Arquitectura y autocr¨ªtica
Alumnos de la ETSAB experimentan los nuevos usos de la vivienda en un piso de la Rambla del Raval
En sus buzones a¨²n llegan cartas con la vieja direcci¨®n, calle de la Cadena, 51, pero hace ya tiempo que el edificio pertenece a la Rambla del Raval, una de las ¨²ltimas intervenciones urban¨ªsticas en el centro de Barcelona.
La casa de pisos en cuesti¨®n se ha convertido en un escenario m¨¢s de la trienal Barcelona Art Report con la intervenci¨®n de un grupo de estudiantes de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) comandados por el profesor Germ¨¢n Adell. All¨ª, y en una carrera contrarreloj que ha tra¨ªdo de cabeza a los vecinos de la finca, se ha instalado el fruto de dos trabajos de curso, Intimitat, arquitectura i nous ciutadans y Q¨¹estions d'¨²s. Uno, sobre el espacio privado. El otro, sobre el espacio p¨²blico. Ambos, con un sustrato com¨²n: 'Reflexionar sobre el uso que se da a las cosas que dise?amos los arquitectos, algo que en el caso de la vivienda es especialmente clamoroso. Los pisos se siguen haciendo igual que cuando el modelo familiar predominante era el de padre, madre e hijos. Este tipo de familia ocupa hoy menos del 50% de las casas', dice Eduard Bru, director de la ETSAB.
'Maqueta gigante'
En el montaje de la Rambla del Raval el visitante puede introducirse en las investigaciones de los estudiantes y compararlo con el aspecto que ten¨ªan los pisos de la finca antes de cualquier intervenci¨®n.
En el 2? 2? -un piso deshabitado a la espera de que el propietario de la finca, Promoci¨® Ciutat Vella, decida qu¨¦ hacer con ¨¦l- todo est¨¢ como parado en el tiempo. Un piso de unos 70 metros cuadrados, dividido en habitaciones min¨²sculas y sin apenas luz ni ventilaci¨®n. En el 4? 1?, la otra cara de la moneda. Los muros se han derribado y se ha facilitado la circulaci¨®n de aire y luz natural. Un cuerpo central de obra, con forma de serpentina, ejerce de pared maestra y de distribuidor de espacios: ducha, cocina, estudio, una litera que se puede usar como armario... El resto del espacio queda a la libre disposici¨®n del usuario.
Y aqu¨ª es donde el ciudadano, a trav¨¦s de tres asociaciones de barceloneses procedentes de Filipinas, Marruecos y Bangladesh, entrar¨¢ en acci¨®n, dando vida a esta 'maqueta gigante', como la define Adell. Durante el tiempo que dure la instalaci¨®n, hasta el 30 de septiembre, el piso se pondr¨¢ a disposici¨®n de sus miembros para que lo ocupen y decoren seg¨²n sus gustos y costumbres en un experimento que no se sabe si servir¨¢ m¨¢s a los propios usuarios o a unos arquitectos que, como dice Bru, tienen que vivir m¨¢s con los pies en el suelo: 'La arquitectura no es una disciplina aut¨®noma, sino que forma parte del movimiento general de las cosas y debe evolucionar con los cambios sociales'.
En cuanto al espacio p¨²blico, Q¨¹estions d'¨²s, instalada tambi¨¦n en el 2? 2?, re¨²ne una serie de proyectos sobre la plaza de la Palmera y su dif¨ªcil relaci¨®n con la escultura de Richard Serra que acoge; la plaza del Sol y la tensi¨®n entre vecinos y usuarios de las terrazas de los bares; y la Rambla del Raval como lugar de encuentro entre poblaciones de or¨ªgenes muy diversos. El objetivo: dar soluciones a los problemas que se presentan cuando al ciudadano se le ocurre dar uso a las grandes ideas de administraciones y arquitectos: 'Un espacio urbano no es un cuadro pintado', recuerda Bru. De fondo, alg¨²n experimento fallido. M¨¢s de uno recordar¨¢ la pintada con que alg¨²n vecino salud¨® la construcci¨®n de las marquesinas que culminaban el aparcamiento de la avenida de Camb¨® de Barcelona y que acabaron derruy¨¦ndose. Precedido por el nombre de un famoso arquitecto, durante un tiempo se pudo leer un sonoro '?dis¨¦?ate los huevos!'.
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