La culpabilidad del rostro
En este art¨ªculo les voy a hablar de lo movedizas que son las bases en las que se asienta la asociaci¨®n entre la inmigraci¨®n y la delincuencia. Tambi¨¦n apuntar¨¦ cu¨¢l es, seg¨²n creo, la ra¨ªz de la zozobra con la que se vive en Espa?a el hecho migratorio. Y por fin, esbozar¨¦ c¨®mo se puede atemperar esta inseguridad con una pol¨ªtica m¨¢s respetuosa para con el discurrir de la inmigraci¨®n.
A finales de 2000 hab¨ªa en Espa?a 39.000 reclusos, el 20% de los cuales eran extranjeros. Los 7.500 prisioneros for¨¢neos suponen el 0,7% de la poblaci¨®n extranjera legal. Pero esa medida bruta ha de ser desagregada. Primero est¨¢ el hecho de que la prisi¨®n preventiva se aplica m¨¢s a los extranjeros que a los nacionales por el temor a la fuga. Adem¨¢s, la distribuci¨®n por sexo y edad no favorece a la poblaci¨®n extranjera. Nueve de cada diez son j¨®venes en edad activa y pocos re¨²nen las tres garant¨ªas de integraci¨®n: trabajo declarado, domicilio fijo y familia estable. De modo que si en la comparaci¨®n se atiende a su particular estructura demogr¨¢fica y a la precariedad de sus anclajes, el resultado ir¨¢ en la direcci¨®n de achicar las diferencias entre aut¨®ctonos y for¨¢neos. No es un aluvi¨®n, sino m¨¢s bien un embalse, porque los residentes legales han tenido un ritmo de crecimiento mucho mas intenso que los enrejados. El porcentaje de incremento de 2000 respecto de 1997 ha sido del 69% entre los residentes frente al 19% entre los reclusos. Con el a?adido que la poblaci¨®n reclusa se acumula sin apenas salidas, mientras que entre los legales el retorno y la reemigraci¨®n son m¨¢s frecuentes de lo imaginado.
Examinemos ahora los datos que se refieren a los extranjeros detenidos por la Guardia Civil entre 1998 y 2000. La cifra ha pasado de 13.000 a 20.000 y da fe del empuje creciente de la inmigraci¨®n indocumentada. Pero si de la cifra total se separan los detenidos al entrar de aquellos que cometen un delito, entonces la sobre representaci¨®n de los extranjeros se rebaja sustancialmente. Y hecha esta operaci¨®n, resulta que del total de detenidos en el 2000 el 90% lo son por tratar de entrar sin permiso. Del mismo modo, en las estad¨ªsticas policiales sobre detenciones cabe distinguir las repeticiones a una misma persona y las retenciones que obedecen a la 'inseguridad del rostro', de los arrestos practicados por cometer delitos. Estas precisiones enfr¨ªan el 'coeficiente exagerado'. De modo que la condici¨®n de extranjero que se presume sin arraigo y la facilidad de su identificaci¨®n tienen un fuerte impacto en su sobrerrepresentaci¨®n estad¨ªstica tanto entre los presos preventivos como en el c¨®mputo de las detenciones.
En pocas palabras. La mayor¨ªa de los detenidos son inmigrantes irregulares, concepto muy distinto al de los delincuentes extranjeros. Esa diferencia la demostr¨® muy bien el grupo policial BETA, que opera en la frontera de Tijuana. Su actividad se orienta a separar el grano de la paja. En su actuaci¨®n se vio que el flujo de inmigrantes indocumentados segu¨ªa a su ritmo, mientras que los delitos asociados a la inmigraci¨®n ca¨ªan en picado. Pero no es s¨®lo una actuaci¨®n policial, sino un elemento m¨¢s de una pol¨ªtica para proteger a la inmigraci¨®n de la delincuencia.
La clave est¨¢, como dir¨ªa Amartya Sen, en cu¨¢l es la informaci¨®n que se considera decisiva para una pol¨ªtica que ofrezca seguridad. En mi opini¨®n, la combinaci¨®n es practicar una cultura de integraci¨®n hacia dentro y de legalidad hacia fuera. Preocuparse por dar estabilidad a la permanencia y a la vez ofrecer v¨ªas legales de entrada. Hay que salir del 'modelo de inmigraci¨®n irregular' que se sostiene en una subcultura de contrataci¨®n informal, una pol¨ªtica ciega a los flujos y una ideolog¨ªa negativa respecto de la inmigraci¨®n. Piense el lector que en el 2001 contamos con 119.000 alumnos extranjeros en primaria, ESO y preescolar. Treinta mil m¨¢s que el a?o anterior. Eso es se?al de que las familias inmigrantes se est¨¢n instalando. Toda medida que fortalezca el papel de la familia a la hora de canalizar los flujos y la integraci¨®n debilita el papel de los coyotes. Pero junto a la migraci¨®n de poblamiento es necesario abrir v¨ªas claras para la mano de obra. ?sa es la pol¨ªtica m¨¢s adecuada a los intereses de los espa?oles y al proyecto de los inmigrantes. Y ya llevamos m¨¢s de un a?o sin preocuparnos del reagrupamiento familiar de los regularizados. Los falsos turistas siguen viniendo y las entradas clandestinas aumentan.
Antonio Izquierdo Escribano es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de A Coru?a y miembro del SOPEMI de la OCDE.
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