'Los cursos de verano del futuro tocar¨¢n temas cada vez m¨¢s espec¨ªficos'
Desde hace seis a?os tiene su despacho de trabajo de verano en el Palacio de la Magdalena, en Santander. Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado estrena este a?o nuevo mandato como rector de la universidad decana de los cursos de verano, la Men¨¦ndez Pelayo, y vive un momento dulce: acaba de ingresar en la Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas.
Defiende las formaci¨®n human¨ªstica a capa y espada e intenta que se vea en sus cursos: 'Las humanidades sirven para todo, dan los soportes para saber d¨®nde est¨¢ el Norte y el Sur'. Asegura que desde el primer d¨ªa dej¨® claro que en su universidad no habr¨ªa pol¨ªtica. 'Para hablar de Malraux, el mejor es Jorge Sempr¨²n; para hablar de Nietzsche, Emilio Lled¨®. Qu¨¦ m¨¢s da por d¨®nde anden sus ideas pol¨ªticas. Por Santander pasan pol¨ªticos s¨®lo por los cursos de actualidad que se organizan con algunos ministerios', afirma.
Pregunta. ?C¨®mo se vive la reforma de la ley universitaria desde un centro tan at¨ªpico como la Men¨¦ndez Pelayo?
Respuesta. De una forma discreta. Esta universidad tiene que ser complementaria a las dem¨¢s. Lo que peor me sabe de todo el proceso de elaboraci¨®n de la futura Ley de Universidades es que la pol¨ªtica se est¨¢ imponiendo a lo que deber¨ªa ser meramente acad¨¦mico. El problema surge cuando el vector pol¨ªtico interfiere con el acad¨¦mico y en alg¨²n caso tiene prevalencia en los pronunciamientos. Los rectores tenemos la obligaci¨®n de preservar muy claramente lo acad¨¦mico.
P. ?Pero no se podr¨ªa agudizar esa influencia pol¨ªtica en los acad¨¦micos si no se equilibra bien la intervenci¨®n de los representantes pol¨ªticos en los ¨®rganos que toman decisiones en las universidades?
R. Puede existir ese peligro.
P. ?Est¨¢ la universidad espa?ola en crisis?
R. Cuando yo llegu¨¦ a la universidad estaba en crisis. Llevo 33 a?os y no he dejado de o¨ªr que est¨¢ en crisis. Pero Unamuno y Giner de los R¨ªos se pasaron la vida con la universidad en crisis. Y es que la universidad es una instituci¨®n que por su propia identidad est¨¢ continuamente cuestion¨¢ndose, porque quienes vivimos en ella tenemos la obligaci¨®n de tener esa conciencia cr¨ªtica y autocr¨ªtica. Tal vez sea de todas las instituciones la que tiene una tensi¨®n de mejora mayor. Pero todo esto no quiere decir que haya que dejar las cosas como est¨¢n.
P. La futura Ley de Universidades permite a la UIMP, que no tiene profesorado propio, organizar doctorados. ?C¨®mo lo van a hacer?
R. Tenemos mucha ilusi¨®n con los doctorados. Se organizar¨¢n todo el a?o en colaboraci¨®n con otras universidades y ser¨¢n intensivos, de unos 15 d¨ªas. En invierno, los doctorados van a ser sobre todo para americanos, aprovechando sus vacaciones de verano, con profesores de todas las universidades espa?olas.
P. Las dos apuestas de la UIMP para este a?o son el aumento de los cursos de formaci¨®n del profesorado y el aula de verano para preparar a los alumnos que van a entrar en la universidad.
R. S¨ª, la mejor reforma de la ense?anza se consigue incentivando la formaci¨®n de los docentes. El sistema de ense?anza de cada pa¨ªs vale lo que valga su profesorado. En cuanto al curso de iniciacion a la universidad, es una idea muy nueva. Se explicar¨¢ a un grupo de 50 estudiantes qu¨¦ es esta instituci¨®n, d¨®nde se encuadra lo que van a estudiar en el conjunto de saberes y cu¨¢les son las t¨¦cnicas instrumentales que van a tener que trabajar (c¨®mo hacer un protocolo y una ficha o consultar una biblioteca). Adem¨¢s, profesionales de prestigio les contar¨¢n cu¨¢l ha sido su experiencia en la universidad, en qu¨¦ perdieron tiempo y qu¨¦ har¨ªan distinto.
P. ?Ha cambiado el tipo de alumno de la Men¨¦ndez Pelayo, sobre todo desde que algunos cursos se convalidan por cr¨¦ditos universitarios [horas lectivas]?
R. No, tratamos de combatir a los cazacr¨¦ditos y los posgraduados siguen siendo mayor¨ªa. Est¨¢ en relaci¨®n con dos cosas, una m¨¢s coyuntural y otra m¨¢s estructural. Actualmente, desde que un estudiante sale desde la facultad hasta que se incorpora al mundo de trabajo pasa m¨¢s tiempo que hace unos a?os y suele ser un momento escogido por muchos para apuntarse a estos cursos. La raz¨®n estructural es que nuestra formaci¨®n es cada vez m¨¢s de base y se tiene que actualizar casi de forma permanente para la b¨²squeda de trabajo. Forma parte de la nueva cultura profesional de nuestro tiempo.
P. Una universidad como la suya sirve tambi¨¦n para conocer el nivel de preparaci¨®n de los licenciados espa?oles. ?Es buena?
R. Hay un proceso de autoselecci¨®n. Ir a Santander supone renunciar a una semana de vacaciones y los alumnos que van est¨¢n especialmente motivados. No te apuntas a un curso de los nuevos materiales o la qu¨ªmica organomet¨¢lica si no lo est¨¢s.
P. ?Qu¨¦ tipo de cursos van a permanecer en el tiempo?
R. Los magistrales, que acabar¨¢n adem¨¢s cambiando el perfil de los alumnos de verano. Son los que tienen m¨¢s estudiantes y los mejor valorados por ellos. La explicaci¨®n es que si un personaje como Emilio Alarc¨®n (que ya nos ha dejado ) da un curso sobre problemas de la gram¨¢tica del espa?ol, que s¨®lo daba en Oviedo, los alumnos del resto de Espa?a ven una ocasi¨®n ¨²nica.
P. ?C¨®mo aprovecha una universidad de verano los recursos que ofrece Internet?
R. Internet va a ser una gran ayuda en el futuro, como complemento. Por ejemplo, este a?o estamos grabando, con Telef¨®nica y el Banco Santander, buena parte de los cursos magistrales para meterlos en la Red. Las clases completas se podr¨¢n ver a trav¨¦s de Internet.
P. ?Acabar¨¢n entonces con el tiempo siendo cursos de verano exclusivamente virtuales?
R. No lo creo. Recibir 10 o 12 lecciones durante cinco d¨ªas, comiendo con el ponente y pasando el d¨ªa con ¨¦l, es una experiencia humana y acad¨¦mica que no se da en ning¨²n otro tipo de aprendizaje.
P. ?C¨®mo ser¨¢n entonces los cursos de verano del futuro?
R. En el futuro se tender¨¢ a los cursos magistrales y a tratar temas cada vez m¨¢s espec¨ªficos en los cursos de verano. Ha pasado la ¨¦poca de los grandes temas generalistas. Adem¨¢s, estos temas, o los que hace un La¨ªn o un Emilio Lled¨® o es muy dif¨ªcil que salgan bien. Los cursos de verano cada vez se conciben m¨¢s como complemento, como una puesta en d¨ªa sobre un tema muy concreto.
'Como una anfetamina'
Pidi¨® permiso a su hom¨®logo en la Complutense, Rafael Pujol, para seguir dando clase sin sueldo a tres grupos de alumnos de la facultad de Ciencias Econ¨®micas. 'El d¨ªa que doy clase y me sale bien, que no siempre pasa, es como si me tomase una anfetamina', explica.
Garc¨ªa Delgado se licenci¨® en Derecho, pero despu¨¦s se especializ¨® en Historia Econ¨®mica. Tiene 57 a?os, lleva 33 como profesor y 6 como rector. Dirige adem¨¢s la Revista de Econom¨ªa Aplicada, que fund¨® hace ocho a?os.
Dice ser partidario de que los profesores arrimen el hombro durante un tiempo en tareas de gesti¨®n, en departamentos, decanatos o rectorados. A este respecto, recuerda un refr¨¢n que se dec¨ªa en su casa: 'El ojo del amo engorda al caballo'.
En el Palacio de la Magdalena recibe personalmente a buena parte de los directores de curso y personalidades que van llegando a los largo de los tres meses estivales. Tambi¨¦n se le ve a menudo participar en los corros que forman los ponentes. Dice que le gusta mezclarse con profesores y alumnos. Pero cada anochecer se mezcla, adem¨¢s, con lugare?os y for¨¢neos en la playa de la pen¨ªnsula de la Magdale?a para darse un ba?o. Parece estar muy integrado. Cuando le toque dejarlo, asegura que lo har¨¢ con pena pero que le queda mucho por hacer. De hecho, ya tiene dos o tres libros en la cabeza.
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