este verano volver¨¦ a preguntarles qu¨¦ es lo que piensan de un Ayuntamiento en cuya sede, para dolor de la madre del asesinado Mikel Uribe, se seguir¨¢ exhibiendo, en carteles, como h¨¦roes de Euskal Herria a unos terroristas mientras su alcalde y el resto de concejales, todos ellos de EH-Batasuna, no son capaces de condenar la muerte de uno de sus vecinos dedicado a garantizar la paz y el orden de su pueblo.
?Cuando la sangre se enfr¨ªe, volver¨¢n a ver en su alcalde a ese personaje jatorra o no tendr¨¢n m¨¢s remedio que votarle, pues all¨ª no hay posibilidad de otra alternativa pol¨ªtica?
La fractura social y la ausencia de libertad de expresi¨®n es un hecho all¨ª. Da rabia ver a tanta gente noble y de bien apretar sus dientes y contener su ira con el pu?o cerrado. Todos se conocen bien. Tienen miedo de una realidad que parec¨ªa lejana o a la que no hab¨ªan dado mucha importancia, pero que ahora les tiene atrapados. Yo tambi¨¦n tendr¨ªa miedo, y, aunque escribo desde Madrid, espero que 'los de siempre' no me identifiquen y tomen represalias.
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