Sangre y humo en las calles de G¨¦nova
Miles de manifestantes se vieron atrapados en los choques entre la polic¨ªa y los anarquistas violentos
"Te sientes tan impotente, estoy tan asustada...". Es todo lo que Nadia, una chica de Andorra, acertaba a decir en pleno ataque de nervios, con l¨¢grimas en los ojos, al volver de una de las manifestaciones de la tarde. Nadia estaba en la manifestaci¨®n m¨¢s festiva de la jornada, la llamada "marcha rosa", que pretend¨ªa situarse entre los pacifistas y la desobediencia civil de los monos blancos.
Est¨¢bamos de fiesta, con disfraces, sentados en una plaza delante de la valla y de repente apareci¨® un grupo negro [anarquistas violentos] con la polic¨ªa detr¨¢s, y cargaron contra todos nosotros. Tiraron botes de humo, gases lacrim¨®genes, y pegaron incluso a la gente normal que sal¨ªa de su casa. A los que conseguimos escapar nos amenazaban con gestos como diciendo 'luego te pillo".
La tragedia antiglobalizaci¨®n se apoder¨® ayer de G¨¦nova. Poco despu¨¦s de las seis de la tarde, tras horas de enfrentamientos de enorme brutalidad, era una ciudad convertida en una nube de humo y gases lacrim¨®genos. Entre los grupos de espa?oles se confirm¨® en pocas horas que hab¨ªa tres detenidos de la misma nacionalidad. Y la estrategia de los "grupos de afinidad" funcion¨® en medio del caos para saber que A.S.G., de 30 a?os, y A.L.G., de 29, ambos de Zaragoza, hab¨ªan sido detenidos en una de las manifestaciones m¨¢s pac¨ªficas de la tarde. Su amigo David Morel iba detr¨¢s de ellos atravesando la Plaza Marini "cuando apareci¨® un grupo de anarquistas violentos con la polic¨ªa detr¨¢s. Inmediatamente hubo una carga. En un momento m¨¢s tranquilo pasamos al lado de la polic¨ªa para salir de all¨ª, y sin mediar palabra cogieron a A., lo tiraron al suelo, y lo esposaron. Entonces L. se acerc¨® a ver qu¨¦ pasaba y lo cogieron a ¨¦l tambi¨¦n". Anoche los dos chicos segu¨ªan en la comisar¨ªa central de polic¨ªa de G¨¦nova.
[QQ] La gran preocupaci¨®n de los manifestantes era saber d¨®nde aparecer¨ªan los grupos de anarquistas violentos, a los que la organizaci¨®n quer¨ªa evitar a toda costa porque eran la excusa perfecta para que todas las fuerzas de seguridad concentradas en G¨¦nova emplearan al m¨¢ximo el material acumulado para la cumbre. La incertidumbre tuvo respuesta desde primera hora: aparecieron por todas partes.
Incluso la marcha m¨¢s importante, la de desobediencia civil, que part¨ªa del Estadio Carlini con unas 7.000 personas dispuestas a atravesar el muro de la Zona Roja, sufri¨® un choque con los grupos violentos que la dej¨® descabezada a mitad de recorrido y partida por la mitad. Entre dos calles demasiado estrechas como para reaccionar, una m¨ªnima acci¨®n violenta provoc¨® una batalla campal mostruosa. En esa manifestaci¨®n fue detenido el joven madrile?o P.A., que a pesar de las protecciones que llevaba como mono blanco, fue conducido a comisar¨ªa con un brazo roto y contusiones en la cabeza. Dos horas despu¨¦s, entre unos y otros, hab¨ªan arrasado buena parte de la Zona Amarilla y hab¨ªan dejado atr¨¢s al joven romano muerto, cuya fotograf¨ªa se convirti¨® anoche en todo un s¨ªmbolo. Las asambleas de manifestantes prepararon homenajes al fallecido hasta bien entrada la madrugada, con velas y flores, en el lugar de la tragedia.
Peque?os grupos de manifestantes, englobados en lo que se ha llamado bloque negro, practicaron la guerrilla urbana en distintos puntos de la ciudad. Grupos de polic¨ªas se hac¨ªan fotos posando como equipos de f¨²tbol, antes de cargar contra todo lo que se moviera por G¨¦nova. La ciudad qued¨® convertida en un mar de piedras, cascotes y basura.
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