Un tejano en la corte de Isabel II
George Bush se empapa de la vieja Europa en su primera visita al Reino Unido
George Bush ha empezado por el Reino Unido su segunda visita a Europa desde que es presidente de Estados Unidos. En su primera visita a las islas -en su primer viaje estuvo en Madrid, Bruselas y Gotemburgo- Bush se ha empapado de la vieja Europa: ha almorzado con la reina Isabel II en el palacio de Buckingham, ha visitado el b¨²nker desde el que Winston Churchill sigui¨® dirigiendo el pa¨ªs durante la Segunda Guerra Mundial, ha le¨ªdo en los mismos salones en los que estudi¨® Carlos Marx en el Museo Brit¨¢nico y ha pasado la noche en las habitaciones de una mansi¨®n Tudor de 1565.
No es la primera vez que este presidente hijo de presidente saluda a la reina de Inglaterra. Ya tuvo ocasi¨®n de hacerlo a?os atr¨¢s, cuando Isabel II cen¨® en la Casa Blanca invitada por Bush padre. A Bush hijo la reina le pareci¨® entonces 'encantadora y con un maravilloso sentido del humor, muy ingeniosa'. Ayer, el millonario tejano tuvo una segunda ocasi¨®n de medir el humor de la reina, pero esta vez compartiendo mantel en la corte de Isabel, en los comedores suntuosos y cargados de historia del palacio de Buckingham, en el coraz¨®n del Londres hist¨®rico y acompa?ado de Laura, su esposa y primera dama.
Bush conoci¨® a la soberana a?os atr¨¢s y la encontr¨® 'encantadora e ingeniosa'
Antes de ir a palacio, George Bush quiso pisar con sus propios pies las habitaciones utilizadas durante la guerra por uno de sus mitos, Churchill. El presidente visit¨® las llamadas habitaciones del gabinete de guerra, donde Winston reun¨ªa a su Gobierno para hacer frente a la Alemania nazi. Para complementar la jornada tur¨ªstica con algo de cultura, George y Laura visitaron la sala de lectura del Museo Brit¨¢nico y compartieron libros con un grupo de ni?os. En el ambiente flotaban retazos hist¨®ricos de la vieja Europa. A pocos metros de all¨ª se reun¨ªa en tiempos el grupo de Bloomsbury, reflexionaba en silencio el poeta irland¨¦s Bernard Shaw, divagaba sobre el futuro el novelista y activista George Orwell y preparaba la revoluci¨®n Carlos Marx, seguramente la ant¨ªtesis de todo lo que es y representa el actual presidente de Estados Unidos. Marx sol¨ªa utilizar la mesa G-7, un augurio de las tareas que han tra¨ªdo a Bush hasta Europa: la cumbre del grupo de los siete pa¨ªses m¨¢s ricos del mundo. Los Bush, que llegaron el mi¨¦rcoles por la noche y volar¨¢n hoy por la ma?ana a G¨¦nova, durmieron la primera noche en la embajada de EE UU. Pero ayer pernoctaron en Chequers, la residencia de verano del primer ministro, Tony Blair. Es una mansi¨®n de ladrillo rojo de estilo Tudor edificada con su forma actual en 1565 y situada en Buckinghamshire, unos 60 kil¨®metros al noroeste de Londres.
La casa, donada en 1917 a la naci¨®n por lord Lee de Fareham, alberga numerosos recuerdos de la historia de Europa, como una mesa con pedestal de roble utilizada por Napole¨®n Bonaparte, un reloj del almirante Nelson, un anillo que perteneci¨® a Isabel I de Inglaterra o una m¨¢scara funeraria de Cromwell. En sus habitaciones grab¨® Churchill algunos de sus mensajes a la naci¨®n para llamar a la resistencia contra Hitler. Antes hab¨ªa encontrado calma y refugio en ellas el liberal Lloyd George, una especie de Bill Clinton de los a?os 20, famoso por sus devaneos amorosos.
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