Pepe Mart¨ªn ser¨¢ el Tenorio en un montaje con la Casa del Actor

Pepe Mart¨ªn no para. Ora recita versos de Calder¨®n en Bucarest, ora trabaja de actor invitado en una pel¨ªcula en Santo Domingo, ora dirige un curso de verano en la Universidad Complutense. El actor y director tiene, adem¨¢s, un nuevo encargo teatral: en noviembre ser¨¢ Don Juan Tenorio en un montaje interpretado por miembros de la Casa del Actor -'me divierte la idea porque se le puede echar distanciamiento e iron¨ªa'- y el a?o que viene prev¨¦ dirigir y representar un mon¨®logo titulado Las voces, basado en una novela del escritor italiano Claudio Magris.

Cuando lleg¨® el pasado lunes a El Escorial para iniciar el curso Interpretar un texto (literario, dram¨¢tico, period¨ªstico y po¨¦tico) encontr¨® una universidad de verano con 'over booking de ministras' y a ¨¦l le correspondi¨® la sala ?rtico, lo que le sirvi¨® para hacer una broma: 'La cultura cada d¨ªa es m¨¢s perif¨¦rica'. Por su curso pasaron escritores como Espido Freire, actrices como Mar¨ªa Jes¨²s Vald¨¦s o su compa?ero de las ondas, Fernando Delgado.

A Pepe Mart¨ªn todav¨ªa le reconocen por la calle como el Conde de Montecristo, de la serie de televisi¨®n de los a?os setenta que m¨¢s popularidad le ha dado. Le tiene cari?o al personaje y a otros que le han proporcionado la eterna fama de gal¨¢n que le acompa?a y que ¨¦l alimenta. 'Me encanta que me retraten, tener una c¨¢mara delante. Los actores somos t¨ªmidos, pero tenemos una dosis tremenda de narcisismo y de exhibicionismo'.

No hay muchos papeles de gal¨¢n mayor, pero a ¨¦l no le importar¨ªa protagonizar una de esas pel¨ªculas. '?Por qu¨¦ no? Peso lo mismo que cuando hice el Conde y tengo pelo. Un actor tiene que tener a punto el f¨ªsico como instrumento de trabajo y yo voy a nadar y al gimnasio para estar en forma'.