M¨²sica inusual de Shostak¨®vich y Penderecki en Santander
Sigue el gran ciclo de c¨¢mara a cargo de profesores y alumnos de los Encuentros M¨²sica y Academia, que, con frecuencia, hacen sonar en el Palacio de los Festivales pentagramas apenas frecuentados. Entre ¨¦stos hay que destacar el singular ciclo de c¨¢mara con voz, Siete romanzas sobre poemas, de Alexandre Block (1880-1921), publicadas en 1918 y puestas en m¨²sica por Dimitri Shostak¨®vich en 1967.
Se trata de uno de los momentos en los que la desolada interiorizaci¨®n de Shostak¨®vich alcanza no s¨®lo un alto grado de belleza, sino tambi¨¦n una emoci¨®n turbadora. Se reflejan sensaciones tr¨¢gicas de los d¨ªas revolucionarios en los que luz y sombras, vida y muerte, l¨¢grimas, traici¨®n y sue?os de libertad se entremezclan.
Cant¨® con intensa expresividad la ucrania Tatiana Melnichenko con la pianista Plamina Mangova (Bulgaria, 1980), la violinista Dina Zemtzova (Grosny, Rusia, 1982) y el violonchelista, tambi¨¦n ruso, Eugeny Tonkha (1981), y todos ellos hicieron perfecta m¨²sica de c¨¢mara puesta al servicio de una evocaci¨®n y conmoci¨®n dram¨¢tica de traza maestra dentro de una textura sencilla y clara. El concierto fue bajo la direcci¨®n del profesor Christian Ivaldi (Par¨ªs, 1938), quien, a su vez, protagoniz¨® desde el piano una exaltatoria visi¨®n del Quinteto, de Ant¨®n Dvorak.
La otra novedad ha sido la que creo primera audici¨®n en Espa?a del Sexteto para viol¨ªn, viola, chelo, clarinete, trompa y piano, de Krzystof Penderecki, presentado en Viena el a?o pasado por un conjunto de grandes solistas, entre los que se encontraban, como en Santander, Paul Meyer, clarinete, y Radovan Vlatkovic. Al piano, el sensacional veintea?ero Kirill Gerstein (Rusia, 1979), y como viol¨ªn y viola, Latica Honda Rosenberg y Iustina Bumbu.
Retorno
No formo parte de quienes practican una casi permanente cr¨ªtica al polaco Penderecki, talento musical all¨ª donde los haya y triunfador en todos los campos. El Sexteto es cosa de verdadero maestro y en sus movimientos (un allegro moderato y un m¨¢s extenso larghetto) podemos seguir un discurso tan exactamente pensado como resuelto con perfecci¨®n. M¨²sica objetiva, de las que emocionan por s¨ª mismas, que supone el retorno del compositor a pensamientos y formas no dram¨¢ticas, pero no menos efectivas que sus inmensos frescos sagrados o sus acciones oper¨ªsticas, instaladas en los teatros y p¨²blicos m¨¢s exigentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.