170 piezas del Yemen preisl¨¢mico muestran el esplendor del reino de Saba
La exposici¨®n se inaugura hoy en la Fundaci¨®n Barri¨¦ de A Coru?a
Entre las 170 piezas de la exposici¨®n se encuentra la famosa estatua en bronce de Ma`d?karib. La muestra, que ya ha pasado por Par¨ªs, Viena, M¨²nich, Roma y Tur¨ªn, permanecer¨¢ en A Coru?a hasta el 21 de octubre, para viajar luego al Museo Brit¨¢nico.
'Lo importante de esta exposici¨®n, absolutamente excepcional, es que va a permitir a todos los espa?oles penetrar en un pasado remoto y reflexionar sobre sus modos de vida, de convivencia social, sobre sus creencias y sobre su visi¨®n de la vida y de la muerte', dijo ayer Marta Rey Garc¨ªa, directora de la Fundaci¨®n Pedro Barri¨¦ de la Maza, en el acto de presentaci¨®n de la muestra, en la que tambi¨¦n intervino el ministro de Cultura del Yemen, Abdelwahab Mohamed Rawhani.
La exposici¨®n est¨¢ estructurada en tres secciones. La primera, dedicada a la vida cotidiana, incluye piezas datadas entre el VI y el IV milenio a. C., realizadas en obsidiana, y estatuas y estatuillas para el culto dom¨¦stico de la edad del bronce (III-II milenio a.C.), as¨ª como una selecci¨®n del riqu¨ªsimo patrimonio epigr¨¢fico del Yemen, donde hasta ahora se han descubierto m¨¢s de 10.000 inscripciones, monumentales unas, de gran calidad decorativa, realizadas en bloques de piedra o placas de bronce; graffiti o textos espont¨¢neos, otras, y los textos cursivos, en fin, de escritura incisa sobre madera.
Culto a la muerte El segundo apartado de la exposici¨®n, dedicado a los dioses, re¨²ne un grupo de templos en miniatura, relieves que decoraban los templos y una serie de altares de ofrendas, realizados en alabastro. La ¨²ltima parte, dedicada al culto a la muerte, contiene varias tipolog¨ªas de estelas funerarias, con rostros en alabastro que emergen de lajas calizas, originalmente policromadas en rojo y blanco y que a¨²n conservan una fuerza impresionante.
Todo ello viene siendo testimonio de la prosperidad que encontraron los pueblos subar¨¢bigos a partir de su gran habilidad en la gesti¨®n con fines agr¨ªcolas de las aguas monz¨®nicas y, por otra parte, con su sustancial participaci¨®n en el tr¨¢fico comercial de las caravanas, que acopiaban hierbas arom¨¢ticas y especias (incienso, mirra, casia, canela...) en la Arabia meridional para venderlas en los puertos del Mediterr¨¢neo. Era 'la ruta del incienso', que dio celebridad a la Arabia Felix del mundo antiguo. El incienso que llegaba as¨ª a Grecia o Roma era m¨¢s caro que el oro y, al cabo, esto propici¨® una ruta mar¨ªtima alternativa que debilit¨® gradualmente la pujanza econ¨®mica y pol¨ªtica de la Arabia Felix, hasta que el advenimiento del Islam (628) acaba definitivamente con su civilizaci¨®n.
El testimonio m¨¢s excelso del arte hidr¨¢ulico del reino de Saba es la gran presa de su capital, Marib, situada a 130 kil¨®metros de la actual capital del Yemen, San`?. Esa presa era un grandioso terrapl¨¦n de unos 700 metros de longitud que se extend¨ªa entre dos complejos sistemas de esclusas para retener las aguas aluviales, que a su vez arrastraban grandes cantidades de limos y arcillas que fertilizaban los campos de modo extraordinario, hasta convertirlos en dos inmensos 'jardines' de 10.000 hect¨¢reas. En el periodo de mayor esplendor, en el siglo VIII a. C., la poblaci¨®n de Marib es estimada en 30.000 habitantes.
Los territorios del actual Yemen fueron durante siglos un f¨¦rtil terreno m¨ªtico del que se aliment¨® la tradici¨®n hebraica antigua (Talmud, T¨¢rgum), la musulmana (Cor¨¢n), la cristiana medieval y la et¨ªope (Kebra Nagast), que incluso atribuye a los amores de la reina de Saba y Salom¨®n un hijo, Menelik. No hay, sin embargo, ninguna referencia hist¨®rica de la famosa reina, que entra en la leyenda a partir del relato b¨ªblico de su encuentro con Salom¨®n, el cual deber¨ªa haber sucedido en el siglo X a. C.
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