La polic¨ªa refuerza la vigilancia en Motril para prevenir altercados entre las familias enfrentadas

El subdelegado del Gobierno en Granada, Alfonso Mart¨ªn Sicilia, explic¨® ayer que la polic¨ªa ha establecido un dispositivo de seguridad especial para evitar nuevos altercados, y se mostr¨® confiado en que 'el asunto se resuelva a medida que se vayan practicando detenciones'. En todo caso, reconoci¨® que 'los ajustes de cuentas entre dos familias como las de Motril son dif¨ªciles de resolver'.

El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de Motril ha decretado el secreto de sumario sobre las actuaciones. Ayer, el juez tom¨® declaraci¨®n a algunos testigos de los asesinatos. La familia de Carmelo Heredia, la primera v¨ªctima, se concentr¨® en los alrededores del edificio, pero no hubo incidentes. Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n hab¨ªa una fuerte vigilancia policial.

En el barrio de San Antonio, donde reside Raimundo G. T., de 29 a?os, el autor confeso del asesinato de Heredia, el ambiente no puede ser m¨¢s tenso. Nadie quiere hablar. 'Eso ya est¨¢ terminado y esa gente ya no vive aqu¨ª. Ya no hay nada que ver por este barrio', dice una de las pocas mujeres que abre la boca.

El barrio, muy humilde, se encuentra en la zona norte de Motril. Est¨¢ formado por casas bajas, de un m¨¢ximo de tres pisos, como la que habitaba hasta el d¨ªa 15 de julio, fecha del primer asesinato, la familia de Raimundo G. T. Aquella noche, el inmueble qued¨® vac¨ªo. Eso evit¨® que en la noche del viernes al s¨¢bado, cuando alguien prendi¨® fuego a la casa, alguna persona resultase herida.

Aunque hasta ayer el subdelegado del Gobierno en Granada no lo confirm¨® oficialmente, en Motril pocos albergaban dudas de que la explosi¨®n de violencia estuviera relacionada con un ajuste de cuentas entre familias que, seg¨²n la polic¨ªa, se dedican a la venta de drogas. De hecho, el tiroteo del 15 de julio contra Carmelo Heredia no era el primer altercado que se conoc¨ªa entre ambos clanes, aunque s¨ª el primero con una v¨ªctima mortal. Fuentes policiales explicaron que Heredia tambi¨¦n iba armado cuando lo acribillaron en un bar cercano a la estaci¨®n de autobuses.

La segunda v¨ªctima, Antonio Cort¨¦s Fern¨¢ndez, El Nones, que muri¨® el pasado viernes tiroteado por tres personas mientras paseaba por una calle c¨¦ntrica de Motril, estaba casado con una sobrina de Raimundo G. T., que se hab¨ªa entregado unos d¨ªas antes en una comisar¨ªa de Palma de Mallorca confes¨¢ndose autor de la muerte de Carmelo Heredia 'por temor a represalias'. Ahora, a pesar de los esfuerzos de la polic¨ªa, nadie descarta que se produzcan nuevos actos violentos.