125 a?os de cerveza Damm
La compa?¨ªa catalana celebra su aniversario con la publicaci¨®n de un libro sobre su historia
Poco pod¨ªa pensar August Kuentzmann que sus iniciales acabar¨ªan dando nombre a la cerveza con que la compa?¨ªa catalana Damm conmemorar¨ªa sus primeros 125 a?os de existencia. Pero el hecho es que la empresa que fund¨® con su primo Joseph Damm en 1876 ha derivado con los a?os en uno de los grupos empresariales m¨¢s estables de Espa?a, con una producci¨®n, el a?o pasado, de 4.372.000 de hectolitros, el 16,6% de la producci¨®n espa?ola. Kuentzmann muri¨® tan s¨®lo un a?o despu¨¦s, cuando ten¨ªa 33 a?os.
Como otras industrias cerveceras que se implantaron en Catalu?a a mediados del siglo XIX -cuando la bebida popular por excelencia era el vino y s¨®lo unos pocos empresarios locales apostaban por el dorado de la cerveza- Damm fue fundada por extranjeros. En su caso, fueron dos primos alsacianos que llegaron a Barcelona huyendo de la ocupaci¨®n alemana de su ciudad, S¨¦lestat, a pocos kil¨®metros de Estrasburgo. Kuentzmann lo hizo en 1871; Damm, al a?o siguiente. De hecho, los or¨ªgenes de Damm se podr¨ªan situar en 1872, cuando August Kuentzmann se asoci¨® con un empresario catal¨¢n para fabricar una cerveza llamada Camps y Kuentzmann. Pero no fue hasta 1876 que se estableci¨® por su cuenta en la calle Viladomat e incorpor¨® a su primo Joseph Damm como maestro cervecero.
R¨¤pida expansi¨®n
La celebraci¨®n arranc¨® ayer con la presentaci¨®n de un libro, SA Damm. Maestros cerveceros desde 1876, de Francesc Cabana (Angle Editorial). Se trata de un volumen de casi 300 p¨¢ginas, editado en catal¨¢n y castellano, con abundante documentaci¨®n gr¨¢fica y que repasa la historia de la empresa, sobre todo en su aspecto econ¨®mico. El libro transita de los or¨ªgenes a su r¨¢pida expansi¨®n y, finalmente, a su consolidaci¨®n como l¨ªder del sector en Catalu?a con una facturaci¨®n de 53.444 millones de pesetas y un beneficio neto consolidado de 5.983 millones. A juicio de este profesor de historia econ¨®mica, existe 'un paralelismo extraordinadio entre la historia econ¨®mica de Damm y la historia econ¨®mica catalana'.
A modo de ejemplo, Cabana cit¨® la colectivizaci¨®n de 1936 y la andadura de la empresa en plena Guerra Civil, durante la que la compa?¨ªa lleg¨® a cumplir un r¨¦cord de producci¨®n en 1937, con casi 200.000 hectolitros: 'La Generalitat republicana quer¨ªa mantener el frente y la retaguardia bien surtida de cerveza', afirm¨® el autor de F¨¤briques i empresaris.
Record¨® tambi¨¦n las dificultades por las que pas¨® en la inmediata posguerra, cuando como tantos otros empresarios, los responsables de Damm -nuevamente en manos de sus anteriores propietarios- tuvieron que hacer frente a la escasez de materia prima y a las restricciones el¨¦ctricas que presidieron los primeros a?os de la dictadura de Franco. Damm tambi¨¦n tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos en lo que concierne a la est¨¦tica. A principios de los a?os cuarenta tuvo que dejar de producir su marca de cerveza tipo M¨²nich Estrella Roja, por las resonancias comunistas de su nombre, un s¨ªmbolo que se hab¨ªa registrado en 1928. En el libro se da cuenta de la habilidad de los administradores de Damm, que reciclaron el dibujo de la estrella roja de cinco puntas de una partida de posavasos en una rosa de los vientos un tanto forzada.
La presentaci¨®n del libro, celebrada en un s¨®tano de la antigua factor¨ªa de Damm en la calle de Rossell¨® de Barcelona, sirvi¨® tambi¨¦n para que el director general de la compa?¨ªa, Enric Crous, hablara de la posibilidad de convertir parte del emblem¨¢tico edificio en un museo. La construcci¨®n es la antigua f¨¢brica de La Bohemia, construida en el Eixample en los primeros a?os del siglo XX. La Bohemia fue una de las tres empresas que constituyeron la definitiva SA Damm en 1910, junto a Hijos de J. Damm, herederos de los fundadores, y una tercera compa?¨ªa, E. Cammany. Los tres grupos conservan su presencia en el consejo de administraci¨®n de la empresa m¨¢s de 90 a?os despu¨¦s.
El proyecto de formar un museo, sin embargo, no tiene fecha de realizaci¨®n porque, seg¨²n afirm¨® Crous, 'un museo es un proyecto muy ambicioso'. No lo debe ser tanto para un grupo empresarial que el a?o pasado destin¨® 2.500 millones de pesetas a la partida de mercadotecnia. Por el momento, el edificio, que dej¨® de fabricar cerveza en 1992 y que ahora alberga la sede social de Damm, contin¨²a atesorando parte del patrimonio de la compa?¨ªa, su historia, con abundante maquinaria de facturaci¨®n, fotograf¨ªas, botellas, copas, jarras, posavasos, etiquetas y carteles que forman un resumen sentimental de este siglo y cuarto de historia.
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