Rold¨¢n ya duerme solo en prisi¨®n
Interior retira a los polic¨ªas que lo custodiaban en su celda y le niega por cuarta vez un permiso de salida
Luis Rold¨¢n no consigue su anhelado permiso para abandonar unos d¨ªas el pabell¨®n privado de la prisi¨®n de Brieva (?vila), en el que ataviado con un ch¨¢ndal verde y zapatillas de cuadros purga su condena de 31 a?os de c¨¢rcel mientras devora la prensa deportiva, sigue las corridas de toros por televisi¨®n y se bate al ajedrez con los funcionarios.
Por cuarta vez consecutiva, la junta de tratamiento de la c¨¢rcel ha informado en contra de la solicitud de un permiso ordinario de salida, seis d¨ªas como m¨¢ximo, solicitado por el abogado del ex director general de la Guardia Civil, que el pr¨®ximo mes de febrero cumplir¨¢ siete a?os de reclusi¨®n.
La ¨²ltima palabra la tiene el juez de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid, que debe pronunciarse ante el recurso presentado por la defensa del recluso. Al igual que en otras tres ocasiones, la junta de tratamiento -integrada por el director, subdirector, psic¨®logos, pedagogos y jefes de servicio- sostiene su negativa en los antecedentes de fuga del preso y en la duraci¨®n de la pena, entre otros argumentos.
El Congreso tuvo que autorizar la entrada de ocho agentes a la prisi¨®n de Brieva
Si el juez atiende la petici¨®n de Rold¨¢n, ¨¦ste estar¨¢ en condiciones legales para solicitar su pase a tercer grado penitenciario, una situaci¨®n que supone salir cada d¨ªa de prisi¨®n y acudir a dormir a la c¨¢rcel siempre que acredite un contrato de trabajo.
Rold¨¢n, de 57 a?os, cumpli¨® una cuarta parte de su condena hace m¨¢s de un a?o, requisito principal e indispensable para gozar de permisos de salida. Pero todos sus intentos para pisar la calle han fracasado. El ¨²ltimo, las pasadas Navidades, cuando quiso pasar la Nochevieja junto a su familia y pidi¨® un permiso con escolta policial que le neg¨® la prisi¨®n y el juez.
El reo cumplir¨¢ las dos terceras partes de su condena en 2003 y las tres cuartas partes en el a?o 2005. Siempre con arreglo al antiguo C¨®digo Penal, en este caso el m¨¢s favorable para sus intereses. Fuentes penitenciarias aseguran que en el peor de los supuestos lograr¨¢ la libertad en cuatro a?os y en el mejor en dos.
Ocho polic¨ªas parec¨ªan condenados a compartir con Rold¨¢n su larga condena en el enorme pabell¨®n privado de la prisi¨®n de Brieva, en el que est¨¢ recluido desde que regres¨® de su azarosa fuga. Muy a su pesar, los agentes compart¨ªan turnos de ocho horas con el ex director general de la Guardia Civil y ten¨ªan que dormir en la c¨¢rcel como un recluso m¨¢s para custodiarlo, de d¨ªa y de noche, y garantizar su seguridad.
Lo hac¨ªan en una diminuta habitaci¨®n junto a la del funcionario de prisiones que vigila la nave y muy cerca de la celda del recluso. Pero los agentes, un equipo de polic¨ªas dependiente de la Unidad Central de Intervenci¨®n, se han liberado de su servicio.
Rold¨¢n ya duerme solo y la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias ha comunicado al Congreso de los Diputados que ha concluido la extraordinaria medida de vigilar al recluso en su propia celda. Un caso ¨²nico entre la poblaci¨®n reclusa.
En la prisi¨®n de Logro?o, en la que permaneci¨® durante cuatro meses para asistir en la Audiencia Provincial de Pamplona al juicio del caso Urralburu, la proximidad entre el recluso y el polic¨ªa que le vigilaba era todav¨ªa mayor. Dorm¨ªan en dos celdas contiguas de la secci¨®n de cacheos. Las dietas eran el ¨²nico aliciente de los agentes obligados a pernoctar entre rejas.
La Ley de Vigilancia Penitenciaria impide que la polic¨ªa entre en una prisi¨®n salvo que se produzcan incidentes graves. Instituciones Penitenciarias tuvo que solicitar permiso al Congreso de los Diputados para que el recluso estuviera acompa?ado por agentes las 24 horas.
La puerta de la celda est¨¢ abierta y su mundo se prolonga m¨¢s all¨¢ del calabozo. El pabell¨®n, con cocina, sala de vis a vis, sal¨®n comedor, aseos y un largo pasillo, est¨¢ a su disposici¨®n.Tres veces al mes se entrevista con su esposa Blanca Rodr¨ªguez, 43 a?os, que goza del tercer grado desde el mes de marzo. Fue condenada a cuatro a?os por encubrir la millonaria malversaci¨®n de caudales de su marido.
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