Luchando contra un apodo

Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero no aburri¨® durante los 46 minutos que dur¨® su discurso de clausura. Bien es verdad que de las 25 interrupciones por aplausos que cosech¨® de los tres mil asistentes a la Conferencia Pol¨ªtica, la m¨¢s larga de ellas se produjo cuando pronunci¨® el nombre de Felipe Gonz¨¢lez. Tan larga fue que el ex presidente tuvo que levantarse y saludar. Es cierto que otras interrupciones las provoc¨® al mencionar los nombres de Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra y de Jos¨¦ Bono, al que agradeci¨® el apoyo prestado.

Bien es verdad tambi¨¦n que Zapatero lleg¨® a encontrarse tan seguro, tan impetuoso y convencido, que se atrevi¨® a interpelar a los militantes, muchos de ellos dirigentes, con una pregunta que a un invitado le record¨® los grandes actos de la iglesia evang¨¦lica y a otro los del circo de Gabi y Fof¨®.

-?Quereis ganar las elecciones...?

S¨®lo unos pocos contestaron 's¨ª', y ni siquiera en voz muy alta. ?l insisti¨®:

-?Realmente quereis que ganemos?

Pero el personal no terminaba de arrancarse. Daba igual. Zapatero segu¨ªa lanzado. Y los militantes disfrutaron. Sus alusiones a las 'cabezadas' de Piqu¨¦ ante Bush, al fiscal general del Estado, a las 60 mujeres asesinadas este a?o por culpa de la violencia dom¨¦stica provocaron estruendosos aplausos. Ninguno de ellos super¨® al que se oy¨® cuando blandi¨® el nuevo carn¨¦ del PSOE con una mano y dijo: 'Es un nuevo carn¨¦. Pero significa para nosotros lo de siempre: compromiso ¨¦tico con los dem¨¢s, ?un compromiso con la suerte de los m¨¢s desfavorecidos!'.

Momentos excepcionales

Hasta provoc¨® varias carcajadas con chistes que parec¨ªan desmentir el apodo de Sosoman con el que triunfa en los gui?oles de Canal +. Dijo que se deber¨ªan sentir afortunados porque la Conferencia estaba saliendo muy bien: nadie se hab¨ªa perdido en el aeropuerto de Barajas, no hab¨ªa intoxicaciones alimentarias y, 'de momento', no se hab¨ªa producido ning¨²n apag¨®n. Momentos excepcionales en la Espa?a de Aznar, seg¨²n Zapatero.

Y por si no bastara eso, logr¨® unir el agua con el aceite. En su af¨¢n por disipar los resquemores de los m¨¢s izquierdistas del partido, precis¨®: 'No se trata de un nuevo socialismo, sino de nuevo, socialismo'.

Algunos diputados regionales no quer¨ªan enga?arse a s¨ª mismos: 'Todo esto no es m¨¢s que una brillante puesta en escena', comentaban. Otros, sin embargo, vieron en el buen fin de fiesta con que remat¨® Zapatero la Conferencia un signo de que el PSOE va en el buen camino, y de que esta vez, 's¨ª que s¨ª'.

Si alguna vez Zapatero tuvo miedo sobre sus posibilidades, ayer parec¨ªa haberlo desterrado por completo.